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Un mundo averiado

Las coplas de Jorge Manrique a la muerte de su padre, nos recuerdan profundamente lo fugaz de la vida y lo inexorable de la muerte. Mucha espiritualidad se basó en ese sentido, de lo pasajero de la vida y lo inmediato de la muerte.

Las coplas de Jorge Manrique a la muerte de su padre, nos recuerdan profundamente lo fugaz de la vida y lo inexorable de la muerte. Mucha espiritualidad se basó en ese sentido, de lo pasajero de la vida y lo inmediato de la muerte.
Nadie se había imaginado que esta inmediatez sería acelerada, para la tercera o cuarta parte de la humanidad de 1980 al presente.
Es con profunda tristeza que debemos concluir que el asesinato lento de una parte de la raza humana, se está llevando a cabo desde ese entonces. Muchos de los trabajos sobre estrés, actualmente se orientan al uso de condiciones crónicas e impredecibles, en la producción de estados nocivos a la salud. Antes el estrés se inducía experimentalmente con una sola sesión de estimulación nociva y luego se medía el marcador de estrés (hormonal, conductual u otro) que se estaba utilizando.
Hoy en día eso ha cambiado. Utilizando trabajos como los de Paré, Seligman, Quirce, Weiss y Glazer, investigadores tales como Matsuzewich et al, Maickel et al y Nash et al, han logrado establecer que el estrés aplicado en horarios impredecibles a las ratas, logra producir efectos asombrosos. Actualmente, nuestro grupo de investigación en la Escuela de Psicología y la Facultad de Farmacia, lleva a cabo similares trabajos con analgesia y horarios impredecibles de estresamiento.
De todo ello emerge un cuadro consistente y ello es que el estrés impredeciblemente aplicado al animal, es profundamente perturbador de este y no le permite habituarse al hecho de haber sido estresado. En otras palabras, el animal llega a contraer la enfermedad del estrés cuando es impredeciblemente estresado. Esto no es el caso si es predeciblemente o regularmente estresado. En otras palabras, la impredictibilidad causa estrés. Por ende, la inseguridad y la ausencia de regularidad en la vida son estresares, cuando está ausente la adecuada protectividad social que debe resguardar a la vida ciudadana.
Wilkinson, Yu, McEwen, Kawachi, Kirkbride y muchos otros, han presentado evidencias asombrosamente consistentes que indican que la ausencia de solidaridad, la presencia de la inseguridad y la desigualdad social, son todos síntomas de una sociedad enferma. Una sociedad que se quebranta a través de múltiples enfermedades derivadas del estrés, incluso la esquizofrenia. Incluso Hackman et al, en un muy reciente trabajo en Nature Reviews/Neuroscience, presenta evidencia de que el vivir en condiciones socioeconómicamente empobrecidas, disminuye las capacidades cognitivas, el uso del lenguaje, las funciones ejecutivas, el manejo afectivo y de pulsiones agresivas. También presentan evidencias de que existen daños neurocerebrales como consecuencia. Correlacionan esto con factores hormonales asociados con el estrés.
En otras palabras, presentan estos autores un tétrico cuadro que nos indica que a medida que existe una mayor predominancia de sistemas de mercado, que no ofrecen sistemas protectivos sociales, existen mayor grado de enfermedades de todo tipo.
En los laboratorios de Estrés y Herbología de la Escuela de Psicología y la Facultad de Farmacia, hemos encontrado que se producen efectos perturbadores del eje de analgesia en animales impredeciblemente estresados.
Esto puede ofrecer una pista para un modelo de tolerancia biológica (no farmacológica) a los opiáceos y a la cocaína, a la vez que correlacionar con horarios impredecibles del estresamiento, la fibromialgia y el desorden post traumático del estrés. La posibilidad de que el estrés juegue un papel en la producción de los dolores idiomáticos, es también altamente notoria en este sentido. Creo que estamos ante un dilema mundial del más alto grado de importancia.
La privatización de los servicios públicos conlleva un efecto terrible de disminución de la protectividad social. ¿Cómo comprender o justificar la riqueza a consecuencia del aumento en la miseria? Estamos viviendo en un mundo altamente averiado, donde se ha logrado producir un humano lleno de pánico y temor ante la posibilidad del derrumbe de su capacidad adquisitiva. En Centroamérica, la mayor parte de los países tienen sueldos mínimos que son cien dólares menores que las canastas básicas correspondientes.
Las  promesas hechas hace poco tiempo, de una  prosperidad global, que se alcanzaría a través del modelo empresarial, no corresponden a los datos actuales recogidos en investigaciones y encuestas mundiales.
Recordemos también que el estrés es causa de efectos oxidativos celulares, que posiblemente disminuyen la longevidad.

  • Carlos Ml. Quirce Balma PhD (Catedrático/Investigador)
  • Opinión
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