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Presupuesto inicial sería de ¢5.000 millones por año.
La atención integral y oportuna a los niños en sus primeros años de vida ha sido uno de los temas más discutidos en diversos foros y encuentros nacionales e internacionales y fue precisamente un bastión durante la candidatura de la presidenta de la República, Laura Chinchilla.
El anuncio de que la Red de Cuido y Desarrollo Infantil es uno de los programas prioritarios en estos cuatro años de la presente administración, alegró a la población, pero también generó una serie de dudas sobre la forma en que se pondría en marcha.
Por lo tanto, en el marco de la celebración de la semana del Trabajador Social, realizada en el Colegio de Trabajadores Sociales de Costa Rica, donde se impartió una conferencia sobre esta temática, UNIVERSIDAD entrevistó al ministro de la cartera de Bienestar Social, Fernando Marín, sobre las características de este ambicioso proyecto.
Don Fernando, ¿cuáles son las áreas vitales en que va a trabajar la Red de Cuido?
La Red de Cuido es una de nuestras prioridades y se divide en dos áreas: una orientada a niños y niñas, mediante la Red de Cuido y Desarrollo Infantil y la otra es la Red de Cuido para Personas Adultas Mayores. Las dos tendrán un alcance nacional, pero en el caso de los niños la idea es que llegue a ser un servicio universal en los próximos 10 ó 15 años, al igual que en el tema de salud, pensiones o la educación.
Costa Rica logró alcanzar coberturas muy importantes en el siglo pasado y ahora queremos que la Red de Cuido sea universal, no solo para niños de bajos recursos, sino para toda la población.
Se tratará de un conjunto de establecimientos donde se atenderán de manera integral a los menores de cuatro años y medio, pero también incorporarán estrategias de carácter preventivo que se apliquen antes de la concepción, como el consumo de ácido fólico al iniciar la mujer su vida reproductiva, medidas en la etapa del embarazo y durante los primeros meses de vida, para luego incorporarlos a los centros infantiles.
¿Cómo se logrará articular esta Red de Cuido?
Integraremos todo un sistema nacional de voluntariado, seleccionando a las personas que atiendan a los niños pero desde las comunidades. Por supuesto que hay una serie de instituciones que tienen una responsabilidad legal con este sector y lo deben cumplir, pero haremos un llamado a otros actores para que participen.
Tocaremos las puertas de las empresas privadas, las cuales tienen una responsabilidad social con sus empleados y con las familias de la comunidad donde operan.
Sumaremos a las organizaciones de padres de familia, redes de atención, centros de docencia e investigación, profesionales técnicos, así como el sistema de salud y educación formal.
De esta forma se podrán desarrollar distintas modalidades de atención, en las cuales aprovecharemos los actuales Cen-CINAI, generaremos nuevas opciones, integrando a cooperativas, asociaciones solidaristas, sociedades civiles y madres capacitadas para formar su propia empresa, ya sea en las infraestructuras públicas o a través de fideicomisos especiales.
La única manera de hacerlo es como lo estamos planeando… aprovechando todos los recursos que tengamos a mano.
¿Cómo funcionará la Red de Cuido?
La idea es que sea gratuita para las personas de bajos recursos y que se establezca una tarifa preferencial para la clase media y otra solidaria para quienes tienen suficientes recursos.
Se combinarán recursos y se crearán alianzas, por ejemplo con las comunidades para establecer infraestructuras públicas pero que cuenten con el apoyo de organizaciones no gubernamentales o privadas. Esa diversidad de recursos nos permitirá que seamos inclusivos.
Además, en estos momentos se atiende únicamente al 10% de los niños, pero esperamos que para el 2021 alcancemos un 50% a 70% de cobertura.
Hemos recibido denuncias de que algunas instituciones han visto afectado su presupuesto, pues les han quitado recursos para la Red de Cuido, como el caso del Museo Nacional con su proyecto del Parque de Esferas. ¿Es cierto esto?
Sí es cierto en parte, estamos hablando de un presupuesto extraordinario, es decir de recursos adicionales, pues en la administración anterior ya se había definido el presupuesto inicial.
Sacamos cuentas y definimos que podíamos arrancar el programa con ¢1500 millones y se llegó a un acuerdo con varias instituciones, como vivienda y parques nacionales, las cuales no iban a ejecutar todo su presupuesto de una vez.
Por ejemplo en vivienda obtuvimos ¢500 millones, pero ya les prometí devolverlos en el próximo extraordinario. Si no aprovechábamos estos recursos no podríamos arrancar hasta el 2011 y es un tema de gran importancia.
Se trata de buscar un balance en la función pública.
Entonces, ¿cuánto va a costar por año la Red de Cuido?
Es muy difícil estimarlo, porque nuestro plan incluye el aporte de las familias, lo cual no podemos cuantificar; sin embargo, tenemos un presupuesto de ¢5000 millones por año; por lo tanto, estamos hablando de ¢20.000 millones en los cuatro años.
