Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
El próximo 28 de enero, los vecinos de la comunidad de Santa Rosa de la Rita de Pococí participarán en la sesión del Concejo Municipal, en la cual se ratificará un acuerdo para solicitar al Gobierno una moratoria al desarrollo de una piñera en la zona.
Este compromiso es la culminación de una lucha que han emprendido los habitantes de Santa Rosa, apoyados por el programa Kioskos Ambientales de la Universidad de Costa Rica y respaldados por una serie de estudios emitidos por el Departamento de Cuencas de Acueductos y Alcantarillados (AyA), los cuales demuestran que el proyecto afectará severamente la salud y el medio ambiente de la zona.
Los problemas se iniciaron en el año 2006, cuando la empresa piñera del Grupo Acón –a cuyos representantes no fue posible contactar- comenzó la preparación del terreno, construcción de drenajes y caminos para la siembra de la piña, a pesar de que existía una gran proximidad de la futura plantación con el acueducto, la escuela, la plaza y el centro de salud de la comunidad. Fue por ello que los vecinos solicitaron al AyA el estudio y en este se advierte que los pozos que se verían afectados, abastecen a unas 500 personas y no poseen cobertura boscosa; es decir, la plantación se haría en una zona de recarga.
Incluso los resultados del informe demostraron que ya existe una recarga importante en los acuíferos, debido a la modificación de la topografía, la construcción de los drenajes y la sustitución de la vegetación, esto afectaría gravemente el abastecimiento de agua de los vecinos.
Respaldados por los datos suministrados por el AyA, los vecinos presentaron un recurso de amparo en la Sala IV, que fue declarado con lugar y que exigía un estudio de impacto ambiental y otro hidrogeológico.
Ambos estudios fueron aprobados por la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (SETENA), pero la comunidad interpuso una acción legal que ha paralizado la siembra de la fruta, mientras que el AyA verifica esos informes.
De acuerdo con Luis Agüero Garro, vecino de la comunidad de Santa Rosa, la mayoría de los habitantes están de acuerdo con la moratoria, incluso con evitar que se desarrolle este cultivo en la zona, pues consideran que los problemas serían muy serios.
“Existen muchas inquietudes; algunos vecinos que se encuentran lejos del área de contaminación consideran que sería bueno tener la piñera, pues habría más trabajo. Sin embargo, quienes estamos cerca del acueducto sí nos veremos muy afectados. Pero la mayoría en Santa Rosa consideramos que lo mejor es desarrollar ahí otro tipo de agricultura”, expuso Agüero.
Inclusive, los habitantes de la comunidad ya han conversado con personeros de la empresa, ofreciéndole la opción de sembrar palma en lugar de piña, pero no han tenido una respuesta positiva.
“Hemos visto muchas experiencias en que las piñeras afectan el ambiente, incluso a las otras actividades económicas, pues si no controlan bien a la mosca de la piña se afecta el ganado, la producción de leche y se contamina el agua”, explicó el vecino de Santa Rosa.
Agüero aseguró sentirse confiado en un cien por ciento de que el acuerdo de la municipalidad quedará en firme, ya que esto les permitirá tener el apoyo municipal en este tema, aunque está consciente de que no deben bajar la guardia.
Por su parte, Mauricio Álvarez, docente del Trabajo Comunal Universitario sobre comunidades y conflictos ambientales de Kioscos Ambientales de la UCR, afirmó que han apoyado a la comunidad en este proceso y están solicitando al Gobierno la moratoria en tanto no exista una debida planificación, estudios y ordenamiento territorial, para ver si es posible desarrollar la actividad en la zona.
“El problema es que algunas personas solamente están viendo los beneficios a corto plazo, que son los empleos que pueda generar la piñera, pero los municipios de la zona carecen de planes reguladores y los estudios demuestran que la actividad genera una gran contaminación; inclusive hay datos que confirman que a kilómetros de una plantación se expanden los químicos”, contó Álvarez.
Según el funcionario de la UCR, para la actividad que se llevará a cabo el 28 de enero, los organizadores han pensado convocar a los ciudadanos de Santa Rosa, a profesionales en distintas áreas, regidores y alcaldes de otras comunidades, así como a los diputados de la zona.
Para Agüero, la idea es involucrar a muchas personas de diversas áreas, pues conforme las comunidades se han opuesto a las piñeras, estas han optado por irse a lugares como Guatuso, Los Chiles y Upala.
Comunidades como Siquirres y Guápiles ya han implementado una moratoria contra estos cultivos y otras están en el proceso.
Efectos colaterales
La plantación de piña en zonas como Santa Rosa provoca una serie de problemáticas y el primer impacto son los conflictos sociales, dado que las comunidades se ven divididas, en virtud de que algunas personas la perciben como una opción para obtener empleo y fuentes de trabajo, y están los que se preocupan por los efectos de salud y contaminación a largo plazo.
“Otro impacto es la concentración empresarial de las tierras; en este caso son entre 50.000 a 70.000 hectáreas que han pasado de las manos de pequeños y medianos propietarios, a las de una sola compañía; esto significa expulsar a la gente de la economía”, lamentó Agüero.
Adicionalmente, los ganaderos se ven muy afectados, por cuanto además de sufrir un deterioro en las ayudas estatales que recibían, sus animales son atacados por la mosca de la piña, lo que resulta en la pérdida de un kilo de carne por día y la plaga es muy difícil de eliminar.
También se ve afectada la soberanía alimentaria, manifestó el experto, al dejar estas zonas de producir arroz, frijoles, carne, tubérculos y otros alimentos básicos para la dieta cotidiana y que ayuda a la economía local, para ser dedicadas a la siembra de piña, con el único beneficio de recibir un salario un grupo de gente.
Una decisión conjunta
En la actividad que se llevará a cabo el 28 de enero, no solamente sesionará la municipalidad de Pococí, sino que se le unirá el Concejo de Guácimo, para informarse aun más sobre los problemas que se generan por las piñeras.
“En Guácimo logramos una moratoria en la parte sur del cantón, que es la zona alta; nos acogimos a la Ley de Biodiversidad y al artículo 50 de la Constitución Política, pensando en que como municipio debemos garantizar la vida saludable a los pobladores y prever los daños ambientales”, indicó Herlinda Quesada, regidora del gobierno local de Guácimo.
Fue en esos términos en que la municipalidad de este cantón estableció la moratoria a las piñeras y lo han hecho anualmente, pues no cuentan con plan regulador; pero, en el momento en que este sea aprobado, será posible asegurar la moratoria permanente.
Quesada destacó que con este proceso al menos se han asegurado de que no se instalen nuevas plantaciones, ya que pretendían sembrar alrededor de 300 hectáreas de piña.
“Esto lo impulsamos debido a que en las zonas donde tenemos plantaciones, se ha dado una fuerte contaminación de las aguas superficiales, e inclusive se han visto afectadas las subterráneas; hay un desequilibrio ambiental y se ha incrementado la erosión de los suelos y las inundaciones. De hecho, antes se requería de un temporal de varias semanas para tener una inundación, y ahora solo un día que llueva mucho”, afirmó la regidora.
El día que se realicen ambas sesiones, se tomará la decisión de la moratoria entre los dos municipios y se les informará a los participantes sobre el tema y los efectos de las piñeras.
Consultado al Presidente de la Cámara Nacional de Productores y Exportadores de Piña, Abel Cháves, dijo desconocer las condiciones de la zona de Santa Rosa y las razones de fondo para pedir de la moratoria, por lo que se abstuvo de dar declaraciones.
Este documento no posee notas.