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España conquistó el planeta: Justicia en Sudáfrica para la mejor selección del mundo

Uno-cero a Portugal; uno-cero a Paraguay; uno-cero a Alemania; uno-cero a Holanda.

Uno-cero a Portugal; uno-cero a Paraguay; uno-cero a Alemania; uno-cero a Holanda.
“Con paciencia, muchachos, con paciencia”; les ordenó Vicente del Bosque, después de que cayeron con Suiza en su juego inaugural.
Qué más pacientes que Iniesta y Xavi para soportar sin perder el equilibrio, el concierto de patadas que propinaron los holandeses Van Bommel y De Jong en el juego final.
Si a Xabi Alonso por poco le practican una cirugía a corazón abierto y sin anestesia.Esta España campeona del mundo está repleta de virtudes.
La magia de Iniesta; un ejercicio de paciencia para soportar patadas; el duende salvador que acompaña a Iker Casillas en los momentos determinantes; el despliegue físico del grupo; la dirección técnica de Vicente del Bosque y la mentalidad ganadora: todos atributos de la España soberana.
La Eurocopa 2008 y el Barcelona 2009 elevaron al fútbol español a la cima del mundo y el universo futbolero quedó entusiasmado con la nueva propuesta.
Finalmente una Selección Nacional, la española de Luis Aragonés, y un equipo, el Barcelona de Joseph Guardiola, apostaron por una propuesta de fútbol colectivo, técnico, agresivo, ofensivo que aportaba al espectáculo y renegaba del balompié tacaño de los italianos, campeones mundiales en el 2006 y más aún de aquella Grecia que ganó la Eurocopa 2004 en Portugal, jugando exclusivamente a la defensiva y aprovechando aislados contraataques.
Los enamorados del buen fútbol siempre han sido groseros con el fútbol resultadista de los italianos, cuatro veces campeones del mundo y dos en era moderna (España 82 y Alemania 2006), pero la Eurocopa que conquistaron los griegos en Lisboa con un autobús metido en su marco, inundó al planeta fútbol de pesimismo y llenó el Mundial de Sudáfrica de miles de interrogantes y expectativas.
Se sabía de la clase de los españoles que se presentaban en un grupo junto a Suiza, Chile y Honduras con la base precisamente del Barcelona.  
Aunque se esperaba mucho en cuanto a dar espectáculo de los seis seleccionados africanos, la Argentina de Maradona en el banco y Messi en la cancha era esperada con ansia, siendo el fútbol argentino alegre y ofensivo y pare de contar.
El universo futbolero conocía de antemano que el Brasil de Dunga no era el Brasil de Ronaldinho y se había pasado a jugar a la italiana.  La naranja mecánica ya era solo naranja y nada mecánica y el joven equipo de Alemania pintaba más a fuerza y cálculo que a velocidad y explosión, aunque luego fue una grata sorpresa hasta que…se topó con España.
Previo a la competencia los analistas dictaron sentencia.El Mundial lo ganan Brasil o España y acertaron.
Solo que a los brasileños los sacó del camino precisamente Holanda y por ahí se montó la final.
SACRIFICADO SENDERO
Pero sucedió algo extraño; España empezó su ruta por el trillo equivocado y cayó en el primer juego de su grupo contra Suiza.
Los fantasmas volvieron a volar y el dicho de que España se hunde en los grandes momentos o eventos, tomó fuerza madrugadora.
Miles olvidaron que el éxito de la Eurocopa estaba fresco y que esta era “otra España”, fortalecida mentalmente por esa conquista y revestida de clase por el aporte de las grandes figuras catalanas (siete): Piqué, Puyol, Busquets, Xavi, Iniesta, Pedro y Villa apuntalada con tres madridistas (Casillas, Ramos y Xabi Alonso) y un intruso del Villarreal (Capdevilla).
Terminado el traspié y en el vestuario, la voz del estratega, del entrenador, técnico y amigo, Vicente del Bosque, rearmó el guión del grupo.
