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¿Protestas sociales o actos delictivos?

Don Juan Acuña en su artículo “Rechazar la protesta es renegar de la libertad” publicado en la edición anterior del Semanario (10 febrero), se refiere a mi artículo “Rechazamos la protesta delictiva” y entre otras linduras que escribe,  me reta a probar mis “serias acusaciones”, aún cuando dije en el mismo artículo que los actos bochornosos y presuntamente delictivos acaecidos en el Consejo Universitario y en el campus Rodrigo Facio, fueron transmitidos a todo el país vía televisión nacional y ahí podrá encontrar la prueba contundente de todas mis afirmaciones y apreciaciones.

Don Juan Acuña en su artículo “Rechazar la protesta es renegar de la libertad” publicado en la edición anterior del Semanario (10 febrero), se refiere a mi artículo “Rechazamos la protesta delictiva” y entre otras linduras que escribe,  me reta a probar mis “serias acusaciones”, aún cuando dije en el mismo artículo que los actos bochornosos y presuntamente delictivos acaecidos en el Consejo Universitario y en el campus Rodrigo Facio, fueron transmitidos a todo el país vía televisión nacional y ahí podrá encontrar la prueba contundente de todas mis afirmaciones y apreciaciones.
Nos aclara don Juan que el edificio del Consejo Universitario es un “edificio de acceso público” como si los lectores fuéramos poco menos que tonticos. Claro, habría que ver si las sesiones del Consejo Universitario son “de acceso público” y si la señora Rectora y las señoras(es) integrantes del Consejo que estaban en sesión ese 26 de agosto, habían invitado al pequeño grupúsculo que se apersonó violentamente en el reciento legislativo de la UCR y los retuvo por la fuerza, contra su voluntad y en un acto aparentemente delictivo (¿retención indebida, privación de libertad, etc.?) y no los dejaron salir del recinto durante amargas horas, durante las cuales tuvieron que escuchar improperios e insultos, tanto la señora Rectora como los demás integrantes del Consejo.
Don Juan pone en mi pluma cosas que no he escrito, como eso de que yo me afano en loas a don Oscar Arias (sic) y le envío “disculpas a la distancia” por los actos de pachuquismo que protagonizaron un grupúsculo de estudiantes en años anteriores, cuando le impidieron el ingreso al campus Rodrigo Facio, simplemente porque diferían de sus posiciones políticas y actos gubernamentales. No le hice loas al señor expresidente Arias Sánchez ni le envié disculpas; lo que sí me da vergüenza todavía y mucha pena ajena, es que el sagrado campus Rodrigo Facio, cuna del pensamiento y la disensión expresada en el libre juego de las ideas, haya sido pisoteado por el matonismo de un grupúsculo que, por el “derecho de la fuerza”, impidieron el ingreso al campus a una persona (cualquier persona) por diferir de sus ideas y acciones políticas.
Valga mencionar de paso que, sin rebajarse “físicamente” al nivel de matonismo de aquellos estudiantes que hoy vuelvo a denunciar, la semana pasada el Consejo Universitario, hizo algo muy parecido a lo de estos estudiantes, pretendiendo censurar y cancelar la charla del premio Nobel Dr. Watson. Enorme pifia que también da pena ajena. ¿Matonismo intelectual?
Aquí, don Juan, lo que está en juego es el respeto a las ideas y las acciones ajenas. Aquí, don Juan, lo que usted no quiere entender es que dentro del campus y dentro de los límites de una República burguesa con un régimen legal y un juego político medianamente democrático, no se vale recurrir a la fuerza para agredir a los que piensan distinto a mí. No se vale “el derecho de la fuerza”, es decir, la ley de los matones que, cuando se les enfrente con las armas del derecho (denuncia penal), entonces sí salen gritando y lloriqueando que son perseguidos porque la Rectora quiere “reprimir la protesta social” (sic).
Está muy confundido don Juan y, por lo demás, quizás una amplia mayoría de los universitarios pensamos que la Rectora hizo una férrea defensa del presupuesto universitario y del FEES y que en la durísima negociación con 4 ministros durante dos gobiernos, que duró 18 meses, se logró lo mejor que podía lograrse. Claro, hay grupúsculos y minorías que, como usted y don David Morera, creen que en vez del FEES se firmó una “traición” a los intereses universitarios… Esas posiciones de trasnochados ultra izquierdistas, que avergüenzan a los que nos consideramos de izquierda, solo caben dentro del campus, porque en el espectro político nacional, ninguna persona seria les prestará atención ni los tomará en serio.
¿Recuerda usted la enorme marcha universitaria hacia la Casa Presidencial presionando por el FEES? ¿Acaso hubo actos de vandalismo o cuasidelictivos en esa marcha? Esa es la enorme diferencia con los actos bochornosos del 26 de agosto 2010 en el Consejo Universitario. Por eso, y porque se ha escuchado en corrillos que algunas personas “valientes” del Consejo Universitario, se negaron a firmar la denuncia contra los autores de los actos vandálicos del 26 de agosto, es que me siento muy orgulloso del temple de la señora Rectora que sí puso su firma para denunciar un posible delito (sólo la Fiscalía lo puede calificar y solo un juez lo puede perseguir) y no una protesta social, como erróneamente quieren llamar a lo que no pasó de ser un circo barato, que eso sí le costó muchos millones de colones a la Universidad, reparando equipos y muebles del Consejo Universitario. De eso no dicen nada los “protestantes” y eso, tampoco tiene nada que ver con el extraño y restringido concepto de libertad que manejan ciertos grupúsculos en la UCR.

  • Habib Succar
  • Opinión
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