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Diputados coinciden en necesidad de fortalecer leyes ante vigencia del acuerdo, pero sectores dicen que eso sería “hacer las cosas al revés”.
Pese a que el Tratado de Libre Comercio entre Costa Rica y China parece avanzar sin mayores obstáculos en la Asamblea Legislativa, tanto diputados como representantes de diversos sectores económicos nacionales observan con recelo el impacto que tendrá el acuerdo en el país.El proyecto se discute en la Comisión de Asuntos Internacionales del Congreso y contaría con los votos necesarios para su aprobación (cuenta con el apoyo expreso de las fracciones del Partido Liberación Nacional -PLN- y Movimiento Libertario), según manifestaron representantes de las principales fuerzas políticas.
Sin embargo, las regulaciones para controlar normas de calidad y competencia desleal -al ser China “un socio no confiable”- figuran entre las principales preocupaciones, tanto dentro como fuera del ambiente legislativo.“El ambiente que podemos percibir en esta Asamblea Legislativa es un ambiente de discusión bastante maduro; en realidad no hay tanta preocupación con el contenido del tratado, sino con la aplicación práctica del acuerdo”, manifestó el diputado del PLN, Francisco Chacón.
“LA CASA NO ESTÁ ARREGLADA”
Mientras tanto, la Cámara Costarricense de la Industria Alimentaria (CACIA) es uno de los sectores que se opone a la firma del tratado, al considerar que Costa Rica tiene serios problemas estructurales de competitividad.“Durante los últimos años, el producto procesado de valor agregado ha sido sometido al libre comercio, mientras que materias primas esenciales, especialmente provenientes del agro han estado bajo esquemas proteccionistas”, puntualizó Mario Montero, vicepresidente ejecutivo de la CACIA.En su criterio, esta situación genera un importante problema de competitividad y de distorsión en los mercados, que no le permiten al industrial de valor agregado desarrollarse eficientemente, ni en el mercado internacional ni en el nacional, al no tener acceso a sus materias primas fundamentales y las materias primas locales.“Es muy difícil seguir apoyando procesos de liberalización del mercado nacional, si este tipo de problemas estructurales no se solucionan antes”, advirtió Montero.Además, ve como un “error” que se apruebe este tratado, pues “nos pone en una situación muy desventajosa, en la cual no es cierto asumir que Costa Rica está preparada para aprovecharse de las ventajas de un TLC con China, cuando los sectores locales que tienen interés en entrar en el acuerdo son relativamente pocos”.“Los diputados han sido bastante abiertos a escuchar las inquietudes que tienen sectores como el nuestro, pero aun así nos parece que es un error asumir que no importa que la agenda comercial siga, porque son problemas que en algún momento se van a arreglar”, señaló.“Sí importa, porque las promesas de que esto se va a arreglar las venimos escuchando hace muchos años y hasta la fecha, a pesar de esfuerzos importantes que ha iniciado la administración actual, seguimos teniendo las mismas carencias de siempre”, sentenció Montero.Dentro de las carencias apunta excesos regulatorios, requisitos innecesarios, altos cobros por servicios y a un proceso de “informalización” de la pequeña industria costarricense, debido a la imposibilidad que representa relacionarse con las instituciones del Estado.“Seguimos sin acceso a materias primas fundamentales de conversión industrial, que son básicas para los procesos de innovación; tenemos en CR el gas de cocinar más caro de la región, un 13% más alto que en el resto de Centroamérica, un 37% más que en México; en insumos energéticos tenemos problemas de abastecimiento, provocados por problemas de infraestructura; son una serie de carencias internas que nos ponen en una situación muy complicada, en un momento donde ya han sido firmados muchos TLC. El país estaría entrando en un proceso de mayor intercambio de productos, bajo un esquema donde internamente la casa no está arreglada”, advirtió Montero.Otra de los sectores que ha manifestado su oposición al acuerdo es la Cámara de Industrias (CICR). El presidente de la entidad, José María González, ha subrayado su posición en un comunicado de prensa, respecto a las dudas del sector ante la sociedad con el gigante comercial asiático.“China es un socio comercial no confiable, por lo que la CICR siempre mantuvo la posición de que se trata de una negociación desequilibrada, por lo que la Cámara ha insistido en la búsqueda de un acuerdo de alcance parcial, en vez de un tratado de libre comercio como tal”, señala el comunicado.También insistió en la necesidad de proteger la “industria naciente”, al considerar que el plazo otorgado por China “afectará negativamente el futuro de la inversión industrial nacional”.La Cámara de Exportadores de Costa Rica (CADEXCO) ve el acuerdo Costa Rica-China como una estrategia política a largo plazo, que fortalece el interés del país de acercarse al Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (que contempla a China, Singapur y Corea).“El sector exportador de nuestro país en los últimos diez años ha tenido un crecimiento bastante fuerte, no sólo en el tema de empresarios que participan en la exportación, sino en el número de productos que exportamos y en el volumen de estas”, detalló Betsabé Álvarez, vocera de prensa de la institución.Considera que los retos en este sentido, tienen que ver con la adaptación de los productos al mercado chino, la formalización de protocolos, la identificación de productos y mercados, la eliminación de mitos, la capacitación en legislación sobre controversias, entre otros.
