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El Cairo, (dpa) – El viernes 11 de febrero, día de la dimisión del presidente egipcio Hosni Mubarak después de casi 30 años en la presidencia, ya está siendo considerado un día histórico para Cercano Oriente. Todo El Cairo está en las calles esta noche.
La plaza de Tahrir, corazón de la capital, se ha convertido en el epicentro del levantamiento egipcio en el que hoy celebran cientos de miles de personas felices, sonrientes y con lágrimas en los ojos.
Tocan tambores, ondean banderas y cantan. «¡Masri hurriya! ¡Masri thaura!», «¡Libertad egipcia! ¡Revolución egipcia!».
Más de un millón de personas se reunieron en la plaza para celebrar la noticia tras 18 días protestas que según las cifras de Naciones Unidas dejaron al menos 300 muertos.
La dimisión de Mubarak reunió a jóvenes y ancianos en las calles en las que además circulaban coches a paso de hombre, con las ventanillas bajas y la gente con semblante de felicidad asomando por las ventanas. Los líderes del mundo, desde el Líbano hasta Alemania, destacaron que se trata de un «momento de cambio histórico».
En la zona de ingreso a la plaza, había personas de civil que registraban que nadie estuviese portando armas para evitar que en medio de la algarabía se produjeran incidentes inesperados. Pero los controles derivaban rápidamente en un fraternal abrazo.
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