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Expertos consideran que no debería aspirar a ningún puesto público por mucho tiempo.
El anuncio del nombramiento del exdiputado y coautor del memorando del TLC, Fernando Sánchez, como embajador en el Vaticano, causó grandes críticas y repudio en diversos sectores de la sociedad costarricense, pues consideran que el político no reúne bajo ninguna circunstancia las condiciones morales y éticas para representar al país ante la Santa Sede.
Así lo confirmó Flora Fernández del Movimiento Costa Rica Solidaria, quien fue una de las tantas personas que enviaron cartas al Vaticano, a la presidenta de la República, Laura Chinchilla, y al Nuncio Apostólico, solicitando el rechazo inmediato de Sánchez para este nombramiento.
“Estamos hablando de nombrar en un puesto de tanta importancia para nuestro pueblo a la persona que instó a sembrar la cizaña entre hermanos costarricenses y que chantajeó a los alcaldes del partido oficialista con no tener un solo cinco, si no ganaba en su cantón la posición del sí al TLC en el referendo”, recordó Fernández.
Fernando Sánchez fue el coautor junto con el exvicepresidente Kevin Casas, del recordado memorando del TLC, que detallaba las pautas que debía seguir el gobierno de Óscar Arias de “estimular el miedo y sembrar cizaña”, para ganar en el referendo celebrado el 7 de octubre del 2007.
Por este caso, el exvicepresidente Casas se vio forzado a renunciar; sin embargo, Sánchez estuvo cobijado por los lazos familiares con los hermanos Arias y se mantuvo en su puesto de diputado hasta el final de la administración.
“Es gravísimo que se pretenda llevar al lado del Papa a quien rompió totalmente con el espíritu cristiano y la rectitud; y peor aún, que nunca se dignó a brindar una disculpa pública, pues en su infinita arrogancia él considera que no cometió ningún error. Hay muchos costarricenses con mayores cualidades para ocupar este cargo, pero a pesar de nuestras diligencias no obtuvimos ninguna respuesta por parte de la Iglesia o los diplomáticos”, señaló la representante de Costa Rica Solidaria.
Para Fernández este nombramiento es la antítesis de las personas que se deben proponer como representantes ante la sede del cristianismo, quienes deben guardar los más intrínsecos valores de la sociedad, la decencia y los modales.
Con este criterio coincide el analista político, Víctor Ramírez, quien asegura que el memorando hecho por Sánchez tenía un enorme problema de fondo, pues no solo se trataba de introducir miedo, sino que violaba la más elemental ética política e incluso rozaba con la legislación.
“Se le llamó memorando del miedo, pero en realidad iba más allá, tanto así que un vicepresidente se vio forzado a renunciar, lo que nos da referencia de lo grave que fue este caso; claro Sánchez se mantuvo sin problema en su puesto. Considero que una persona con estos antecedentes no debería aspirar a nada”, dijo Ramírez.
Esta opinión es sostenida por el experto, pues afirma que en cualquier parte del mundo es muy difícil que caiga un vicepresidente, lo que demuestra la gravedad del acto que cometieron ambos políticos.
Como muestra, recuerda que al amenazar con no dar dinero a las municipalidades, Sánchez aconsejaba utilizar los recursos públicos, de todos los costarricenses, para beneficiar su propuesta política frente al tema del TLC. Esto es una clara interferencia política y manejo inadecuado del dinero del pueblo.
CREDENCIALES
Al ser consultado el Canciller René Castro sobre este caso por parte de este Semanario, se mostró cauteloso y aseguró que Sánchez era uno de varios candidatos a este puesto en el Vaticano y que aún no había terminado todos los procesos.
“Para que don Fernando sea embajador todavía falta que sea nombrado en Consejo de Gobierno, una vez que reciba el beneplácito por parte del Vaticano, es probable que esta semana se concluyan todos los nombramientos pendientes”.
No obstante, publicaciones llevadas a cabo en diversos medios de comunicación aseguraron que Sánchez ya había recibido el beneplácito para ocupar la sede diplomática.
Castro señaló que existen múltiples candidatos para esta embajada, la cual tiene como particularidad el requisito de que las personas nombradas estén casadas por la Iglesia Católica.