Ambiente legislativo
“Es una oportunidad para los sectores agrícolas del país”
El diputado del PLN Francisco Chacón, considera que existe consenso en reconocer que en el TLC con China el sector más beneficiado será el agropecuario.Sin embargo, admite la urgencia de que Costa Rica fortalezca su marco jurídico para protegerse ante el comercio desleal, la calidad y los controles fitosanitarios.“Estamos hablando por ejemplo, de cómo nos vamos a asegurar que el país va a poder defenderse de un comercio desleal si realmente se da, en cómo vamos a proteger a los costarricenses en caso de que ingresen bienes que no tienen la calidad que nosotros creemos que debe tener y cuáles son los mecanismos que va a utilizar el Ministerio de Agricultura y Ganadería para certificar la idoneidad de los productos que ingresan”, indicó.“Tiene que haber un mecanismo expedito para que el sector público costarricense pueda reaccionar de manera importante, ante un ingreso de productos a precios de dumping”. No es tanto la necesidad de promulgar nueva legislación, sino de fortalecer la institución como tal y que pueda responder de una manera oportuna”, puntualizó Chacón. “CAMPEÓN DE COMERCIO DESLEAL”
“Uno cuestiona que si naciones que son en principio más poderosas económicamente hablando (Estados Unidos y Canadá) tienen problemas y deben quejarse a la Organización Mundial de Comercio, qué garantiza que en Costa Rica no habrá prácticas desleales de parte de China”, planteó Víctor Granados, diputado del Partido Accesibilidad Sin Exclusión (PASE).Para Granados, esta duda desnaturaliza el tratado de principio a fin y es una de las reservas que ha manifestado alrededor de su discusión en el congreso.“De qué sirve un tratado si China es campeón de dumping a nivel de comercio internacional, y campeón de prácticas desleales. Hace tratados, pero no los cumple”, reclamó.También dijo tener reservas en el tema de controles fitosanitarios. “Para nadie es un secreto que hay una serie de productos chinos que pululan en América Latina, que no cumplen con los estándares y las exigencias de salud que sí son requeridos para los productos nacionales, como el caso de melamina que en muchos casos está a la libre en estos productos o el caso de la leche adulterada”, afirmó Granados.
“SE ESTÁN HACIENDO LAS COSAS AL REVÉS”
“Se están haciendo las cosas al revés, porque primero hay que aprobar las leyes -si fuera un asunto de preparar al país para enfrentar el tratado- y después aprobarlo. Si se aprueba primero, la experiencia nos muestra que las leyes de competitividad, de compensación de los daños, nunca se terminan aprobando como nos pasó con el TLC con Estados Unidos”, afirmó el diputado del Frente Amplio, José María Villalta.“Vemos con preocupación este tratado, al igual que el CAFTA va en la misma línea de meter temas que no son estrictamente comerciales”, comentó.Externó preocupación respecto al capítulo de propiedad intelectual, el cual podría afectar la biodiversidad o sobre el apartado de inversiones, que le otorgaría privilegios a inversionistas extranjeros que exceden los derechos de los ciudadanos costarricenses.“He notado una cierta resaca con lo que pasó con el CAFTA, y muchos diputados están reacios a reabrir esas discusiones y quieren pasar la página. Hay un cierto hastío de que nos tengan discutiendo sólo estos temas. Los últimos gobiernos han sido poco creativos en plantear una estrategia de desarrollo integral. Lo único que vemos es una avalancha de TLC”, reprochó Villalta.
“EL TLC CON CHINA ES UNA HERRAMIENTA”
Mientras asentía su apoyo total al acuerdo, la diputada del Movimiento Libertario, Patricia Pérez, también expresó sus reservas hacia algunos aspectos del Tratado.“Hay algunas cosas en que el país necesariamente va a tener que avanzar, como el tema de aduanas, controles fitosanitarios y controles de productos”, afirmó.“Siempre que hablamos de un tratado de libre comercio, la gente tiene la impresión de que algunos se favorecen y otros se desfavorecen; pero, el tratado en sí mismo es una herramienta nada más y obliga a la competitividad, y es un tema que el ML le ha insistido a la Casa Presidencial: que tenemos que avanzar dentro del país, pero para todos los sectores”, destacó.“El mundo se está globalizando y nosotros nos estamos quedando atrás; hay una cosa que es real: los chinos están aquí; lo que estamos diciendo con el TLC es que existan mecanismos jurídicos establecidos y normas para hacer el comercio internacional por los cánones correctos”, agregó.
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