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“A imagen de Dios los creó, varón y hembra los creó.”En los últimos años se ha creado gran polémica en diversos grupos sociales, que promueven las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, la convivencia y los consecuentes derechos, en relación con lo establecido en la legislación y en la palabra de Dios.
El hombre y la mujer fueron creados por Dios, es necesario recurrir a Él para obtener la identidad de la creación de las personas.
Para tener claridad de cómo y para qué estableció Dios la creación del hombre y la mujer, se debe consultar y seguir el manual de vida establecido por Dios: La Biblia. Desde sus primeras páginas (prefacio): “Enseña que hay un Dios creador, que demanda obediencia, fidelidad y responsabilidad”, versión Reina Valera 1995. Veamos algunos versículos que nos ayudan aportando luz sobre este tema.
En el inicio la Biblia presenta la creación del mundo; y en Génesis 1:26 al 28 informa del origen del hombre y la mujer: “26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza…..27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. 28 Los bendijo Dios y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra…”.
“Creados a imagen y semejanza de Dios”. Todas las personas fuimos capacitados para recibir las promesas y virtudes del Señor. Recibimos el poder para guardar los mandamientos, para seguir los pasos de Jesús y reflejar Su rostro en nuestras vidas. Dios tomó tiempo en crear a cada persona y dotarlo con el poder para cumplir y recibir todo lo escrito en el manual de vida: La Biblia. Las personas tienen la potestad y el poder de su mente para tomar decisiones y responsabilizarse de sus actuaciones.
“Varón y hembra los creó”. Este verso expresa en forma concluyente que nuestro Señor diseñó y envió al mundo personas con sexo claramente definido, solo basta ver la anatomía del hombre y la mujer, para comprobar esta verdad bíblica.
Otras identidades como la homosexualidad y el lesbianismo son creadas por la sociedad, y en los últimos años la sociedad se ha encargado de aceptar y promover como bueno y verdadero, lo malo y lo falso, en perjuicio de las personas, las familias y la sociedad misma.
Ser hombre o mujer es una entidad dada por Dios a cada persona, desde que Él planeó enviarla a este mundo.
“Fructificad y multiplicaos”. En este verso Dios establece un mandato: dar fruto agradable a Él siguiendo sus mandamientos y en obediencia a su palabra; y concebir y crear hijos para poblar la tierra. Este mandamiento, sólo se puede cumplir mediante la relación sexual del hombre y la mujer, en el sagrado vínculo del matrimonio.
“Nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas”. Dios tiene el poder transformador para cambiar la vida de las personas. Todas las personas estamos expuestas en la sociedad a sus creaciones, de ahí es que muchas personas buscan su identidad en los fundamentos creados por el mundo, y no en su propia entidad de creación, dada por Dios: varón y hembra.
Pero nuestro Señor es un Dios de amor, que transforma las personas en nuevas criaturas. Lo maravilloso es que todos tenemos acceso a esta transformación, cuando transitamos por el camino equivocado en relaciones sexuales con personas del mismo sexo. Por la gracia y la misericordia de Dios, cuando caminamos en comunión con Él, pasamos a ser nuevas criaturas (varón y hembra): “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas”, II Corintios 5:17.
Las personas deben rendir su corazón, su espíritu, su mente y todo su ser a Dios, para encontrar su identidad en Él. Todas las personas son muy valiosas para Dios, no importa la situación y las circunstancias pasadas y presentes, con Dios es posible dejar las identidades del mundo; homosexualidad y lesbianismo, por la identidad dada por Dios al ser Su creación: varón y hembra. Dios cursa invitación y da poder para tomar la decisión de renovar su vida y vestirse del nuevo hombre y nueva mujer: “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está corrompido por los deseos engañosos, renovaos en el espíritu de vuestra mente y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y la santidad de la verdad”. Efesios 4:22 al 24.
El Señor nos privilegió al crearnos a su imagen y semejanza, al dotarnos de identidad varón y hembra. Somos Su creación, Él nos ama y nos perdona; tenemos acceso a su poder transformador, para recibir Su identidad cuando la hemos extraviado y ser un nuevo hombre y una nueva mujer, en Cristo Jesús.
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