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La Cancillería denunció como “sospechoso” un aparente repliegue de Nicaragua del sector de isla Calero e isla Los Portillos, el territorio que la vecina nación ocupó en octubre, y no descartó que se trate de una “trama” para crear confusión, mientras ambos países esperan una resolución de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) luego del pedido de medidas cautelares solicitado por Costa Rica en noviembre.
Fotografías aéreas tomadas por el Ministerio de Seguridad en el sector del diferendo dejaron al descubierto que desde el 29 de enero los soldados de Nicaragua y sus campamentos habían desaparecido como por encanto.
“No se sabe si los soldados están camuflados, pero no se observa movimiento en la zona”, explicó el Ministro José María Tijerino el lunes 31 de enero.
Los nuevos acontecimientos en la frontera norte no provocaron alegría entre las autoridades costarricenses, sino resquemor por los alcances de la “movida” del gobierno de Daniel Ortega, que no comunicó a San José absolutamente nada. (Ver recuadro 1: Nicaragua busca confundir, dice el geógrafo Carlos Granados)
Un día después de que Costa Rica denunció la aparente “trama de Managua”, el Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (INETER) publicó dos versiones de mapas (ver recuadro 2: Los nuevos mapas no tienen validez, aseguró Francisco Barahona, exrector de la Universidad para la Paz) en los cuales incluyó el territorio de isla Calero, en específico, donde estalló el diferendo por el dragado del río San Juan, como parte de la vecina nación.
(Ver recuadro 3: No es gratuito que aparezcan esos mapas, advirtió Nicolás Boeglin, profesor de derecho internacional de la UCR).
El INETER definió la nueva cartografía como “mapas escolares”, y argumentó que la modificación en el límite “fue debidamente verificada en el campo y en el terreno de acuerdo con tratados internacionales y resoluciones” de la Corte de La Haya.
Casi de inmediato, en San José la Cancillería protestó por los mapas que adjudican el sector de isla Calero a Nicaragua.
Nicaragua busca confundir, dice geógrafo
El geógrafo y profesor de la Universidad de Costa Rica, Carlos Granados, dijo a UNIVERSIDAD que “resulta claro” que Nicaragua busca crear confusión con un aparente retiro de tropas y la emisión de nuevos mapas.
No obstante, se mostró convencido de que la vecina nación tiene “el caso perdido” en la Corte de La Haya aunque advirtió que Costa Rica debe denunciar esas cartografías, como ya lo hizo el Ministerio de Relaciones Exteriores, “porque si guarda silencio llegarán a tener fuerza jurídica”.
“Naturalmente no puede ser aceptada. Uno de los grandes problemas que tiene Nicaragua es que en su cartografía oficial aparece el sitio que caldeó los ánimos como parte de Costa Rica”, explicó.
Granados coincidió en que la nueva salida de las autoridades de Managua puede ser un “ardid”, “siento que también parece un acto de desesperación, pues me parece que la Corte fallará en contra de Nicaragua”.
Aunque hayan emitido el nuevo mapa, Granados dijo que tendrá poco impacto sobre los jueces de la CIJ porque “ya hay un caso abierto y la cartografía se publica después y es distinta a la que está en poder de La Haya”, añadió.
Granados insistió en que además de tratar de crear dudas la emisión de un documento con modificaciones en el sector fronterizo “busca alimentar nacionalismos, tan perniciosos en nuestra región”.
“En noviembre son las elecciones en Nicaragua, buscan ganar tiempo y rédito político con la intención de abrir espacio para una reelección de Daniel Ortega”, opinó Granados.
Los nuevos mapas no tienen validez, asegura
El exrector de la Universidad para la Paz, Francisco Barahona, consideró que los nuevos mapas emitidos por el INETER “no tienen ninguna validez”, al tiempo que criticó la “forma poco seria” como se comporta el gobierno nicaragüense.
“Se busca confundir un poco a los jueces (de la CIJ), es un nuevo invento del gobierno vecino”, dijo Barahona a UNIVERSIDAD.
