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Michael Chacón Scheidelaar

La esquela en el periódico, comunicando el fallecimiento del profesor Michael Chacón, de la Escuela de Ingeniería Química de la UCR, me impactó con una mezcla de incredulidad, perplejidad y tristeza: qué pena perder tan prematuramente a este académico.

La esquela en el periódico, comunicando el fallecimiento del profesor Michael Chacón, de la Escuela de Ingeniería Química de la UCR, me impactó con una mezcla de incredulidad, perplejidad y tristeza: qué pena perder tan prematuramente a este académico.
Luego vinieron la reflexión y los recuerdos: Michael Chacón desarrolló su tesis de licenciatura en Ingeniería Química, bajo la supervisión del profesor Gerardo Chacón Valle, en los laboratorios del Instituto Clodomiro Picado (ICP), hacia mediados de la década de 1980.
Aunque para ese entonces ya el ICP tenía más de una década de fundado y de producir los sueros antiofídicos que el país requería, la tecnología básica para la producción de estos antivenenos se había modificado muy poco desde que Róger Bolaños y sus colegas la desarrollaran hacia fines de la década de 1960.
Esta tecnología incluía, en un punto del proceso de fraccionamiento del plasma sanguíneo de los caballos que eran inmunizados con veneno de serpiente, un paso denominado ‘diálisis’, en el cual se eliminaba el sulfato de amonio, una sal empleada en dicho fraccionamiento. Y este paso de la diálisis tenía el problema de que consumía muchos días, demorando el proceso e introduciendo el riesgo de contaminación del producto.
En dicho contexto se dio un acercamiento entre la Escuela de Ingeniería Química de la UCR, a través del profesor Gerardo Chacón, y el ICP. ¿Por qué no innovar en este proceso de diálisis con base en el aporte de la Ingeniería Química? Varios estudiantes de dicha escuela efectuaron sus tesis de licenciatura sobre este tema, entre ellos Michael Chacón. Los esfuerzos dieron frutos y con base en estos proyectos se modificó el proceso de diálisis, lográndose hacerlo más eficaz en un menor tiempo, incrementándose así la productividad.
Los procesos institucionales siempre se basan en construcciones colectivas, en las cuales el aporte de muchas personas, trabajando desde diferentes ángulos y cumpliendo diferentes funciones, se conjugan para llegar a las metas. En el caso de un proyecto de larga trayectoria, como el del Instituto Clodomiro Picado, esta filosofía de construcción colectiva ha sido determinante. Y en este proceso han participado no sólo las funcionarias y los funcionarios del ICP, sino también personas de otras unidades e instituciones. A lo largo de 40 años, el ICP ha contado con el aporte de una gran cantidad de estudiantes quienes, con sus tesis y trabajos, han contribuido al desarrollo del conocimiento, a la innovación y al mejoramiento de la producción y la acción social.
Sirva la ocasión para rendir homenaje póstumo, por parte del Instituto Clodomiro Picado, al profesor Michael Chacón, quien durante su formación como ingeniero químico contribuyó con nuestro proyecto en el ámbito del desarrollo tecnológico y la innovación.

  • José María Gutiérrez (Catedrático. Instituto Clodomiro Picado Universidad de Costa Rica)
  • Opinión
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