Abrir Noticia Guardar

Cuatro coreógrafos, una sola danza

Ergo Sum es un trabajo colectivo Hazel González, Mainor Gutiérrez, Gustavo Hernández y Verónica Monestel.

Ergo Sum es un trabajo colectivo Hazel González, Mainor Gutiérrez, Gustavo Hernández y Verónica Monestel.
Este fin de mes Danza Universitaria estrenará su primer espectáculo de creación colectiva. Ergo Sum se presentará el jueves 29, viernes 30, sábado 31 de julio a las 8 p.m. y 1º de agosto a las 5 p.m. en el Teatro de la Aduana.
La puesta en escena es fruto del trabajo colectivo de los coreógrafos Gustavo Hernández, Hazel González, Mainor Gutiérrez y Verónica Monestel, todos integrantes de la agrupación universitaria. El costo de las entradas será de ¢3000 general, ¢1500 estudiantes.
Ergo sum (que significa “entonces existo”) tiene por punto de referencia el cerebro humano. A partir de él, los coreógrafos crearon segmentos en los que utilizan la danza contemporánea, el teatro y hasta el suín criollo para representar las ideas, recuerdos, cruces y conexiones de la actividad mental.
Esta es la primera vez que Danza U presenta una creación colectiva, en la que cada uno aportó distintos segmentos que se funden en un único espectáculo.
Verónica Monestel explicó que Ergo Sum es principalmente un ejercicio coreográfico, producto del interés del grupo de coreógrafos en experimentar la creación conjunta.
Así, tanto ella como Hazel González y Mainor Gutiérrez se encargaron de preparar segmentos distintos y Gustavo Hernández estuvo encargado de coordinar el proyecto desde el inicio, lo que incluye hilar todas las partes diseñadas por sus compañeros y crear una estructura unificada.
“La obra es como un Cubo de Rubik, en el que cada escena tiene vida propia pero se integra a un todo. Partimos de un mismo tema para crear cosas muy diversas, porque es un tema muy amplio”, explicó Monestel.
Añadió que otro de los objetivos del grupo al crear este montaje, es poder extraer las partes del espectáculo y que funcionen por separado también. “Por ejemplo, si vamos en una gira de extensión podemos llevar algunas de las partes o toda la obra, y siempre va a tener sentido”, dijo.
RITMOS, CONCEPTOS Y ELEMENTOS DISTINTOS
Con el fin de crear un solo espectáculo que incluyera el estilo y las creaciones de cada coreógrafo, la obra parte de un mismo concepto: el cerebro. Así, a través del movimiento, los artistas exploran distintos procesos químicos y físicos que ocurren en este órgano, así como distintos estados, formas de ser y de sentir de los seres humanos.
Verónica Monestel preparó tres segmentos en los que se destacan los elementos visuales y de diseño. El primer extracto incorpora historias del pasado de los mismos bailarines de la compañía, otro trata sobre la condición mecánica del ser humano, que surge cuando lo emocional se enfrenta con lo social y el último explora el proceso que empieza con la fecundación y concluye con el nacimiento.
En las coreografías de Verónica participan todos los bailarines de la compañía y se incorporan elementos como la voz y el audiovisual.
Hazel González por su parte, diseñó varias intervenciones cortas en las que predomina el uso de danza-teatro. Estos segmentos son dúos, tríos y solos.
La coreógrafa afirmó que las nueve escenas que creó mezclan distintas influencias como el cine negro y distintas pinturas europeas. También incluyó la exploración de distintos movimientos como los contrapesos, la fuerza centrífuga, el vértigo y la energía circular. Explicó que a través del humor, toca temas muy fuertes como la muerte, la tortura y la manipulación.
Las creaciones de Mainor Gutiérrez se basan principalmente en los bailes populares. El coreógrafo comentó que diseñó tres escenas -dos tríos y un grupal- que se basan principalmente en la coordinación y el movimiento. Cargadas de ritmo, las coreografías de Mainor retan a estos bailarines profesionales a adaptarse a los bailes populares y hasta al suin criollo.
Aunque se integró a la agrupación en 1996, esta es la primera vez que Gutiérrez participa como coreógrafo en Danza U. Aseguró que espera que el público se sorprenda con el resultado de este ejercicio. “Ver esta obra debería ser como subirse a una montaña rusa, que la gente salga sorprendida después de ver la integración de tantos elementos y lenguajes tan distintos”, dijo.
Por otro lado, Gustavo Hernández tuvo desde el principio del proyecto, la responsabilidad de la coordinación. Su aporte a este proceso consistió en unificar las propuestas escénicas, estéticas y coreográficas de sus compañeros, unificando el espectáculo.
Comentó que el proceso fue muy estimulante pues es la primera vez que el grupo emprende una aventura coreográfica en conjunto. Según dijo, la mayor satisfacción radica en resolver un proyecto muy complicado, pues cambia constantemente sobre la marcha.
“Mi trabajo es hacer que todos esos elementos, conceptos y propuestas tan diversos se unifiquen en el escenario. Es muy estimulante porque es completamente diferente a trabajar como siempre lo hemos hecho, bajo la dirección de un solo coreógrafo”, explicó.

  • Daniela Muñoz Solano 
  • Cultura
Notas

Este documento no posee notas.