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La directora del montaje dijo que este espectáculo es una vitrina-instalación de cuerpos, donde los personajes muestran distintos reflejos de la realidad.
La obra La Caja de Arena, dirigida por la bailarina, coreógrafa y profesora Vicky Cortés se presentará nuevamente los días 18, 19, 20, 25, 26, 27 y 28 de noviembre a las 7 p.m. en el Colegio de Costa Rica (conocido como las Torres), en el Centro Nacional de Cultura (CENAC). Además formará parte del repertorio del Festival de Navidad, que se llevará a cabo en el Anfiteatro del CENAC el domingo 21 de noviembre.
El pasado miércoles 10 de noviembre se estrenó en el Centro Cultural de España (El Farolito) este espectáculo, dirigido por Cortés.
La propuesta artística, una aproximación desde las diversas artes escénicas, reflexiona sobre los problemas existenciales del ser humano. De este modo, los interpretes de la obra entablan un dialogo entre el espacio de la memoria y la realidad.
La directora del montaje explicó que más que una pieza de danza o teatro, La caja de Arena es vitrina-instalación de cuerpos, donde los personajes van mostrando, en un espectáculo ininterrumpido, sin orden anecdótico o cronológico, diferentes reflejos de la realidad.
Cortés afirmó estar satisfecha tras el estreno pues el público fue muy caluroso, lo que espera sea un buen reflejo. “Yo creo que el trabajo funciona, hace reír, hace reaccionar”, comentó.
DISPARATES PARA REFLEXIONAR
Cortés explicó que La Caja de Arena trata de ser “un antídoto ante la solemnidad”, por lo que utiliza un “disfraz disparatado” para presentar una serie de inquietudes en torno a la existencia humana y la insatisfacción existencial generalizada que, según la directora, nos ha tocado vivir.
Expresó que aunque la obra “viene de muchas partes”, su principal punto de partida fue durante el tiempo que vivió en Alemania y llevaba a su hija a un playground a conocer niños y socializar. Allí, enfrentada a niños, padres, madres, abuelos y otros personajes que pernoctaban en el parque, pudo ver “un reflejo de esa trágica sociedad en la que vivimos”.
Tras esa experiencia, Cortés trabajó el concepto con artistas alemanes y presentó una obra relacionada en ese país. Pasados varios años de esa experiencia decidió retomar el tema y crear un completo y nuevo montaje con intérpretes de Costa Rica.
La coreógrafa aseveró que el montaje es también una reflexión sobre la infancia, pero desde una visión no idealizada de la infancia pues “a los niños se les somete, se les domestica, se les enseña, se les induce y de ahí vamos para grandes. El sistema no nos ayuda a adaptarnos, y por eso la obra es una especie de crítica al sistema”.
De este modo, los personajes de La Caja de Arena abordan el escenario como un playground y en él trazan un paradigma del espacio infantil, queriendo “poseer nuevamente el universo en el juego, en la libertad ilimitada”. En ese espacio se construyen bosquejos de la realidad y de la búsqueda de identidad de los seres humanos, en medio de las fricciones que se dan en el proceso de “ajuste social”.
“UN ELENCO DE LUJO”
Según Vicky Cortés, la obra cuenta con un elenco de lujo conformado por artistas de alto nivel, que ella misma seleccionó, invitó a participar y “afortunadamente aceptaron”. Tras tres meses de trabajo, la obra estaba terminada y lista para ser mostrada al público.
Los intérpretes tras los personajes, son también creadores del montaje, en el que se mezclan los distintos lenguajes y disciplinas de los que proviene cada artista.
“Es una cuestión muy fronteriza pues utilizamos lenguajes que vienen de la danza, de la teatralidad, del perfomance, del mimo y demás para ir decantando el espectáculo y las escenas que en él se desarrollan”, explicó Cortés.
Vicky Cortés estuvo a cargo de la dirección general y conceptualización de la obra, también coordinó el vestuario, utilería y escenografía y realizó funciones de producción. Rodolfo Seas, Florencia Chaves, Mariamalia Pendones, David Calderón, Reinaldo Amien, Diego Álvarez, Ivonne Durán, Alejandro Tosatti y la misma Cortés conforman el elenco intérprete.
La banda sonora estuvo a cargo del músico Alejandro Cardona, quien además acompañó a Cortés en la producción. El diseño gráfico fue realizado por Reinaldo Amien.
La coreógrafa aseguró que la realización de este espectáculo fue posible gracias a la cooperación del Centro Cultural de España, el Festival de Navidad del CENAC, Ministerio de Cultura Juventud y Deportes y el Estudio DANZAY.
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