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En el largo y complejo desarrollo de la materia, emerge el cerebro humano, cúspide de este desarrollo, lo más avanzado, hasta ahora conocido en el universo. Este órgano es fundamento, causa, del lenguaje y el desarrollo de la mano; pero, ambos que son efectos en el devenir, en su interrelación, su mutualidad, se vuelven causa del desarrollo de su propia causa.
En el cerebro se elaboran los datos que vienen de los sentidos y, los que proporcionan los instrumentos que éste ha creado, generando pensamiento y producción de conocimiento que, en clave es fijado en la memoria, para que no sufra pérdida y esté siempre dispuesto para las más altas elaboraciones intelectuales.
Esto permite que la materia se conozca a sí misma y el ser humano también lo pueda hacer en su individualidad y colectivamente; por otra parte, abre las puertas del conocimiento de la naturaleza de la tierra y todos los universos.El lenguaje, a través de la palabra, es el inicio de la mayor creación del ser humano, en cuanto a los sistemas simbólicos, que le permite la comunicación, el desarrollo del conocimiento, la colectivización y el enriquecimiento mutuo, entre personas, y la sociedad; consustancial con el desarrollo de la ciencia y la tecnología, que son la llave para la explicación de los fenómenos naturales y sociales, y así, a la mayor libertad de la humanidad. Luego, se desarrollan otros lenguajes: el matemático, con sus números; el musical, con sus claves y notas; el cibernético, con su sistema binario.
La mano humana, en íntima interrelación con el cerebro y el trabajo, es síntesis superior de los tres; además, en la dinámica biológica y social continúan influyéndose, entre sí, para su desarrollo en la superación.
Las destrezas de la mano humana dejan muy atrás a la de otras especies vivientes; es espejo del trabajo y del cerebro.Volvamos al lenguaje, que también es espejo; con él podemos expresar los más dulces y amargos sentimientos; levantar la voz para defender la justicia concreta, frente a la pobreza y sus causas, o, usarla para disimular o justificar la injusticia y la pobreza, por “la vagancia de la gente”.
El lenguaje puede consolar, aliviar, curar y, casi, levantar muertos; pero, también entristece, enferma y atenta contra la vida. La voz es capaz de crear bellos poemas, profundas narraciones sobre el ser humano y la naturaleza; así, también la voz es utilizada para intrigas, odios, mentiras y, para llevar a la humanidad a sangrientas guerras y mantener injustos sistemas sociales. Las primeras voces las escuchamos, de nuestras madres desde su seno y ellas seguirán arrullando nuestros oídos para enseñarnos el lenguaje y el amor; a la vez, hay voces que humillan, que pretenden destruir la autoestima personal y colectiva, son las voces que confunden, mienten y violentan para mantener un estatus beneficioso para unos pocos y perjudicial para las grandes mayorías. Hay lenguajes que dan conocimiento cierto, sobre los fenómenos, las cosas, y dan luz para actuar correctamente; otros producen oscurantismo y parálisis.
Ahora, retomaremos la mano humana, con ella somos capaces de elaborar las más sustanciosas pinturas, esculturas, monumentos; hacer vibrar con sus mejores notas, la guitarra, el violín y el piano; así, igualmente, las manos orfebres crearán bellas piezas metálicas. Con nuestras manos, recorreremos las colinas de la piel de nuestra amada, para encender el fuego del amor; pero, en la realidad, por desgracia, hay manos que señalan con saña, con autoritarismo, con maldad, que matan y envían a matar.
Las manos y el lenguaje se juntan y, a través, de la prestidigitación y el “prestilenguaje”, distraen, confunden, engañan, para ocultar la verdad y despertar la quimera; mientras tanto, se birlan los fondos públicos para llenar las faltriqueras. Por otra parte sus voces y sus manos se levantan para alabar su “democracia”, su “antimilitarismo”, con tropas extranjeras en el país, su “neutralidad”, su “paz con la naturaleza”. Todo mediante la prestidigitación y el “prestilenguaje”; esta última voz, se propone por construcción analógica.
En nuestras conciencias deben estar claros los valores de la verdad y la justicia; así como los de la ciencia, la tecnología, la cultura integral y el humanismo.
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