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Injusta condena en Irán

El 5 de marzo de 2008, Mahvash Sabet -una maestra de escuela y madre de dos hijos- fue detenida por haber sido convocada a la ciudad iraní de Mashhad, para discutir algunos asuntos relativos a un entierro Baha’i. Ella ha estado en prisión desde entonces, incluyendo los primeros 175 días de estancia en régimen de aislamiento sin ningún cargo.

El 5 de marzo de 2008, Mahvash Sabet -una maestra de escuela y madre de dos hijos- fue detenida por haber sido convocada a la ciudad iraní de Mashhad, para discutir algunos asuntos relativos a un entierro Baha’i. Ella ha estado en prisión desde entonces, incluyendo los primeros 175 días de estancia en régimen de aislamiento sin ningún cargo.
Dos meses después, el 14 de mayo, otros seis miembros prominentes de la comunidad bahá’í de Irán fueron encarcelados en la conocida prisión de Evin de Teherán, después de que fueron detenidos en operaciones de madrugada en sus casas, en una redada que fue siniestramente similar a los episodios de la década de 1980,  cuando decenas de dirigentes iraníes baha’ís fueron detenidos y sumariamente asesinados.
Los otros seis detenidos fueron Fariba Kamalabadi, Jamaloddin Khanjani, Afif Naeimi, Rezaie Saeid, Tavakkoli Behrouz, y Tizfahm Vahid.Estos cinco hombres y dos mujeres fueron todos miembros de un grupo a nivel nacional conocido como el «Yarán-i-Irán» o «Amigos en Irán», desde que el gobierno de Irán prohibió el derecho de organización administrativa a esta comunidad religiosa.Después de unos 20 meses de cárcel sin cargos, su juicio comenzó el 12 de enero de 2010. A lo largo de su espera por que se hiciera justicia, los siete habían recibido apenas una hora de acceso a sus abogados y sufrieron maltratos y privaciones, incluso problemas psicológicos y físicos.Los siete fueron acusados de espionaje, propaganda contra la república islámica, establecimiento de una administración ilegal -entre otros cargos-, todos los cuales son completamente infundados y absurdos, y han sido rechazados categórica y completamente por los acusados.Su crimen, sin embargo, no es más que ser miembros de la Fe Bahá’í, una religión que ha sido objeto de una persecución sistemática, patrocinada por el gobierno de Irán desde la revolución de 1979.De hecho, el juicio de los siete en muchos sentidos fue el juicio de toda una comunidad de más de 300.000 bahá’ís iraníes. En los últimos 30 años, más de 200 bahá’ís han sido asesinados, cientos de ellos encarcelados, y miles privados de sus puestos de trabajo, educación y libertad de culto.Además, los cargos contra los siete refleja el tipo de falsas acusaciones y de campaña de desinformación,  que el régimen de Irán ha acostumbrado utilizar para vilipendiar y difamar a los bahá’ís durante décadas.El juicio de los siete líderes bahá’ís terminó el 14 de junio de 2010, tras seis sesiones, que frescamente se caracterizaron por sus faltas al debido proceso, infringiendo las más fundamentales leyes de la misma constitución iraní, valiendo nada que Irán sea signatario del marco internacional de derechos humanos.Las sentencias conocidas durante el mes de agosto, condena a 20 años de prisión a cada uno de los acusados, lo cual ha sido recibido con indignación y condena en todo el mundo. Los abogados de los siete acusados están preparando una apelación. Para más información y leer un reportaje especial visite http://news.bahai.org

  • Luis Dumani Stradtmann (Profesor Facultad de Agronomía)
  • Opinión
Notas

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