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Un discurso hiperpostmoderno

Los fragmentos del discurso que comparto con usted, amigo lector, son fiel escrito y grabación del encuentro sostenido por el candidato del partido “Solidaridad genérica” de la “Universidad de Nuevo Macondo”, profesor Genaro Rubio, con los estudiantes de la “Facultad de Genéricos” de la “Escuela de Química General” de dicha universidad.

Los fragmentos del discurso que comparto con usted, amigo lector, son fiel escrito y grabación del encuentro sostenido por el candidato del partido “Solidaridad genérica” de la “Universidad de Nuevo Macondo”, profesor Genaro Rubio, con los estudiantes de la “Facultad de Genéricos” de la “Escuela de Química General” de dicha universidad.
Si el texto en algo se parece a nube obscura capaz de opacar la luz de la razón verbal y de ocultar escondrijos de la realidad, tan común en nuestros días, daré por satisfecha la causa de haber captado su atención.
“Queridos estudiantes y queridas estudiantas: hoy me presento ante ustedes con la intención de compartir algunas ideas que los compañeros y las compañeras de la colectividad partidaria hemos venido discutiendo con miras a la formulación de nuestra propuesta de gobierno para las próximas elecciones de rector o rectora.
 
La primera idea que se nos ocurrió consiste en la necesidad de rescatar la visión de género que históricamente, en un mundo machista, desde la era primitiva del matriarcado, nunca ha sido objeto de análisis ni de uso en las distintas formas de Estado que las castas masculinas han ideado para mantener cautivas a las personas no masculinas. Las autoridades de esta universidad, los profesores y profesoras, los educandos y educandas, los administrativos y administrativas, investigadores e investigadoras, conserjes y conserjas; además de los pares y paras externos y externas de las agencias que envían acreditadores y acreditadoras a revisar cómo funcionan las carreras académicas de la Alma máter, deben entender que ha llegado la hora de la verdad del género, que el género ha dejado de ser una palabra más, que sólo los degenerados son capaces de no reconocer la justicia genérica en el lenguaje de Miguel de Cervantes (quien criticaba el machismo de Sancho), y que de hoy en adelante habrá que invertir dinero y esfuerzos en legislar a favor del derecho de “las” a ser nombradas (escritas, leídas, pronunciadas) por “los”, siempre y en todo lugar, por los siglos de los siglos.
En segundo término, después de haber planteado lo medular de nuestras preocupaciones, como candidato a la rectoría (la candidata perdió en la convención de la organización) –risas-, me comprometo a luchar no sólo porque toda escritura en lengua española garantice la paridad de género, entiéndase por ello y ella los memorandos, tesis de grado y postgrado, ensayos, libros, informes, rótulos, reportajes, videos, etc. etc., sino también sus traducciones a la lengua inglesa o a cualquier otra lengua que atente contra los cruzados y las cruzadas del género, lo cual genera indignación planetaria hoy y mañana.
En tercer lugar, que la universidad se haya quedado sin plata y sus estudiantes y estudiantas ni plato tengan para comer, es un asunto a tratar una vez resuelta la problemática de género que tanto martirio nos genera…
Por último, desde la perspectiva de género, si me eligen rector abordaremos las problemáticas de la cuenca hídrica del norte, de la minería a cielo abierto, de la trocha a la costa tranquila, de la platina, de la hidroeléctrica del sur, de las lanchas antidrogas gringas, de la agua en toda la república, de las instalaciones portuarias en la provincia atlántica, de la Sala coartada, de la policía que asalta universidades, de las personas adultas mayores y de los niños y las niñas.
Desde la rectoría me pondré las chancletas para acompañar a los estudiantes y a las estudiantas en sus luchas por las calles de la ciudad; y, si en dado caso compañeros y compañeras estudiantes y estudiantas acabaran golpeados y golpeadas y detenidos y detenidas por manifestarse pacíficamente y yo estuviera ocupado en una actividad de acreditación académica, siempre estaré dispuesto a socorrerlos y socorrerlas – después del acto- ante la delegación policial”.
Nótese que del discurso, aparte de las comillas que dan fe del crédito literario correspondiente, no se encomilla nada que no haya sido encomillado por su autor, pues respetamos el derecho de expresión, el cual es apoyado  por su derecha partidaria. Y de los sustantivos genéricos neutros que nuestro idioma comprende, en el discurso hiperpostmoderno y surrealista ni una coma, pues sería una concesión –mayor a la de cualquier puerto caribeño- al discurso machista, ya que, empezando por el término genérico “neutro”, este resulta ser masculino. Eso sí, el discurso aquí revelado cumple con una norma siempre asumida por los defensores del género femenino: que lo masculino se diga primero y lo femenino después.

  • Tito Méndez (profesor)
  • Opinión
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