“Los nicaragüenses siempre hacen cosas sorprendentes y contradictorias y muchas veces son decisiones que no son permanentes”, “se trata de “medidas de un gobierno poco serio, salidas un tanto de la ocurrencia. No las tomo en serio”, dijo.
Barahona no descartó también la posibilidad de que las autoridades nicaragüenses presientan que perderán la demanda entablada por Costa Rica por la invasión a isla Calero y el daño ambiental causado en el humedal existente en esa zona.
“Quizá tienen la impresión de que la Corte de La Haya pueda decidir en su contra y ordenar que retire el ejército de Calero, entonces, sin querer queriendo, se ausentan provisionalmente”.
“No sé si es una treta, lo veo más dentro de las múltiples contradicciones de la doctrina pastoril (en alusión a Edén Pastora, quien dirige el dragado en el San Juan) que está llena de ocurrencias”, dijo Barahona.
El exrector de la Universidad para la Paz también coincidió con Granados en que la maniobra forma parte de acciones dirigidas a facilitar el camino al presidente Daniel Ortega para su reelección.
“El mapa creo que va en esa dirección. Incluso no me sorprenderían nuevas acciones un poco retadoras para Costa Rica, como el ingreso de patrulleras por algún río costarricense que desemboque en el San Juan antes de que el gobierno costarricense restrinja la navegación”, indicó.
A juicio de Barahona lo que más debe preocupar ahora son las cuatro dragas que Nicaragua tiene trabajando en la operación de limpieza del río porque pueden afectar seriamente el cauce “y generar más daño ambiental debido a los desechos que lanzan”.
“Eso implica que se quiere dragar hasta la salida al mar, con lo cual se alterará todo el equilibrio ecológico de la zona, comenzando por el aumento de la salinidad de las aguas”, alertó.
No es gratuito que aparezcan esos mapas
El profesor de derecho internacional de la Universidad de Costa Rica, Nicolás Boeglin, dijo a UNIVERSIDAD que “no le parece gratuito” que Nicaragua haya emitido nuevos mapas con modificaciones en los límites en la zona del San Juan, y advirtió que el gobierno de la presidenta Laura Chinchilla debe estar preparada para “todos los escenarios” que resulten de la resolución que emita la CIJ.
“Costa Rica tiene que tener paciencia, hay escenarios que podrían no resultar tan favorables como se quisiera y por eso la Cancillería tiene que prepararse para no tener que reaccionar en una forma apurada”, indicó.
“Creo que no es gratuito que se cambie o se oficialice un nuevo mapa justo en estos momentos en que los jueces de la Corte están discutiendo la demanda elevada por Costa Rica”, insistió Boeglin.
Por otro lado, consideró normal un eventual retiro de tropas nicaragüenses de isla Calero e isla Los Portillos porque “ya no tienen nada que hacer en ese lugar”.
“Una vez que el caño “Pastora” –como lo denominó- ha sido cavado y las aguas se han metido las tropas y personal civil no tienen nada que hacer allí. Esas aguas están trabajando por sí solas y con su empuje ampliarán poco a poco el cauce. Ya el trabajo terminó, ahora sólo queda que el tiempo siga abriendo el trecho”, explicó.
“Se trata de un daño irreversible y grave por lo que en algún momento, con mayor anticipación, Costa Rica debió pedir medidas cautelares a la Corte de La Haya”, dijo Nicolás Boeglin.
El especialista en relaciones internacionales consideró que aunque la zona de Calero quede libre de soldados nicaragüenses, a Costa Rica le resulta difícil enviar a la policía debido a la resolución que el país patrocinó en la Organización de Estados Americanos (OEA) que recomendó a los dos Estados alejar sus tropas de la frontera.
“Costa Rica se autolimitó a no penetrar a su propio territorio, algo que también no deja de extrañar profundamente, es muy complicado”, reflexionó.
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