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CCSS y UCR: dos instituciones fundamentales

La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y la Universidad de Costa Rica (UCR)  son dos instituciones de carácter autónomo creadas como norte del desarrollo social en los inicios de los años cuarentas, junto con la promulgación del Código de Trabajo y las garantías sociales: norte para el desarrollo humano del país.

La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y la Universidad de Costa Rica (UCR)  son dos instituciones de carácter autónomo creadas como norte del desarrollo social en los inicios de los años cuarentas, junto con la promulgación del Código de Trabajo y las garantías sociales: norte para el desarrollo humano del país.
Con el transcurso de los años, el Seguro Social vino a complementar una universalización de la atención que es ejemplo para el mundo civilizado.
El Seguro Social, junto con otros esfuerzos del aparato estatal y de la sociedad en general, ha colaborado inmensamente con los índices de salud que el país muestra como uno de los componentes básicos de su desarrollo. Y esta colaboración la ha sustentado en sistemas de atención de la salud presentes en toda la geografía nacional y porque ha procurado, desde sus inicios, contratar personal muy bien capacitado en los distintos campos de la actividad profesional, técnica, administrativa y de servicios asistenciales de apoyo.
Por su parte, la UCR, institución que nace bajo similares principios que alentaron la creación de la CCSS, ha sido un pilar esencial para el desarrollo, a partir de sus postulados  de docencia, investigación y  acción social. Ha sido, en acuerdo con la CCSS y en atención a las necesidades sanitarias del país, una de las principales formadoras de recursos humanos en distintas áreas de las ciencias de la salud.
Enfermería, psicología, trabajo social, medicina y cirugía, tanto general como especializada, odontología, microbiología, salud pública, salud ambiental, fisioterapia, imagenología y una diversidad de tecnicidades como histotecnología, audiología, registros médicos y disección, entre otras, forman parte de la gama de carreras que tienen vínculos directos con la CCSS. También la CCSS, como una organización que cuenta con más de 45.000 funcionarios, contrata otra diversidad de profesionales egresados de la UCR y de otras universidades tanto públicas como privadas.
Por supuesto, y dada la apertura de la oferta académica de carácter universitario, también, en los últimos años, se ha tenido la participación de otras universidades que comparten los llamados espacios clínicos docentes en centros de salud públicos. Al propio programa de especialidades médicas perteneciente a la UCR, y que se conduce en coordinación con el CENDEISSS/CCSS, ingresan estudiantes que provienen tanto de la UCR como de las universidades privadas con carreras en el área de la medicina y la cirugía. Lo mismo sucede con el programa de internado universitario en Medicina y Cirugía, Farmacia y Microbiología.
Durante mucho tiempo, diría que cerca de 35 años, la UCR y la CCSS establecieron, sin más interlocutores, una relación entre dos; ya a finales de los años 70 y con más auge a mediados de los años 80, ese diálogo la CCSS tuvo que ampliarlo con otros agentes de formación profesional y técnica, tanto públicos como privados. La relación de dos se convirtió en una relación multidireccional, y en el camino se comenzaron a perfilar desacuerdos, pero que con esfuerzo y diálogo se han superado.
La diversidad de criterios pasa por la propia calidad de la educación, como por la visión particular de la salud como un sistema de atención solidaria y universalizada o la salud como un sistema de iniciativas privadas sujeta a los dictados del mercado.
Si la educación médica se ha convertido en un acto artesanal, tal como uno de los panelistas de la propia UCR lo expuso en el foro de recursos humanos e investigación recién celebrado, la responsabilidad exclusiva e innegable es del conjunto de universidades que participan del proceso. Si la educación en posgrado en áreas médicas tiene un gran componente de carácter laboral en detrimento de lo académico, es un aspecto que debe discutirse desde el propio seno de las universidades participantes y parece que ya es hora de hacerlo en conjunto con estudiantes y docentes.
Mi criterio es que el enfoque no debe ponerse en el locus, o sea en los centros de salud de la CCSS en donde se realiza la práctica docente asistencial, sino en el focus, sea en los currículos universitarios para este tipo de carreras.
Si la educación médica se ha deshumanizado por su carácter artesanal, no es por el lugar en donde los estudiantes realizan sus prácticas educacionales, sino que la reflexión debe orientarse respecto de si en realidad esta visión humanística ha cedido el espacio a la competitividad, a la apuesta por la técnica más que por el estudio riguroso o se ha doblado ante una influencia gremialista de supervivencia en el mercado.
Otrosí: los espacios clínicos docentes, complemento importante para la formación en áreas de la salud que se realizan en la CCSS, nunca podrán sustituir lo que de previo la academia ha dejado de lado, que es la formación humanística como elemento esencial para la educación integral del universitario.

  • Carlos Fuentes Bolaños (Profesor)
  • Opinión
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