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De la perspectiva a las perspectivas

Iván Molina, quien cuenta con más de cien publicaciones en bastantes áreas y subáreas de la historia, se convierte en uno de los más productivos historiadores y en un punto de referencia que le ha valido que varias personas lo consideren “El historiador costarricense”, aunque él ha admitido  en varias  ocasiones que prefiere autopercibirse como el L’enfant terrible. 

Iván Molina, quien cuenta con más de cien publicaciones en bastantes áreas y subáreas de la historia, se convierte en uno de los más productivos historiadores y en un punto de referencia que le ha valido que varias personas lo consideren “El historiador costarricense”, aunque él ha admitido  en varias  ocasiones que prefiere autopercibirse como el L’enfant terrible. 
Independientemente  de esa auto-aprehensión, el suscrito lo toma como un referente que siempre quiere indicar cuál es el  punto y cuál es la perspectiva que debe seguirse.  
En esa dimensión, los vacíos que indica Iván en su artículo son atendibles.  Como le indiqué a Iván Molina en uno de los correos electrónicos (donde primero gentilmente anunciaba la publicación de su artículo y luego con su amable insistencia me señalaba la necesidad de responderle) que sus críticas son totalmente  atendibles, por lo que podrían utilizarse en el Primer Simposio  Historiográfico Costarricense que precisamente, este año él y otros compañeros de la Escuela de Historia están organizando y el cual se llevará a cabo entre el 22 y el 24 de setiembre.
Todavía creo que ahí es donde debe analizarse los procesos de conformación de comunidades científicas, sus cambios y su mitologías propias, los procesos históricos nacionales, locales, internacionales, transareales y cómo se han abordado con sus lógicos límites y ventajas; si se debe trabajar colaborativamente o no; si los seminarios, foros, publicaciones, recuentos, sobre los temas regionales o historiográficos han sido o no suficientes; si cabe auto- juzgarnos en todos los ámbitos;  si es útil o no hacer la investigación de y desde las regiones; si deben considerarse o no los espacios con pocos habitantes o si ellos tienen o no tienen historia; si  debemos o no considerar los estudios subalternos como una alternativa o dedicarnos a la “Historia”; si deben  o no desarrollarse, inhibirse o hasta censurarse líneas de investigación; o simplemente, cuál debe ser el modelo de investigación a seguir, como el propuesto y realizado por Molina durante casi 20 años en la Licenciatura en Historia  o por los desarrollados en otras instancias, tales como el CIHAC o la Escuela  de Historia.
Al final de ese simposio  y escuchando lo desarrollado por todas las áreas, los que disfrutamos al leer los escritos de Molina podremos saber cuál es el punto y cuál es la perspectiva que él cree se debe seguir, como él magistralmente acostumbra hacer, donde  espero que la obra de Molina también forme parte de estas reflexiones y auto-reflexiones. Todo ello será un insumo para entender a la comunidad científica de historiadores e historiadoras, comunidad que desde el CIHAC hemos ampliado con la incorporación de colegas de aquellas disciplinas que desarrollan investigación con perspectiva de trayectoria.
Mientras tanto,  en ese Simposio, de seguro saldrán muchas vetas más para desarrollar los ideales  de una historia seria, analítica, crítica y comprometida con los sectores populares, las áreas vacías y las manifestaciones de resistencia, donde tal vez, el camino  desarrollado por José Daniel Gil Zúñiga motive a crear cosas útiles (como siempre ha anhelado José Daniel) y no simplemente dejarnos llevar por la fama, la soberbia y los galardones como exige el mundo académico globalizado y mercantilizado.  Una quimera, tal vez, pero bella y digna de desarrollarse.  Aprovecho esta ocasión para que todos los que deseen conocer los múltiples caminos de la disciplina histórica y formarse una opinión asistan al Primer Simposio  Historiográfico Costarricense.
Sobre la validez de la historia regional, cuestionada por un historiador que ha hecho historia nacional asimilándola a la historia del “Valle Central” de Costa Rica, el planteamiento general de las obras publicadas señala claramente, que tanto la historia regional como la historia vallecentralina, conforman la historia de Costa Rica, pero la primera había sido poco trabajada y esto justifica el desarrollo de la historia regional comparada desde nuestro país.

  • Juan José Marín Hernández (Profesor catedrático UCR)
  • Opinión
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