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Por más de 50 años tratamos de construir democracia en Marruecos. El viaje ha sido largo y doloroso. Tenemos muchos mártires, prisioneros y militantes desaparecidos, y cuando empezamos a tocar la costa de la democracia, aparece un enemigo que utiliza las lágrimas de nuestros sacrificios para herirnos.
Imagine un grupo de catalanes con problemas de desempleo, falta de vivienda y corrupción, manifestándose en un campamento fuera de la ciudad. Los medios de comunicación marroquíes politizan la situación, los relacionan con ETA e ignoran al gobierno y a los ciudadanos.
Para terminar la escena, algunos congresistas marroquíes visitan Cataluña para apoyar a ETA. ¿Cómo se sentirían Willy Meyer (eurodiputado español) y Jean-Paul Lecoq (diputado francés) si esto sucediera en sus países? ¿Cómo actuarían periodistas argelinos si esto fuera en Cabilia?
Miles de ciudadanos marroquíes salieron de la ciudad de El Aaiún y construyeron un campamento para decir «somos ciudadanos marroquíes, tenemos problemas y el gobierno marroquí debe ocuparse de nosotros».
Estos movimientos sociales ocurren de vez en cuando en nuestro país y también son señal de democracia.
Los manifestantes negaron tener intereses políticos y pidieron hablar con el Gobierno para solucionar sus problemas sociales. Cuando la negociación inició, partidos políticos, medios de comunicación y sociedad civil, siguieron el proceso. Pero los medios en España, Argelia y algunos países de América Latina –que reciben información de agencias españolas– politizaron el movimiento social. Muestran a Marruecos como un país de ocupación y vimos periodistas españoles y argelinos entrevistando separatistas.
El gobierno aceptó las demandas sociales. Sin embargo, algunos disidentes amenazaron con cuchillos y bombas molotov a las familias que quisieron dejar el campamento. Las fuerzas marroquíes intervinieron y empezaron los rumores sobre el rechazo de las demandas por parte del gobierno y violencia por parte de los de las fuerzas marroquíes. Los separatistas aprovecharon la oportunidad.
Los medios, especialmente en España y Argelia, mostraron grupos de personas armadas con banderas de El Polisario, pero nunca la enorme manifestación en contra de esas acciones, en la misma ciudad.
Si las fuerzas marroquíes querían imponer la fuerza: ¿Por qué 11 de las 13 víctimas fueron policías que murieron apuñalados? ¿Por qué los medios hablan de la muerte de civiles sin pruebas?
Meyer siempre habla de nosotros como enemigos, como un país de ocupación. Le negaron la entrada a Marruecos y él y Lecoq se molestan. Los marroquíes rechazamos a quienes vienen a insultarnos a nuestro país y a mostrarnos su odio. Rechazamos el irrespeto a miles de mártires que murieron para terminar con la ocupación francesa y española. En Marruecos, la escuela del nacionalismo nos enseña a practicar política con ética, no con la ética política.
Rechazamos el terrorismo y la separación en todo lugar, porque creemos en la unidad del país. ¿Por qué Meyer olvida ETA y ayuda a El Polisario? ¿Por qué Argelia se olvida de Cabilia y habla del Sahara marroquí? ¿Por qué Lecoq olvida a los SDF (ciudadanos sin domicilio fijo) y habla de nuestros problemas? Soy marroquí y me opongo a la «mediatización» de El Aiún. Marruecos no es el lugar para ser héroe.
El lugar es España, con los pobres que sufren a causa de la crisis financiera; o Argelia, donde los líderes militares se olvidan de la gente sin comida y empleo. El lugar es Francia, donde cada vez hay que trabajar más para sobrevivir. Está Gaza, Irak y Afganistán, donde sufren a causa de la administración Bush, Blair y Netanyahu.
Se hacen los ciegos ante el nuevo muro de Berlín en Palestina y hablan de separación en Sahara, pero no el País Vasco o Cabilia.
Nuestra democracia crece todos los días y abre las puertas sólo para quienes la respetan. No pierdan su energía ni su tiempo, porque Marruecos está en su Sahara y el Sahara en su Marruecos.
(Traducción al español por María Angélica Carvajal)
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