Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
El deporte en general hubiera perdido mucho si el improvisado técnico Maradona y el equipo gana al Mundial.
El deporte es un asunto muy serio y en consecuencia, debe ser entregado en sus diferentes niveles, a personas responsables, estudiosas, académicas, científicas que orienten, eduquen y formen integralmente a las personas que lo practican.Hablo de personas ejemplares.
No se le puede dar la dirección técnica de una selección nacional a un deportista que después de terminar su carrera como futbolista, brillante sin duda, pero igual repleta de lunares, no ha un sido ejemplar en su vida privada.
No puede ser maestro- y el director técnico está obligado a serlo-, un hombre que insulta de palabra al Santo Padre, a la iglesia, a Pelé, a Pasarella y a cuanto ser humano se le atraviesa en el camino.
Un hombre roto emocionalmente a quien le ha sido imposible soportar la carga de su propio éxito como futbolista y que además, es nombrado dios por “su pueblo”, que vio en aquella acción donde anotó uno de los goles más bellos en las Copas del Mundo, la reivindicación de un país tras la humillante derrota en la Guerra de Las Malvinas. Una persona así no puede tener, por ahora, capacidad para convertirse en maestro.Diego Armando Maradona es muchas cosas metidas en el interior de su desdibujada anatomía, pero una es cierta: no es director técnico.Su “colega”, Joachim Löwe se lo demostró el día del encuentro Alemania-Argentina, cuando sus huestes bávaras despedazaron a un equipo que no tenía entrenador.El 4-0 fue una lección de fútbol que Alemania le dio al mundo, pero más que el resultado, la facilidad con que fue logrado probó que Argentina no estaba preparada táctica ni técnicamente para hacer frente a un rival de peso.Alemania preparó la Copa del Mundo con seriedad; Argentina le entregó sin reservas su representativo patrio, a un improvisado, solo porque se llama Maradona, sin importar, ni medir, que sus conocimientos profesionales se limiten a besar en las mejillas a sus discípulos y tocarles las nalgas.Un entrenador así, no puede ser campeón del mundo. Hubiese significado una bofetada al deporte.
HUNDIÓ A MESSI
El jugador que estaba señalado para convertirse en la gran figura del Mundial surafricano, Lionel Messi, terminó su participación sin anotar un solo gol para la selección de Argentina.En Sudáfrica, el mundo vio jugar a un Messi apretado, presionado, cercado, aislado y sin aire; absolutamente nada que ver con el exitoso futbolista del Barcelona, donde hizo goles maravillosos que lo convirtieron en el mejor del planeta.El fracaso de Messi en el terreno de juego, solo se explica porque nunca tuvo un director técnico que le enseñara a sus compañeros de equipo, a jugar con él, al lado de él, delante y detrás de él.El Barcelona sabe jugar con “La Pulga”, porque cuenta con un director técnico profesional y serio: Joseph Guardiola, que acuerpa con sus enseñanzas al habilidoso argentino en la cancha. En el equipo campeón de España, Lionel juega acompañado; en la Argentina de Maradona es un huérfano al garete.En el equipo catalán, Messi está rodeado desde la presidencia del club, hasta el último empleado de gente educada. En su querida Argentina, sobran los charlatanes; los fanáticos ciegos; los políticos corruptos y lo más grave, los periodistas deportivos acomodados.Solo una sociedad civil muy enferma, recibe a su equipo de fútbol como héroes, después de esa humillante paliza que les propinó Alemania.Argentina fue la única selección grande que fue a Sudáfrica, quedó eliminada y fue recibida con vítores y aplausos: a franceses, italianos, africanos e ingleses los devolvieron a patadas de los respectivos aeropuertos.En Buenos Aires, miles de personas acudieron a expresar su apoyo a la selección a su regreso y a Maradona.“¡Quédate Diego! ¡Aguanta Diego! ¡No te vayas Diego, yo te respaldo a muerte!”, le gritaba nada menos que el jefe de Gabinete del gobierno argentino.Las encuestas entre la población, después del descalabro, eran apabullantes a favor de la continuidad de su “entrenador”.Bueno, algunos sentencian que cada país tiene el gobierno que se merece. Por lo visto, podemos afirmar lo mismo con sus selecciones de fútbol.
URUGUAY SACÓ LA CARA
Al cierre de edición se preparaban los dos partidos semifinales del Mundial: Uruguay ante Holanda y Alemania frente a España el miércoles 7.Suramérica se ilusionó con la presencia de cuatro de sus selecciones en los cuartos de final: Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, pero tres fueron eliminadas, dándole entonces vuelta a la tortilla sobre lo que acontecía en esta Copa del Mundo.La selección de Ghana había limpiado el rostro del fútbol africano y se las vería con Uruguay; en dos finales adelantadas, se presumía que Brasil podía dar cuenta de Holanda y Argentina de Alemania, pero resultó al revés. Se fueron eliminadas las dos potencias del cono sur, mientras Paraguay vendió cara su derrota contra España.Entonces, solo Uruguay pasó a las semifinales, al eliminar a los africanos en el juego más dramático del evento y gracias a la mano de Luis Suárez, que impidió el gol de Ghana en el cierre del juego.Todo apuntaba a una final suramericana y de pronto se convirtió en el Mundial de los europeos. Tres de sus más grandes representativos se colocaron en las semifinales; la furia roja, los panzers y los tulipanes. Por América, los desafía el Uruguay del maestro Oscar Washington Tabárez.Por cierto…éste sí es un maestro, director técnico entre otros del Peñarol, Boca Juniors, Real Oviedo, Cagliari y Milán.¡Perdón!…¿De qué hablábamos?
Este documento no posee notas.