Respecto de las credenciales y la carrera diplomática necesarias para ocupar un puesto de este tipo, el Canciller indicó que ni en Costa Rica, ni en ningún otro país el cien por ciento de los embajadores son de carrera.
“Nosotros nos hemos puesto como norma que la gente tenga una formación profesional y algunos años de experiencia en la función pública y don Fernando cumple con esto”.
Al cierre de esta edición realizamos varios intentos para conversar con el Nuncio Apostólico o alguno de sus representantes, sobre los requisitos que solicitan por parte de la Santa Sede para este puesto; sin embargo, no fue posible concretar una entrevista.
Por su parte, el sacerdote dominico Miguel Picado aseguró que el país tiene muchas otras personas con mejores credenciales académicas, con experiencia y trayectoria que Fernando Sánchez.
Considera que el Gobierno puso en un aprieto al Vaticano, al proponerle un candidato con antecedentes tan cuestionables y que Sánchez no cuenta con la autoridad moral para representar al pueblo costarricense ante una instancia de poder espiritual.
“Las personas idóneas para este puesto deben ser aquellas que no sean cuestionadas por su trayectoria ética, que conozcan a la Iglesia, pero también a su pueblo, para que representen no solo a las clases empresariales y políticas sino los intereses de todos”, argumentó Picado.
Según el sacerdote una persona mal elegida para representar al país en el Vaticano podría estar haciendo cabildo para que la Iglesia se incline por “los intereses de los más poderosos”; por lo que considera mala idea que los embajadores provengan de sectores empresariales o políticos.
“En mi opinión, don Fernando quiere continuar con su carrera política, la cual quedó muy maltrecha con el memorando y quiere lavarse con agua bendita, para luego decir que estuvo muchos años al lado del Papa. Eso es indecente”, afirmó Picado.
RAZONES DE FONDO
De acuerdo con el filósofo y exsacerdote Arnoldo Mora, este nombramiento es un cálculo muy bien hecho, pues el embajador es una ficha de confianza para el Gobierno.
“Todos sabemos que las relaciones entre el Arzobispo Hugo Barrantes y Óscar Arias fueron pésimas, las peores en tiempos de los liberales y Laura Chinchilla por el contrario quiere la mayor cercanía con la Iglesia. También debemos recordar que la mayoría del clero se pronunció en contra del TLC; eso demuestra que hay una fuerte oposición a las políticas neoliberales y que el Gobierno no cuenta con su apoyo”, explicó Mora.
En su criterio existen dos razones de peso para que Sánchez sea nombrado en esta embajada: la primera tiene que ver con que Monseñor Barrantes cumplirá 75 años el próximo año y cuando se cumple esa edad debe presentar su renuncia ante la Santa Sede, de acuerdo con las normas del Vaticano.
Sobre este particular, Mora está convencido de que el Poder Ejecutivo busca tener a una persona de su confianza para mejorar las relaciones con el Vaticano, quien se haga cargo de conversar y proponer opciones para sustituir al Arzobispo.
“Un gobierno que va más a la derecha, tiene que cuidar al máximo al sucesor de Hugo Barrantes, dedicarse a hacer lobby, reunirse con las personas indicadas, presentar documentos y que mejor que ubicar a Sánchez, a quien están preparando para lanzarse a la Presidencia después de Rodrigo Arias”, dijo.
El otro motivo para el nombramiento es el posible fin o modificación de los artículos 74 y 75 de la Constitución Política, que establecen oficialmente al Estado costarricense como católico.
Para resolver este tema es probable que se negocie un concordato, y así garantizar la influencia de la Iglesia Católica en determinados espacios públicos como la educación, asistencia social, entre otros.
El concordato tiene una fuerza de convenio internacional, es decir, está por encima de las leyes de Costa Rica y le permitiría a la Iglesia mantener una serie de privilegios.
En estos momentos, para la Iglesia lo más importante es mantener la enseñanza de la educación católica en las escuelas y colegios. Si se piensa suprimir estos artículos de la ley, es obvio que se pedirá alguna compensación a cambio.
“La iglesia por principio busca no tener conflicto con los estados, más bien gusta de servir como intermediaria; de ahí la importancia tan grande de proponer a Sánchez en este puesto. Además a él le servirá mucho para su carrera política”, concluyó Mora.
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