“Muchachos; abajo la ansiedad, no hay que precipitarse porque ya nos conocen. Es muy difícil ganar los partidos en media hora: los juegos hay que trabajarlos, madurarlos y tratar de ser superior a los contrarios.
Eso sí, no vamos a renunciar a nuestro estilo de juego”, afirmó el maestro, que sustituyó en la dirección técnica a Luis Aragonés, con quien la “furia roja” ganó la Eurocopa.Entonces, los seleccionados españoles se dieron cuenta después de perder con Suiza, que ningún partido lo ganarían por diferencia de calidad.
Los rivales les tenían bien estudiados. Les esperaban planteamientos defensivos; marcajes individuales y estrategias cuyo principal objetivo era hacer desaparecer la magia de la “furia roja”.
Suiza había repetido el éxito de José Mourinho con el Inter de Milán, cuando secó al Barcelona en la final de la Liga de Campeones y un año antes, cuando España cayó en la trampa que le tendió los Estados Unidos en la Copa Confederaciones.
Les regalaban la pelota, los esperaban atrás y los aniquilaban en letales contraataques. Recordemos que contra los estadounidenses, España hizo 24 remates a marco y perdió 1-0.
¡Paciencia; despliegue físico y actitud!Recalcamos al principio algunos de los pilares de los nuevos campeones del mundo.¡Y vaya que los pusieron en práctica!
HACIA LA GLORIA
Suiza hizo que España repitiera los errores cometidos por  su formación base: contra los estadounidenses y el Barcelona ante el Inter.
Desde luego que la victoria helvética le variaba todo el panorama a la española. En ese grupo H que a priori no debía deparar sufrimiento, el inesperado resultado del estreno convertía en finales los duelos con Honduras y Chile.
Era requisito aplacar la ansiedad.
Y reaccionó España ante Honduras, con un resultado práctico de 2-0, victoria sin brillo que se basó en la pegada de Villa con las dos anotaciones que llevaron un poco de paz al campamento ibérico.
La recuperación se confirmó en un partido repleto de tensión ante Chile, que ganaron los ahora monarcas 2-1.  Fue el primer gran juego de Iniesta, el héroe de la final.  
Al mismo tiempo, se convirtió en una victoria trascendental porque le dio a España el primer lugar del grupo, con lo que evitó a Brasil en octavos de final. España ganaba el grupo con solo empatar a Chile, pero no lo hizo así.  
Poco después, los brasileños fueron devueltos a casa.
Portugal esperaba a España en octavos de final y fue en este duelo de vecinos en el que la “furia roja” sacó a relucir lo mejor de su repertorio y a base de toque, toque y toque fulminó a los lusitanos. De nuevo, Villa hizo el gol decisivo.
España le dio un golpe letal al miedo y al fracaso.
Se había quitado los nervios de encima y comenzaba a mostrar en la recta final del Mundial que a su generación de oro, nadie la detendría.
Paraguay en cuartos de final fue tan duro como lo presumían.  Ahí surgió el capitán Iker para desviar un remate de penal de Cardozo que pudo ser el boleto de regreso a Madrid. Luego y para variar…apareció Villa.
Seguía Alemania que venía de destrozar a la Argentina y los pronósticos se volcaron a favor de los “panzers”.  Aún pesaba en territorio español la victoria de Suiza.
Los enanos hicieron fiesta, los alemanes solo veían pasar la bola: no pudieron tocarla.  Luego, surgió el testarazo de Blanca Nieves Puyol para que España en su mejor partido se instalara en la final.
Holanda decidió apertrecharse, esperar, presionar y cortar el juego a punta de patadas. Lo logró, pero la paciencia de los futbolistas españoles dio frutos seis minutos antes de ir a los penales.
Toque, toque y toque: Xavi abre aTorres; este da a Fábregas, quien filtra a Iniesta: trallazo y gol.
Otra vez 1-0.
“Con paciencia, muchachos, con paciencia.  Los triunfos hay que madurarlos, trabajarlos”, les había indicado Del Bosque y tuvo razón.

  • Gaetano Pandolfo Rímolo 
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