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Tipos de Delincuentes

Al encontrarme en una concurrida calle josefina el pasado sábado 9 de octubre, pude presenciar lo que sería en mi vida el mejor y más eficiente operativo policial: vi cómo 8 efectivos de nuestro cuerpo policial perseguían y aprehendían a un delincuente de entre 14 y 17 años, que portaba no más que su bulto y una bolsa de basura negra, lo que me hizo preguntarme qué tipo de delincuente era.

Al encontrarme en una concurrida calle josefina el pasado sábado 9 de octubre, pude presenciar lo que sería en mi vida el mejor y más eficiente operativo policial: vi cómo 8 efectivos de nuestro cuerpo policial perseguían y aprehendían a un delincuente de entre 14 y 17 años, que portaba no más que su bulto y una bolsa de basura negra, lo que me hizo preguntarme qué tipo de delincuente era.
En efecto era un delincuente porque realiza una actividad ilegal, ilegal porque no contaba con los permisos para vender en la calle las frutas que le decomisaron, lo que me llevó a cuestionarme dónde estaban esos mismos policías aprehendiendo asaltantes en las mismas calles josefinas donde hemos sido nosotros mismos las víctimas, lo ha sido un familiar, un amigo o al menos el amigo de un amigo, los protagonistas de asaltos. En el mejor de los casos asaltos, y no asesinatos en intentos de estos.
¿Cómo orientar los recursos para que las barridas policiales se sientan en términos de seguridad ciudadana y no en decomisos de sustentos familiares de los más desposeídos?  ¡Dónde está la conciencia social de nuestros gobernantes que envían a la policía municipal a patrullar para hacer decomisos y no para prevenir robos? Estoy de acuerdo con que las ventas ambulantes contribuyen al empobrecimiento de la riqueza visual de nuestra capital, pero en orden de prioridades ¿qué debe atacarse primero?
¿Existe en estas barridas municipales algún sentido de solidaridad social con los que en vez de contribuir a los altos índices de hurtos, prefieren vender frutas o en el peor de los casos discos piratas con películas o música? Realmente sentí dolor, sentí vergüenza y hasta asco de ver cómo se dejaba no a una sino a varias familias sin sustento ese día, y luego de enterarme cómo hampones reales dejaban sin sustento a otras familias, y cómo esta situación se vuelve un ciclo recurrente.
La única solución inmediata es reorientar los recursos a atacar problemas reales de inseguridad, a aprehender a verdaderos delincuentes, y brindar un espacio a estos vendedores donde puedan ganarse de manera honrada su sustento. Nos jactamos de vivir en un país de paz, sin ejército y sin guerras, donde esto no es más que una verdad a medias; vivimos en un país donde la guerra es entre el ciudadano común y el hampa, donde el primero debe ingeniárselas para ganarle al segundo la batalla día con día y solo, ya que la policía está decomisando mercancías.

  • Sandy Salazar Zapata (Estudiante universitaria y asesora de comercio exterior y aduanas)
  • Opinión
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