En algunas disciplinas, parte de los esfuerzos conscientes de la actividad científica o profesional giran sobre la idea de buscar una relación objetiva a la función de un objeto creado y su naturaleza.
De esta forma, se supondría que  las intenciones del creador(a) de un artefacto u objeto funcional son importantes para asignarle su función.
A esta relación función-objeto se le suele llamar instancia de razonamiento causal, así entonces un artefacto fue creado para realizar su función con máxima eficiencia. En áreas como la ingeniería y arquitectura esto es de vital importancia.
Se parte de que las intenciones del creador(a) -sean estas reales o imaginarias- tienen un alto valor en la comprensión que los otros hagan a nivel mental de los artefactos que han sido creados para cumplir una función.
Algunos estudios muestran que la función propia de un artefacto o instrumento tiene que ver con  la intención de su creador y no tanto con su funcionalidad óptima.
Estudios recientes muestran que la relación entre el creador y el objeto creado no necesariamente obedece a una funcionalidad estricta, incluso, en muchos casos la función asignada a un objeto o artefacto no es la mejor, y podría funcionar mejor para otras situaciones, y pese a ello, el creador(a) se empeña en sólo verle la función para la cual fue creado.  
Al parecer, también las otras personas terminan pensando que un artefacto sólo tiene la función que su creador le ha dado cuando este les indica para qué es, y son cada vez menos capaces de ver otras funciones.
¿Tendrá esta forma humana de relacionarnos con los objetos creados, alguna relación con el ejercicio de la docencia en las ingenierías o arquitectura?, ¿habrá relación con la creatividad limitada?, ¿estos hallazgos tendrán algún peso en la forma que los estudiantes o profesionales de las ingenierías o arquitectura toman decisiones o resuelven problemas?