Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
-Maje: qué maje más maje esa maje!
Significado: ¡Qué bella mujer!
El habla en la Universidad de Costa Rica
Cuando inicié la redacción y estudio para escribir el libro “Glosario del hampa en Costa Rica”, desconocía el alma de las palabras. Ignoraba que la forma en que se pronuncia una lengua va cambiando como la hermosa cabellera de una mujer.
Escribí el libro bajo consejo de tres profesores de la Universidad: Santos Quirós Navino, criminólogo; Carlos Humberto Rodríguez, profesor de teología, capellán de la Penitenciaría y el Maestro Jézer González.
¿Cómo es el habla de la vida delincuencial en nuestra patria y cuál es el significado de las palabras?
Navino me enseñó un libro único: la historia del lunfardo en Buenos Aires, Argentina. Don Jézer llamó la atención alrededor del caló en los barrios bajos de París en la obra “Los miserables” de Víctor Hugo.
Sucede- y ha sucedido en la historia del idioma- que una palabra define la filosofía del pueblo y su herencia.“Las uvas de la ira”, obra maravillosa de John Steinbeck, nos puede hablar en una sola palabra (okie) el drama de una nación. Y en especial la fuga del hombre en pos de un pedazo de pan. La zaga del terror en un estado rumbo a California y el odio del hombre contra el hombre. La novela de una emigración en días de crisis.Sucede que las palabras se resisten a morir. Y no cambian. Las hojas de platanar en la Academia de Sócrates, son las mismas en las Geórgicas de Virgilio antes de La Eneida. Y esa palabra es igual al nombre de una fruta en Nicoya siglos antes de llegar el español a la Gran Nicoya: El plátano.A veces, tres palabras repetidas con odio forman ríos de sangre: El judío, escrito por Hitler en una cárcel, hace posible que años después, cuando escribió una letra (solamente una letra) por cada una de ellas en su obra Mi Lucha ha de producir 125 muertes.La majada en Nebrija en su libro del habla castellana, 1492, ha cambiado hasta llegar a majar, maja, majo…El glosario del hampa en Costa Rica lo escribí cuando Costa Rica no contaba con un millón de habitantes.¿Qué nos sucedió con el habla?Contamos con el aporte cotidiano –durante años y años – de claros y eméritos despurificadores del idioma: Carmen Granados. Es un libro que hoy reposa olvidado en los estantes de la Biblioteca de la Universidad de Costa Rica.(La Universidad Nacional de Santo Tomás que ya cuenta con más de 150 años y no 50, como es el decir de nuestra historia política universitaria).En una tarde de tantas rescató su lectura el Dr. Constantino Lázcaris C. en “El Costarricense”.El idioma va a pasos lentos pero adelante. Nunca para atrás.Es la sorpresa que nos da “Glosario del Hampa en Costa Rica” cuando solemos leer el libro hoy, 50 años después de su nacimiento.El idioma español nos va llevando de la mano a las fuentes primigenias de la lengua y las culturas desde donde florecieron.Castellano, árabe, godo, visigodo, romano, fenicio, celtíbero, ibero, griego…Ha venido girando como las astas de un molino de viento en la orilla del canal egipcio.¿Pero qué ha sucedido con nuestro idioma en cincuenta años?Se dice que el universitario en Costa Rica se maneja con no más de 3000 palabras.Con ello le basta… y sobra.En el camino de los años cuando un nicaragüense funda nuestra primera Universidad de Santo Tomás, nos llama la atención algunos requisitos para su ingreso. Ser católico, apostólico y romano. Virtuoso en la forma de vestir. Riguroso en la forma del hablar.“El hablar es el espejo del alma” – decía nuestro primer Rector, el Bachiller Osejo.Como autor de este primer libro, sobre el habla del hampa en Costa Rica, suele preguntar al colombiano Parmenio Medina.Ellos en las ondas de la radio que les hicieron famosillos, día a día, introducían en el hablar del costarricense las palabras del diccionario, el caló del hampa.La filología explicará en suma medida este fenómeno.En las 600 páginas de mi obra, los mentores, hombres de una graciosa y descomunal cultura, me enseñaron a indagar el camino de las palabras alrededor del vicio y la criminalidad.Al día de hoy puede que ni siquiera ellos, resucitando, nos podrán explicar cómo el buen hablar se nos fue quedando en las orillas del camino… y el habla del universitario al día de hoy es… como es.
Este documento no posee notas.