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En defensa de la protesta, en rechazo a las calumnias

Me refiero al artículo de Habib Succar Guzmán, que se presenta como poeta y editor, titulado “Rechazamos la protesta delictiva” y publicado en la edición 1884 del semanario UNIVERSIDAD. Termina el citado artículo don Habib indicando: “que cada palo aguante su vela”.Como académico universitario y dirigente del SINDEU y de la CGT,  a mucha honra, le tomo la palabra, aguanto la vela y digo presente. Voy a responder con la mayor precisión posible  a  lo que considero  prejuicios estigmatizantes y acusaciones infundadas de don Habib.

Me refiero al artículo de Habib Succar Guzmán, que se presenta como poeta y editor, titulado “Rechazamos la protesta delictiva” y publicado en la edición 1884 del semanario UNIVERSIDAD. Termina el citado artículo don Habib indicando: “que cada palo aguante su vela”.Como académico universitario y dirigente del SINDEU y de la CGT,  a mucha honra, le tomo la palabra, aguanto la vela y digo presente. Voy a responder con la mayor precisión posible  a  lo que considero  prejuicios estigmatizantes y acusaciones infundadas de don Habib.
El señor Succar, sin derecho a la defensa de su contraparte, nos enjuicia y condena. Califica las protestas de estudiantes, trabajadoras y trabajadores, suscitadas el 26 de agosto del año pasado,  ni más ni menos como “delictivas”, sin aportar una sola prueba, supongo que en virtud de comentarios entre corrillos y tras bastidores, porque hasta donde yo sé, don Habib no estuvo presente en el Consejo Universitario el día de los hechos que nos ocupan. Yo sí estuve, en primera fila, sin ocultarme, y externé mi posición, cara a cara, en plena sesión del Consejo Universitario y ante la rectora. Como lo ha externado el SINDEU públicamente, obran en nuestro poder videos de los acontecimientos de marras, que estamos dispuestos a compartir con la comunidad universitaria y todos aquellas y aquellos que tengan cuestionamientos y dudas sobre nuestra actuación el 26 de agosto pasado, procurando resolver este diferendo en el marco de la autonomía universitaria.
Nos estigmatiza con gravísimas acusaciones el señor Succar, a las y los que protestamos por la firma inconsulta del V Convenio FEES, sin decir una palabra del contexto en el que se produce la protesta, y le da significación, sin debatir sobre el contenido de lo que firmó CONARE, en detrimento de la Universidad Pública y su financiamiento, cediendo a las presiones inconfesables del Gobierno. Nos acusa, muy suelto de cuerpo, de severos cargos penales, de “secuestro”, “actos vandálicos”, “destrozos en el inmueble, mobiliario y equipo”, de manera completamente falaz.
Y por último, como si fuera poco, nos acusa de “mamitas”, por no tener, según él, “el temple necesario” para acudir a los Tribunales a “reparar el daño causado”. Extraña mucho que alguien con la cultura de don Habib Succar, use un término falocéntrico y machista a modo de insulto. Yadira Calvo en su brillante obra “A la Mujer por la Palabra”, nos ha enseñado a deplorar el lenguaje  discriminatorio por condición de género. Ser “mamitas” en la cultura patriarcal es un disvalor, mientras a la palabra “papito” se le confiere el mayor estatus y prestigio.
Cree don Habib Succar que el temple y la valentía, no ser “mamitas” (un diputado del PLN, más palurdo, diría “no ser maricón”) reside en acudir a los Tribunales, tan cuestionados y secuestrados por el poder político y económico del país, cada vez más concentrado y autoritario. Baste observar los “telefonazos” de Rodrigo Arias y los tentáculos de su familia en toda la derruida institucionalidad de este país.
Por último,  como reza el refrán popular, que me enseñó mi madre historiadora (¿en eso también soy “mamitas”?), parece que al final “… le sale la tos al gato”: Don Habib Succar concluye su artículo indignado, cuando  iguala nuestra protesta del 26 de agosto, a la de las y los que denomina “pachucos” que en el 2006 no dejaron ingresar al expresidente Óscar Arias al campus.
Indignación debería dar el saqueo del patrimonio nacional por parte de las transnacionales que se abre a manos llenas con el TLC, estupor debería dar el memorándum del miedo de Kevin Casas y el exdiputado Sánchez, sobrino de Óscar y Rodrigo Arias, rabia deberían dar los oscuros negocios impunes como los que se han destapado al amparo del BCIE.  Por eso, don Habib, sí, “que cada palo aguante su vela”.

  • David Morera Herrera (sociólogo)
  • Opinión
Kidnapping
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