Abrir Noticia Guardar

Sobrecarga de labores entraba labor docente en primaria

Una investigación realizada por el Instituto de Investigaciones en Educación (INIE) de la Universidad de Costa Rica (UCR) señaló como un problema nacional la sobrecarga laboral de docentes de primer y segundo ciclo de educación básica con tareas fuera de la jornada ordinaria y del planeamiento docente curricular.

Una investigación realizada por el Instituto de Investigaciones en Educación (INIE) de la Universidad de Costa Rica (UCR) señaló como un problema nacional la sobrecarga laboral de docentes de primer y segundo ciclo de educación básica con tareas fuera de la jornada ordinaria y del planeamiento docente curricular.
El informe busca comprobar la necesidad de una reestructuración de la labor docente nacional para replantear, con base en un salario adecuado, las responsabilidades docentes que actualmente no son remuneradas y constituyen un punto de estrés laboral para los profesionales en educación.
 
La trabajadora social Wendy Páez, quien formó parte del equipo interdisciplinario de este proyecto, afirmó que una de las conclusiones más importantes tiene que ver con el cálculo estimado de las horas extraordinarias no remuneradas, las cuales un educador debe invertir para realizar tareas fuera de la jornada ordinaria en las aulas.
El estudio señala que mensualmente un docente promedio destina alrededor de 65 horas mensuales a actividades como organización de celebraciones cívicas, reuniones, atención de padres de familia, planeamiento de lecciones y otros; es decir, unas 97.5 lecciones regulares que no son contempladas ni salarial ni logísticamente.
“La jornada del centro es solo para impartir la lección. Aún en sus espacios personales,  deben llevarse el trabajo los fines de semana o a espacios de compartir con sus familias para poder llevarlo a cabo”, detalló Páez.
Además de dictar las lecciones, los docentes se encargan de revisar material después de clases y planificar futuras lecciones; también deben retomar la atención de padres y alumnos, puesto que no están incluidas en las horas de los centros educativos.
Adicionalmente, la figura del maestro ha tenido que asumir otras labores de cuido,  como involucrarse en la nutrición, formación cívica y moral de los educandos, responsabilidades que no se tipifican dentro de sus cargas laborales.
“Tenemos que pesar, medir, cosas que le toca al Ministerio de Salud”, afirma Analú García, docente de San Ramón de Alajuela, para quien “hay un gran desgaste del educador, mental y emocionalmente, y no se da el mismo rendimiento”.
La preocupación del informe también versa en la educación que finalmente reciben los niños, la cual se ve afectada por las actitudes emocionales de sus maestros y la disposición que tienen estos para acatar con eficiencia todo el programa docente que se les impone.
“Todas esas actividades, medir, pesar, todo eso es una sobrecarga dentro del currículum que tenemos que desarrollar. Yo creo que el que sale más perjudicado es el mismo niño, pues dentro de la materia tenemos que meterle todo lo que los demás no están dando”, opinó Luz María Gamboa, maestra de La Fortuna de San Carlos.
La investigación fue impulsada en el 2009 desde la Asociación Nacional de Educadores (ANDE) a partir de la denuncia de una asociada ante la Secretaría de la Comisión de la Mujer de dicha institución, debido al recargo de funciones que experimentaba; sin embargo, una multitud de quejas similares llevaron a plantearse esta problemática como un malestar general en los docentes del país.
Para marzo de este año, el INIE planea iniciar la segunda etapa del proyecto en tercer y cuarto ciclo para proyectar si este mismo fenómeno de sobrecarga afecta a docentes de secundaria.
ROSTRO FEMENINO
La investigación apunta a demostrar un fenómeno de una “tercera carga laboral” en las educadoras que ejercen en los seis años de educación primaria. Páez asegura que esta problemática es de vital importancia, ya que el 81% de la fuerza laboral docente en los primeros dos ciclos corresponde a mujeres.
