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Al fin se supo

En estos días se supo que la revelación que Dios hizo a Eugenio Trejos no fue que estaba llamado a ser presidente de Costa Rica sino el que sería parte del desastroso proceso en que los rectores de las universidades públicas renegociarían el Fondo Estatal para la Educación Superior, con bajo ton y peculiar son.

En estos días se supo que la revelación que Dios hizo a Eugenio Trejos no fue que estaba llamado a ser presidente de Costa Rica sino el que sería parte del desastroso proceso en que los rectores de las universidades públicas renegociarían el Fondo Estatal para la Educación Superior, con bajo ton y peculiar son.
Según expertos, en contra de la opinión del Espíritu Santo, la comunicación divina a Trejos fue hecha en arameo y en CONARE solo un exrector de la UNA entendía (no es que supiera lenguas sino que estaba en la jugada), pero, por algún motivo, no quiso cooperar. La traducción fue encargada entonces a un equipo mixto del MOPT, el ICE y la Asamblea Legislativa, pero su producto llegó tarde, recién en estos días. Alegaron errores en la concesión, dificultades con la Contraloría y problemas con la inusual lluvia.
Se debe reconocer que la revelación divina, además de estar en arameo, era algo extensa. Decía: “Negociarás un largo tiempo sin saber quién está del otro lado, como si fuera un relato de Kafka, sin explicar a nadie por qué demandaste un 13% para luego bajar a un 11% y recibir, jubiloso, un 7% (LN: 26/08/2010), promesas, algunas miradas de conmiseración y el socarrón elogio del Ministro de la Presidencia. El Ministro de Educación no te dará la mano y en cambio pronunciará la palabra “pen…” (aquí el texto aparece borroso, por la lluvia o por llantos, los expertos no se ponen de acuerdo).    En fin, que la vapuleada a los rectores fue prevista por Dios como completa y más encima tendrían que dar las más sentidas gracias. Si se ponían feos la siguiente cita era en la Asamblea Legislativa donde los atenderían diputados que no olvidan que las universidades públicas (algunas) se pronunciaron en contra del inadecuado TLC con Estados Unidos, contra las ilegalidades en relación con la concesión de los muelles de Limón, en contra de la explotación de oro y otros minerales a cielo abierto, por declarar el acceso al agua un derecho humano y bloquear su transformación en mercancía y, especialmente, por impedir que Óscar ingresara a un recinto universitario. “¡Aquí los quiero!”, gritaba histérica una diputada. “¡Son ateos!”, le coreaban varios mientras bebían agua bendita para reforzar odios y entrarles a los engreídos universitarios públicos con más fuerza.    Si se hubiera traducido a tiempo la revelación divina, rectores y rectoras, quizás, se hubieran percatado que protagonizaban no una negociación, sino una confrontación en el marco de un examen/prueba. Es uno de los procedimientos del neoliberalismo “a la tica”. Toquémoslos donde les guste o les duela, a ver qué pasa. Démosles larguísimas largas, como si fueran transportistas “porteadores”, a ver si se tiran furiosamente a la calle y se echan encima la opinión pública. Mintamos en reiterados campos pagados asociándolos con la palabra maldita “sindicalistas”. Y, sobre todo, que esperen. Y cuando el asunto se haya cerrado, con su total humillación, que sigan esperando. Y no dejemos de manosearlos y ningunearlos. A la larga o a la corta, se acostumbran.    Ayunos de revelación divina, y pese a garrotazos, allanamientos y dientes rotos, algunos universitarios ni siquiera se dieron cuenta que eran manoseables y manoseados. Roncaron el asunto como una “larga y difícil negociación”. No articularon fuerzas, no tomaron la iniciativa de explicar a estudiantes, académicos, sindicatos, ciudadanía, la seriedad de sus programas y el valor de una educación universitaria pública de alta calidad y la necesidad de que ella irradiara hacia al resto del sistema educativo y también hacia el conjunto de los habitantes. No pidieron apoyo a Nery Brenes. Quizás han perdido la capacidad para notar que existe.    Tal vez por eso no pueda sorprender que la principal universidad pública del país cierre dos días (se pudo solicitar ayuda a los marines que están de visita), porque su autoridad se siente ‘irrespetada’ por los dirigentes de sus estudiantes y trabajadores organizados y que los resienta como ‘descalificadores’ (¿será sinónimo de “enemigos”?) sistemáticos (LN: 28/08/2010). “El enemigo está adentro”. Es el mensaje de la contrainsurgencia. Si los rectores creen eso, apague la luz y vámonos. No solo es paliza, de la que uno podría recobrarse, sino momento de una triste y final despedida. Esto, dicho con cariño.___________________P.D. Ya escrito y despachado este texto parece que retorna el diálogo interno en la UCR. Cada sector ha puesto de su parte. Mejor así.

  • Helio Gallardo (filósofo)
  • Opinión
Neoliberalism
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