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La historiografía y la ficción fueron áreas reconocidas con premios nacionales

Con largas carreras como académicos en la Universidad de Costa Rica (UCR), Rodolfo Arias Formoso y Héctor Pérez Brignoli se unirán a otros universitarios que recibirán el reconocimiento del Estado costarricense con los Premios Nacionales de Cultura Aquileo J. Echeverría, el próximo 9 de mayo.

Con largas carreras como académicos en la Universidad de Costa Rica (UCR), Rodolfo Arias Formoso y Héctor Pérez Brignoli se unirán a otros universitarios que recibirán el reconocimiento del Estado costarricense con los Premios Nacionales de Cultura Aquileo J. Echeverría, el próximo 9 de mayo.
 
Tanto Arias como Pérez son profesores que dedicaron varias décadas a la enseñanza, pero al mismo tiempo en el caso de Pérez Brignoli, a la investigación historiográfica y en el caso de Arias, al campo de la informática, mezclada con una destacada producción literaria, entre ellas la ahora premiada por “el dominio de un género complejo y sutil”, según el jurado.
Por un lado, “La población de Costa Rica, 1750-2000. Una historia experimental” de Héctor Pérez Brignoli es el trabajo publicado a finales del año 2010 por la Editorial Universidad de Costa Rica, la cual fue premiada con un Aquileo J. Echeverría, en la rama de historia.
Por otro, Rodolfo Arias publicó en el año 2010 el libro de cuentos “La madriguera”, y compartió honores con Carlos Cortés, autor de la obra “La última aventura de Batman”, quienes -a criterio del jurado- frente al apreciable número de obras que concursaron en este género, “tanto Cortés como Arias sobresalieron claramente por sus creaciones”.
 
“REALMENTE INESPERADO”
Héctor Pérez Brignoli, profesor emérito de la UCR, comentó a este Semanario que se enteró de su reconocimiento por las notas periodísticas publicadas en la prensa. En su caso, afirmó, el premio le sorprendió, porque el libro salió publicado en diciembre. Posteriormente, viajó al exterior para cumplir con un compromiso académico y se desentendió de enviar la obra a la Dirección General de Cultura del MCJ.
En ese sentido, este Aquileo J. Echeverría es realmente inesperado. Además, dijo que le complace mucho, porque no solo reconoce un trabajo historiográfico -el cual le tomó 25 años-, sino que retribuye los aportes de estudiantes de licenciatura en historia de la UCR, la Universidad Nacional y muchos académicos de otras áreas del saber humano.
Según Pérez, durante sus tres décadas como docente, estimuló a muchos estudiantes a profundizar y contribuir en el tema del libro. Dichas contribuciones le dieron sustento a que otros continuaran profundizando y, finalmente, le permitieran compendiar, en un solo texto historiográfico,  la evolución de la población costarricense en el periodo estudiado.
El libro “La población de Costa Rica, 1750-2000. Una historia experimental” es un estudio demográfico que relaciona sus variables “con explicaciones más amplias, relacionando población y recursos, presiones ambientales y respuestas institucionales, decisiones individuales e invenciones colectivas, patrones culturales inconscientes e innovaciones. Se trata, en suma, de poner los resultados de la experimentación cuantitativa al servicio de las explicaciones socioeconómicas y sociopolíticas, y en los márgenes de las interpretaciones socioculturales”.
Para su investigación, Pérez Brignoli y su equipo revisó archivos parroquiales, censos, estadísticas oficiales y una amplia gama de documentos que le permitieron responder el crecimiento, la distribución espacial y la composición étnico-cultural de los habitantes durante los últimos tres siglos.
A criterio de Juan José Marín, director del Centro de Investigaciones Históricas de América Central, de la UCR, el texto revela “los esfuerzos de los liberales por invisibilizar a  los grupos indígenas no dominados, que si bien es difícil de detectar su número, ubicación y magnitud a través de fuentes, es importante señalar los problemas de su detección dentro de lo que usted denomina una historia experimental”. Además, continuó, permite “dialogar y debatir con genetistas que hablan de procesos de mestizaje complejos”.
Dicho libro está a la venta en la Librería Universitaria y en el Centro de Investigaciones  Históricas de América Central.
 
PREMIO MERECIDO
 
Por otro lado, el trabajo de Rodolfo Arias Formoso -en su libro “La madriguera”- no sorprende a muchos, ya que la trayectoria del escritor ha mostrado que su mundo literario aún tiene muchas sorpresas deparadas a sus lectores.
Evidencia de esto es la publicación premiada con el Aquileo J. Echeverría en la rama del cuento, primera que Arias presenta al público, ya que anteriormente trabajó la novela. En esta última ya había obtenido un premio Aquileo J. Echeverría con el título “Te llevaré en los ojos”, del sello EUNED.
“La Madriguera”, editado por la Ediciones Lanzallamas, es una colección de 19 relatos que el escritor mantuvo en su escritorio por dos décadas, y finamente presentó su selección en tres grandes secciones: “Cabos Sueltos”, “De humo y lata” y la novela breve “El sitio vacío”.
De acuerdo con Guillermo Barquero, codirector de Ediciones Lanzallamas, la obra de Arias Formoso “nos ofrece una mezcla sorprendente de la libertad y el humor incontenibles de su primera novela, ‘El Emperador Tertuliano y la legión de los superlimpios’, y del desarrollo íntimo, realista y en ocasiones doloroso de los personajes de ‘Vamos para Panamá’ y ‘Te llevaré en mis ojos’. Personajes obsesivos y obsesionantes, enamorados, sorprendidos por lo extraño y lo bello del mundo, a la deriva en historias entrañables, en las que agudas observaciones de los detalles hacen posible que los pequeños instantes se conviertan en vida. Cada una de estas pequeñas joyas le sirven al autor para concretar sus ya célebres y deliciosos juegos con el lenguaje cotidiano”.
Rodolfo Arias Formoso es un profesional en informática; ha desarrollado su carrera como consultor y durante muchos años ejerció la docencia en la Escuela de Computación e Informática de la UCR.  Actualmente disfruta de su jubilación, pero su tintero aún tiene mucha tinta que correr.

  • Eduardo Muñoz 
  • Cultura
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