“Hablamos de una triple jornada laboral. La jornada de ir al centro educativo e impartir su trabajo de aula, después llegar a la casa y cumplir los roles que socialmente nos han sido impuestos y tercero, llegar a trabajar en cosas que tienen que ver con el centro educativo”, explicó la investigadora.
A este problema de género se suma la creciente desvalorización de las labores docentes, valor que busca reivindicarse a partir de un reconocimiento más justo del trabajo que realizan los profesionales en educación, según explicó Wendy Páez.“Tenemos el compromiso social de volver a darle ese papel importante al docente, poder reivindicar la labor del maestro, porque ellos tienen mística y siguen entendiendo que su razón de ser son los niños y niñas en las aulas”, externó.
Gina Sevilla, educadora y actual Secretaria de la Mujer de la ANDE, cree que aunque existe un porcentaje masculino en la población docente que trabaja en primero y segundo ciclo, los roles sociales los colocan en ventaja con respecto a sus contrapartes femeninas.
“También hay hombres en educación y cumplen las mismas funciones; sin embargo, no cuentan doble carga de las mujeres. Ellos llegan a casa y ahí encuentran lo que uno llega a hacer después de clases”, criticó.
La educadora estima que para solucionar estos problemas de sobrecarga laboral, es necesario un ajuste en los horarios de enseñanza y la modernización del aparato educativo, con el fin de facilitar la acción administrativa y docente a los maestros.
Señaló también una despreocupación alarmante desde el Ministerio de Educación Pública (MEP) por fomentar la capacitación y sistematización de experiencias de docencia. “Yo tengo unos 4 años de no asistir a ninguna capacitación que haya planeado el MEP; a mi me interesa el tema y lo retomo por mi propia cuenta, porque las políticas de capacitación del ministerio se encuentran paralizadas”, reprochó.
MEDIDAS POR TOMAR
El documento ya fue presentado ante el Ministerio de Educación para la consideración de cambios en la gestión y organización del curso lectivo, con la finalidad de minimizar este tipo de problemáticas, aseguró Alexander Ovares, presidente de la ANDE.
“Nos parece una oportunidad para empezar a tomar acciones concretas”, expresó Ovares, quien ve en esta investigación la comprobación que el malestar laboral no tiene proporciones locales o casos aislados, sino que es un problema de índole nacional.
Ovares hizo ver que entre las principales preocupaciones de la ANDE se encuentra buscar interdisciplinariedad con otros ministerios, para descentralizar las responsabilidades de los docentes que no tienen que ver directamente con su trabajo en promoción de temas ambientales, de salud, de información de drogas y alcoholismo, entre otros.
Con respecto a esto, el funcionario explicó que la ANDE ya comenzó a involucrar a autoridades ejecutivas en estos asuntos e indicó que el miércoles 26 de enero se realizó una reunión en conjunto con la ministra de Salud, María Luisa Ávila, para involucrar ese ministerio en el tema de la salud laboral de los docentes.
Dentro de las ideas que se manejan en estas fases preliminares de establecimiento de medidas, se encuentra la división del curso lectivo en tres trimestres, separados cada uno por un período de descanso.
“Consideramos que dividir los trimestres con un período de vacaciones que estaría por discutirse, podría ayudar en el tema de salud de los docentes y obviamente también para los estudiantes”, dijo Ovares.
El presidente de la ANDE, asimismo, planteó su preocupación por el riesgo de los educadores interinos y la incertidumbre de su estado laboral, y comentó que se debe en gran medida a la sobreoferta que existe por el empleo de docente.
Ovares considera que este fenómeno es en gran parte causado por la falta de responsabilidad que existe, especialmente en universidades privadas, a la hora de educar a formadores y a una falta de política estatal respecto a la formación docente que ha empujado a la masificación de esta profesión.

  • Natalia Díaz Zeledón 
  • Universitarias
Notas

Este documento no posee notas.