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Lo habitual cuando una carrera se autoevalúa es contar con un listado de las fortalezas y las debilidades que han encontrado las personas que fueron consultadas y partícipes durante el proceso.
Si la carrera quiere acreditarse, debe redactar un plan en el que indique las acciones que le permitirán, por un lado, vigorizar y conservar esas fortalezas, y por otro, superar las debilidades que han priorizado.
En los planes de mejora que presentan las carreras se priorizan y articulan las acciones que, a criterio de las personas participantes en el proceso de autoevaluación, influyen o pueden influir de manera directa en el mantenimiento y mejora de los niveles de calidad actuales. De este modo, estos planes reflejan la interacción de fuerzas de cada unidad académica, y los acuerdos y negociaciones a los que llegaron las personas implicadas en el proceso de autoevaluación.
La Universidad de Costa Rica acreditó sus dos primeras carreras en el año 2001 y hasta mediados del año 2010, son 16 las carreras que cuentan con la acreditación por parte del Sistema Nacional de Acreditación de la Educación Superior (SINAES). (Otras 5 ya cuentan con el certificado de reacreditación). Durante este período, es interesante notar que la mayoría de las carreras acreditadas han priorizado en sus planes de mejora acciones que tienen que ver con las actualizaciones y revisiones curriculares; con mejoras en la formación profesional y el reclutamiento del personal docente; con mejorar las condiciones de la planta física existente; con fomentar en la población estudiantil un mayor conocimiento de la normativa y reglamentación universitaria; con procurar una mayor vinculación e intercambio académico con universidades e institutos de investigación tanto nacionales como extranjeros, y la implementación de sistemas que le permitan mantener bases de datos con información que facilite la toma de decisiones académicas y administrativas de la carreras.
Esos son algunos de los resultados obtenidos en la investigación desarrollada en el Departamento de Investigación y Evaluación Académica del Centro de Evaluación Académica titulada Aspectos que priorizan las carreras acreditadas en sus planes de mejora y fomento de una cultura de evaluación en la Universidad de Costa. Con los resultados de esta investigación es posible tener una mirada general acerca de lo que se proponen, y no se proponen, las carreras para mejorar su calidad, y por ende, acerca del concepto de calidad que tiene tanto la agencia como las carreras acreditadas.
Además de las acciones mencionadas, a la mayoría de las carreras acreditadas les interesa mejorar su calidad por medio de la revisión de su perfil profesional; tratando de gestionar más tiempos docentes para realizar actividades sobre todo de docencia e investigación; mejorar la dotación y calidad de los recursos bibliográficos, de cómputo y de multimedia; fortalecer la consejería académica y la atención académico-curricular que se le brinda a los /as estudiantes; mejorar la comunicación, divulgación y proyección de la carrera y mejorar la dotación de los recursos financieros que reciben.
De esta manera, las carreras se comprometen a ejecutar un plan con las mejoras que consideran les permitirá consolidar su calidad; sin embargo, dada la variedad y características de las acciones y objetivos propuestos en esos planes, vale preguntarse acerca del nivel de calidad actual que tiene la carrera en el momento en que se acredita. ¿Se trata más bien de “poner en orden la casa” para construir los basamentos de una carrera de calidad? ¿En qué medida las carreras cumplen con la totalidad de los criterios de calidad de la agencia? ¿Se trata, entonces, de una carrera que se alista para poder cumplir con la totalidad de los criterios de calidad, en un futuro?
Esta investigación desarrollada por María Lourdes Calderón, Eugenia Gallardo y la suscrita, nos permite también repensar la manera en que las carreras están incorporando la innovación en todos los aspectos que tienen que ver con la calidad y excelencia de una carrera, concretamente en el proceso de enseñanza-aprendizaje; cuáles son los aspectos que enfatiza la agencia y cuáles otros aspectos debería resaltar la propia universidad, en los procesos de autoevaluación, de acuerdo con su proyección nacional e internacional, y sus principios fundacionales.
El fomento de una cultura de evaluación fue otro aspecto analizado en el estudio, y es gratificante encontrar que en los planes se evidencian objetivos y acciones concretos en los cuales la evaluación se percibe como una actividad permanente, contextualizada, de naturaleza formativa e incorporada a los procesos de la unidad académica.
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