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Expertas responsabilizan al sistema educativo de exclusión estudiantil

En la última década, el promedio anual de exclusión escolar indica que de cada 1000 estudiantes solo 367 terminan la secundaria.

En la última década, el promedio anual de exclusión escolar indica que de cada 1000 estudiantes solo 367 terminan la secundaria.
Las relaciones constructivas con los profesores es unos de los principales factores para garantizar la permanencia de los estudiantes en el colegio, coincidieron expertas en materia de educación que participaron en el panel de discusión organizado por la Escuela de Estudios Generales de la Universidad de Costa Rica (UCR),  el pasado 30 de setiembre.
Bajo el nombre Estrategias para la permanencia de estudiantes en el sistema educativo,  se presentaron cuatro ponencias en las cuales se concluyó que es el propio sistema el que expulsa a los jóvenes de las aulas.
 
Irma Arguedas, docente de la Escuela de Orientación y Educación Especial, presentó los resultados de una investigación realizada con estudiantes de secundaria sobre los factores que estimulan la continuidad en el sistema educativo, entre los que destacó la habilidad académica de los estudiantes y la actitud que tengan estos ante el estudio.
Para Arguedas, si un alumno o alumna tiene éxito en sus asignaciones académicas, tiene más posibilidades de continuar en el colegio, pues de lo contrario es más factible que opte por dejar las aulas ante una dificultad.
Además destacó la importancia de las buenas relaciones con los compañeros y también con los profesores, ya que esto genera sentimientos positivos en los jóvenes. De igual manera, resaltó las relaciones interpersonales con las personas adultas que los rodean, como un factor determinante.
Según Arguedas, debe haber un apoyo en equilibrio con exigencias racionales. “Hablamos de una disciplina no represiva, ni permisiva, sino inductiva”.
La calidad de la infraestructura y las características del ambiente institucional, también tienen un rol destacado en el estímulo de los adolescentes para seguir estudiando. A lo anterior sumó el sentido de pertenencia que los muchachos y las muchachas desarrollen, así como también la calidad académica.
En este sentido, Jeannette Araya, coordinadora académica del Liceo Emma Gamboa, propuso la utilización de otros recursos para la enseñanza, que potencialicen las capacidades de los estudiantes.
La educadora aludió al rechazo que los alumnos manifiestan por los exámenes tradicionales, por lo que presentó algunos ejemplos de evaluaciones no convencionales que han sido populares en sus lecciones, como los talleres de lectura y las presentaciones orales. Para ella, estos métodos de evaluación han tenido mucha aceptación entre los educandos.
EVITAR LA DESERCIÓN
En contraposición a los elementos que incentivan a los estudiantes a permanecer en las aulas,  están aquellos que los alejan. Isabel Román, investigadora del proyecto Estado de la Educación, señaló que hablar deserción es responsabilizar a los estudiantes de la exclusión, cuando es el sistema el que se encarga de expulsarlos.
De acuerdo con Román, de cada 1000 escolares, solo 367 terminan la secundaria. En la última década, el promedio anual de exclusión -según datos del Ministerio Educación (MEP)- es de alrededor 35.000 estudiantes (40.000 en el año 2008 y 37.000 en el 2009).
Para la investigadora, si bien uno de cada cuatro estudiantes reprueba, esto no significa que no estén interesados en aprender, sino que a los estudiantes no les resulta atractivo lo que les enseñan.  Por esta razón, sugirió una revisión de la oferta académica y de las estrategias pedagógicas utilizadas.
Entre otras cosas, señaló que un tercio de la población estudiantil estudiada manifestó haber sido objeto de expresiones peyorativas. “A nadie le gusta que le digan vago o tonto”, objetó la investigadora.
La Fundación Acción Joven, cuyo principal objetivo es evitar que estudiantes dejen las aulas,  trabaja con poblaciones en riesgo social en cuatro colegios (tres de San José y uno de Guanacaste).
Etty Kausamann, directora de Metodología y Operación de la Fundación Acción Joven, explicó trabajan con grupos de sétimo y décimo año, los cuales son los niveles en que hay mayor deserción. Con el apoyo del MEP, imparten una lección a la semana denominada Acción Joven, en la promueven espacios donde los jóvenes expresan sus problemas y proponen soluciones.
De acuerdo con Kausamann, muchos de los factores que propician la exclusión están relacionados con la inseguridad. Por ejemplo, algunos estudiantes dijeron sentir temor de ser asaltados en sus comunidades al regresar del colegio, así como también identificaron problemas de violencia en los hogares y rencillas entre los mismos compañeros.
En el Liceo Julio Fonseca, en Tibás, el porcentaje histórico de exclusión bajó con la presencia de la fundación.
En el 2006 la exclusión en sétimo fue de 45.2% y en lo que va del 2010 es de apenas 4.2%; esto, gracias al seguimiento que hacen de los estudiantes. Los colaboradores realizan visitas domiciliarias en el momento que identifican la ausencia de un alumno para buscar su retorno al colegio.

  • Hazel Cerdas Villalobos 
  • Universitarias
Violence
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