En PROGRE El diálogo está primero, asegura candidato presidencial.
El nuevo partido político PROGRE, está liderado en su papeleta por Mariano Salas Naranjo. Lo más importante, según Salas, es reactivar el movimiento estudiantil  que se ha fragmentado. “Las razones de esta fragmentación descansan en molestias por las políticas que han adoptado la Federación”, asegura.
Las elecciones del directorio de la FEUCR y los representantes ante el Consejo se realizarán los días 21 y 22 de octubre. Ante el “clima político”, Salas enfatiza en la importancia del respeto y la inclusión de los distintos sectores del estudiantado.
Además del respeto, temas como los horarios de las bibliotecas y el cálculo del Sistema de Becas, lideran su propuesta. A continuación un resumen de la conversación que UNIVERSIDAD mantuvo con Salas, como parte de una serie de entrevistas que se le realizarán a cada uno de los candidatos.
¿Cuál es la definición del partido como tal, cómo nace?
– El movimiento se funda oficialmente el 4 de setiembre en una asamblea abierta y nace a partir del movimiento progresista. El malestar con  el directorio de la Federación viene desde el año pasado, pero es evidente que hay grupos externos que influyen en ellos. Hay intereses que maneja la FEUCR que no son los mismos que maneja el estudiantado, lo cual provoca desmovilización estudiantil y desmotivación. Además de que han demostrado algún grado de inoperancia como con la Comisión de Becas, que no hicieron nada en un tema que ellos defendían.
¿Qué caracteriza al partido?
– Se caracteriza por el respeto a las diferencias de criterio o de filiación política, respeto para todo el mundo. Porque PROGRE es bastante diverso con distintas corrientes ideológicas, pero siempre en la izquierda, no tan recalcitrantes sino una izquierda democrática y más inteligente.  Somos inclusivos de las diversidades en todo tipo y aspiramos a ser lo más representativos posibles. El estudiante universitario tiene una sensibilidad de una izquierda moderada y pretendemos llenar ese vacío que antes no se había tomado en cuenta.
¿Cuál es el principal eje de la campaña?
– La idea de PROGRE es reconstruir el movimiento estudiantil porque ahorita está tieso. Tenemos un directorio que va para un lado, asociaciones que van para otro lado y estudiantes que no van para ningún lado porque no están interesadas. Vamos a ser contestatarios, pero no vamos a caer en la protesta por sí misma, sino cuando es necesaria. Primero está el diálogo. Dentro de lo concreto tenemos el tema de becas y su sistema de cálculo, propuestas ambientales dentro de la universidad como el manejo de los desechos. Además de aumentar el horario de las bibliotecas y trabajar en temas nacionales como el del fotocopiado.
¿Cómo van a manejar una propuesta de campaña ante una población estudiantil fragmentada?
– Incluyendo los derechos de los estudiantes en quienes los representan, vamos a las causas meramente. ¿Por qué el estudiante se aparta y no se involucra? Por la misma gestión que ha venido teniendo la FEUCR. Desde hace cinco o seis años de que el mismo grupo de gente está manejando la federación, los cuales no responden a los intereses de los estudiantes. Es una campaña difícil por las actuaciones de la actual federación con el tema de las tomas y las posiciones de la negociación sobre el FEES  (Fondo Especial de la Educación Superior Estatal) que han generado bastante malestar en el estudiantado. Tenemos un programa de gobierno en permanente construcción y escuchamos todas las opiniones. El mecanismo es reactivar el vínculo entre Federación y asociaciones estudiantiles.
¿Cómo se va a orientar la política en las sedes regionales?
– Haciendo visitas directamente, buscando gente que nos apoye y dejando grupos que trabajen. PROGRE tiene una propuesta general, pero cada sede y cada recinto la aterriza a sus necesidades inmediatas. Llevamos lo que tenemos y les vamos a decir “Adáptenlo, aprópiense y ajústenlas a sus necesidades inmediatas.
¿Cómo ustedes van a estimular una mayor participación en las urnas?
– Hay campañas sobre esto. No soy de la posición de que quien no vota no tiene derecho a quejarse, pero si queremos incidir en el punto de quién va a llegar a la FECUR y quién va a tomar las decisiones. Eso solo lo hacemos votando.