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En el foro sobre Globalización e Integración Regional que organizó la Fundación Friedrich Ebert Stiftung, debatimos sobre el pensamiento sistémico (PS) como herramienta de análisis al problema ambiental y energético centroamericano.
Dado el interés, efervescencia y expectativas que generó el conversatorio entre la promoción 2010 del Programa Agentes de Cambio Costa Rica, he decidido compartir este enfoque como elemento integrador y herramienta de análisis que articula procesos, encadena patrones y genera escenarios dinámicos de interacción entre sistemas biofísicos, socio-económicos y políticos.
Como complemento una sencilla aplicación al problema del calentamiento global y el cambio climático.
Definición básica del pensamiento sistémico: El PS es parte de la teoría general de sistemas, su origen relativamente reciente se remonta a 1960 y se le atribuye al ecólogo alemán Ludwig von Bertalanffy. La base filosófica se sustenta en el holismo (holos=entero) y su fundamento surge del cuestionamiento sobre la aplicación del método científico en los problemas biológicos y en las limitaciones de la visión mecanicista como esquema de análisis y explicación de los grandes problemas bióticos, físicos, sociales, económicos y políticos que interactúan.
El PS es un reformulamiento intelectual que busca comprender el mundo que nos rodea mediante el estudio de la conexión que existe entre las partes. A diferencia del planteamiento del método científico, que percibe partes de éste y de manera inconexa, la naturaleza del PS analiza el todo para comprender las partes y sus conexiones. El PS se focaliza en los ciclos causales, así como en los patrones que resultan de procesos. Es un poderoso conjunto de herramientas que apoya la toma de decisiones, fortaleza para la planificación estratégica de disciplinas como la administración y la gerencia de proyectos.
Pensamiento sistémico, calentamiento global y cambio climático: La tierra por naturaleza es un sistema organizado, jerarquizado y auto-regulado. Su estructura homeostática (homos =similar y estasis=estabilidad) le permite mantenerse equilibrada, conectada e interrelacionada.
El calentamiento global ha permeado y vulnerado estas interrelaciones, generando una suerte de cortos circuitos en cadena que se manifiestan en el aumento de la temperatura terrestre, deshielo de los polos, incremento del nivel mar, extinción de especies, aumento de vectores propagadores de enfermedades, desertización y hambruna.
En resumen un colapso climático sistémico, sostenido y creciente. Sin articulaciones, la estructura terrestre pasa a ser una masa amorfa, que por aumento de los gases efecto invernadero deriva hacia un punto crítico del que tardará siglos en recuperarse.
Hoy sabemos que hay un patrón (deterioro generalizado de la tierra) y procesos (consumismo, explosión demográfica, detrimento de los recursos naturales y aumento de combustibles fósiles, entre otros) que refuerzan la dirección vectorial del problema del calentamiento global, es decir hay una relación causal que conecta el origen del problema con sus consecuencias.
Entonces, ¿Cómo intervenir en un problema multi-causal y de mega-escala?. Para balancear el sistema se requieren procesos (múltiples cambios en las acciones en la conducta humana) que generen un patrón (reducción global de GEI) en dirección opuesta. Si el punto focal son las emisiones, entonces debemos trabajar en reducirlas, mitigarlas y compensarlas.
Por eso dejemos de preocuparnos por lo que pasa en el resto del mundo y hagamos nuestra parte. Si lo que usted hace se junta con lo mío y con lo del vecino tendremos ciclos compensadores ascendentes familiares, comunales, municipales, nacionales, regionales y mundiales. En resumen lograremos una respuesta sistémica, interconectada y sobre todo de mega-escala.
Esta visión sistémica tiene implicaciones socio-políticas ya que el modelo de desarrollo país podría ser parte del problema o bien de la solución. Por ejemplo la educación para el cambio climático no es opcional, deberá ser obligatoria. Los mecanismos de desarrollo limpio, mercados de carbono y programas de mitigación y compensación de emisiones deben masificarse y como política de estado la estrategia de cambio climático deberá reajustarse y acelerar en ejecución si pretendemos ser carbono neutro en el 2021.
¿Cuánto tiempo nos queda?, ojalá que sea más del que hemos invertido en empujar a nuestra Pachamama al borde del cataclismo.
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