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¿Qué sucedería en las áreas terrestres si a alguien se le ocurriera, mediante una reforma a la ley, talar y cazar en todas las áreas protegidas terrestres del país?
Algo similar, pero real, podría ocurrir en las áreas marinas protegidas si se aprueba el proyecto de reformas al artículo 9 de la Ley de Pesca y Acuicultura, que tramita actualmente la Comisión Especial Investigadora de la Provincia de Puntarenas.
Esta reforma, que representa una amenaza para los recursos marinos de esas áreas protegidas, pretende que se permita la pesca comercial en parques nacionales, violentando así la Constitución Política, tratados internacionales y la normativa vigente en el país.
Llama la atención que los diputados insistan en modificar una ley que se intentó reformar hace cuatro años, en el mismo sentido, y que fue condenada al archivo por considerársele inconstitucional.
Sorprende, además, que mientras científicos en el nivel mundial consideran necesaria la creación de más áreas protegidas donde se limite la pesca y otras áreas con regulaciones que permitan hacer una extracción regulada, todo ello para mejorar la salud de los recursos pesqueros, en Costa Rica se quiere abrir a la explotación los pocos espacios donde se posibilita que las poblaciones se renueven, gracias a la protección de que gozan.
No debemos olvidar que las áreas marinas protegidas no buscan solamente regular la pesca, sino aportar a la conservación, ofrecer sitios para el turismo y la recreación, beneficiar a las comunidades costeras, y representar los intereses de gran cantidad de costarricenses.
Por otra parte, permitir la pesca comercial o cualquier otro tipo de actividad extractiva en parques nacionales, contraviene lo dispuesto en el artículo 50 de la Constitución Política, y el Capítulo XVII del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana, porque representa una disminución en el nivel de protección ambiental que actualmente gozan nuestras áreas silvestres protegidas.
Este proyecto no se justifica por cuanto del total de 589 683 Km2 correspondientes a las aguas jurisdiccionales de Costa Rica, únicamente un 0.79% está declarado como área marina protegida, y de este porcentaje sólo el 0.67% corresponde a parques nacionales. Por lo tanto, actualmente la pesca comercial es permitida en el 99.2% de las aguas jurisdiccionales del país.
Y precisamente si se permite pescar en el 99.2% del territorio marino, es porque el recurso ha mermado considerablemente por una mala planificación y manejo pesquero. Ahora se pretende la explotación en los únicos lugares que cuentan con recursos sanos debido a su protección.
Los estudios demuestran que la función ecológica de los parques nacionales es indiscutible, para garantizar la sostenibilidad de la actividad pesquera a corto, mediano y largo plazo. Los parques nacionales marinos sirven de refugio para especies importantes, donde éstas se pueden reproducir y luego migrar a otros lugares, y representan gran fuente de ingresos económicos directos e indirectos para las zonas costeras y el país en general, por concepto de turismo.
La propuesta de reforma que nos ocupa, no soluciona la compleja problemática del sector pesquero nacional, porque para ello se requieren propuestas integrales. Hoy en día este sector afronta un desmejoramiento productivo en las áreas de pesca, causado precisamente por los efectos de la sobrepesca y el manejo inadecuado y no sostenible que se ha dado de los recursos marinos.
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