Con esos recursos podremos organizar las estructuras, abrir centros y dar subsidios. Se trata de un cálculo que hicimos para cumplir con la meta establecida, que consiste en duplicar el número de niños atendidos en jornada completa, es decir pasar de 4.000 a 8.000 menores y 5.000 en los servicios en la jornada parcial.
Espero que a fin de año tengamos la estimación de cuántos recursos necesitaremos, pero en una primera fase trabajaremos con ese presupuesto.
El gobierno habla mucho de que hay déficit y que se requiere la reforma tributaria. ¿Estaría la Red de Cuido condicionada a esta aprobación?
No. La política social y el desarrollo del país no sería factible sin esos recursos; se trata de una reforma fiscal integral, que no sea regresiva. Con ella podríamos aspirar a mayores niveles de bienestar y tendríamos dinero adicional para el programa nacional, sin embargo ya contamos con el presupuesto para arrancar con la Red de Cuido.
¿Ya arrancó el programa?
Depende, muchas personas me hacen esa misma pregunta, todos esperan ver los establecimientos, pero primero debemos avanzar en esta labor de planificación, hay que diseñar el modelo.
Por ejemplo, estamos pidiendo a municipalidades que consigan lotes, y en agosto estaremos haciendo las primeras transferencias, para que puedan construir las instalaciones y en otras zonas del país alquilaremos los locales.
Otra de nuestras estrategias es aprovechar la capacidad subutilizada. Hay guarderías y hogares comunitarios que no están atendiendo a todos los niños que pueden, incluso varios Cen-CINAI que no trabajan en las tardes.
Si contratamos más personal y usamos estas estructuras ya desarrolladas para el cuido de los niños, entonces no tendremos que esperar a construir edificios, que lleva muchos meses. Eso sí, deberemos hacerlo de manera ordenada y planificada, nuestra meta es a mediano y largo plazo.
Precisamente, en este sentido hay especialistas que recomiendan que la Red requiere al menos de 10 años para cumplir con sus objetivos y ser sostenible, ¿qué opinión le merece?
Estamos fijando metas a 10 años plazo. El 2021 es una fecha simbólica, cuando esperamos estar en una cobertura del 50% al 60%, pero lógicamente comienza a dar frutos desde el momento en que una comunidad abre un establecimiento, no hay que esperar tanto tiempo, es un plan progresivo.
Ahora para que el sistema madure se requieren muchos años, así fue con los Cen-CINAI, los cuales ocuparon tiempo para funcionar, pues antes eran centros donde los niños únicamente se alimentaban; lo mismo sucedió con la Caja, se dieron muchas discusiones, pero hoy nadie se cuestiona su existencia, aunque haya que mejorar su calidad y cobertura.
Con esta Red de Cuido aspiramos a que sea grande, sobre todo porque no estamos partiendo de cero, estamos sembrando la semilla de un sistema que se universalice y pronto la gente exigirá que sea así.
Hace poco se dio un problema con los Cen-CINAI pues el Ministerio de Salud no compró la leche para darles a los niños. ¿Cómo lograrán coordinar todo para que se dé la respuesta que se requiere?
Hay que mejorar mucho la planificación, en este caso concreto hicimos la revisión pertinente y descubrimos que no fue un desabastecimiento, sino que la leche del proveedor no cumplía con las especificaciones del porcentaje de grasa.
Pero bueno, la pregunta va por otro lado y en ese sentido la respuesta sería que estos sistemas debemos coordinarlos, no solo garantizar que estén los recursos, sino que las compras e insumos estén al día.
La diferencia con los Cen-CINAI es que estos centros van a funcionar de forma independiente, cada empresa, municipalidad o asociación recibirá el subsidio y se encargará de sus compras, esto lo haría más eficaz.
Por otra parte, ¿en qué fase se encuentra el programa de la Red de Adultos Mayores?
La expectativa de este programa aún no es tan alta como en la Red de Cuido y Desarrollo Infantil, pues la infraestructura es menor y la necesidad es muy alta.
Para este proyecto desarrollaremos un convenio con el Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor (CONAPAM), que es un organismo que está establecido por ley, por lo que decidimos no duplicar esfuerzos, sino aprovechar su trabajo. Primero vamos a definir metas y estrategias, pero en este momento no sabemos cómo será el modelo que desarrollaremos.
Lo que sí hemos pensado es aumentar al menos en un 50% la cobertura actual en las distintas modalidades, como centros diurnos y hogares comunitarios que permitan a nuestros adultos mayores contar con opciones de recreación y socialización, así como crear una red de apoyo social para que puedan tratar sus problemas, pues en un momento están bien, pero en los otros no y es fundamental contar con el apoyo de las comunidades y vecinos.
¿Cuándo se pondría en marcha?
Es probable que el próximo año y arrancaríamos con un presupuesto de unos ¢2000 millones.
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