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El Salvador condecora a exministro Arnoldo Mora

Arnoldo Mora, exministro de Cultura, educador y filósofo, recibió el 16 de febrero la orden de Gran Collar José Simeón Cañas, como reconocimiento del actual gobierno salvadoreño por su compromiso humanista con quienes lucharon durante la Guerra Civil, la cual afectó ese país centroamericano entre 1980 y 1992.

Arnoldo Mora, exministro de Cultura, educador y filósofo, recibió el 16 de febrero la orden de Gran Collar José Simeón Cañas, como reconocimiento del actual gobierno salvadoreño por su compromiso humanista con quienes lucharon durante la Guerra Civil, la cual afectó ese país centroamericano entre 1980 y 1992.
Mora fue el presidente del Comité Costarricense de Solidaridad con El Salvador y contribuyó para que los ciudadanos que emigraban de ese país a Costa Rica gozaran de adecuadas condiciones y fueran recibidos como se lo merecían.
El exministro de Cultura (1990-1994) se mostró agradecido con la distinción otorgada por el gobierno del presidente Mauricio Funes y dijo que la recibe en nombre de muchos costarricenses que respaldaron con la solidaridad a los salvadoreños.
“Me persiguieron por ayudar a los salvadoreños. Intervinieron mis líneas telefónicas y siguieron muy de cerca mis pasos y los de mi familia. Agradezco a Xinia, mi esposa, y a todos aquellos que se unieron en la lucha por la libertad del pueblo salvadoreño”, expresó.
La orden José Simeón Cañas (1767-1838) fue creada en honor de este sacerdote y humanista salvadoreño, quien en 1823 pidió a la Asamblea Nacional Constituyente de las Provincias Unidas de Centroamérica, la abolición de la esclavitud para proclamar así igualdad entre los hombres.
La medalla recibida por Mora le fue entregada en el salón dorado de la Casa Amarilla, en Costa Rica. En la ceremonia participó el ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador, Hugo Martínez.
“Don Arnoldo, motivado exclusivamente por su sensibilidad humana, ha abonado al bienestar de mis compatriotas salvadoreños que residen en este bello país. Para honra de su país, don Arnoldo no estuvo solo. A esta noble tarea se unieron miles de costarricenses”, destacó el Ministro.
Mora resaltó que entre los salvadoreños refugiados en suelo costarricense, se encontraban intelectuales de gran talla y destacados profesionales en diversos campos.
Citó el caso del escritor Rafael Menjívar, Fabio Castillo, el escritor Manlio Argueta y del médico Mario Flores, entre otros. Ellos contribuyeron desde sus respectivas áreas al enriquecimiento intelectual costarricense.
Sebastián Vaquerano, embajador de El Salvador en Costa Rica, expresó que Mora no solo contaba con suficientes méritos personales para recibir la distinción, sino que él representó el espíritu solidario de los costarricenses; su aporte a los inmigrantes y exiliados, debido al conflicto bélico, fue extraordinario, acotó.
“La orden que se le entregó a don Arnoldo Mora es muy importante en nuestro país y por primera vez se otorgó con el grado más alto de gran collar”, dijo.
AÑOS DUROS
Mora es miembro de la Academia Costarricense de la Lengua, donde ocupa el sillón “J”, y es uno de los filósofos más reconocidos del país por su extraordinaria carrera como educador en Universidad de Costa Rica (UCR), en la Universidad Nacional (UNA) y en la Universidad Estatal a Distancia (UNED). Mora recordó cómo al ser Centroamérica la última batalla de la Guerra Fría, existían muchos intereses encontrados.
“El gobierno de la derecha que presidía a El Salvador venía ya hacía mucho tiempo atropellando los derechos humanos. A los que hacíamos esas denuncias nos tildaban de comunistas. Fue hasta el asesinato de Monseñor Romero que la comunidad internacional entendió y tomó conciencia de lo que estaba sucediendo en esa nación”.
La admiración del legado de Romero con su tierra, Mora la plasmó en el libro “Monseñor Romero”, editado en 1980. Por eso, no extrañó a nadie que en el cierre de su discurso, el pasado 16 de febrero, el exministro de Cultura exclamara: “Monseñor Romero, presente”.
Ese “presente” se entendió como una continuidad de su pensamiento y su lucha por una Centroamérica más justa con los pobres y los más necesitados, los cuales siempre han tenido un lugar especial en el corazón del filósofo costarricense.
Mora recordó cómo en un momento de la guerra, la cual cobró más de 75.000 víctimas entre muertos y desaparecidos, el gobierno de Rónald Reagan logró la aprobación de $80.000 millones, casi un millón diario para luchar contra los insurgentes.
En ese contexto, el exministro y otros amigos crearon el Comité Costarricense de Solidaridad con El Salvador. Este respaldó y orientó la entrada a Costa Rica de al menos 15.000 ciudadanos de ese país, quienes se vieron forzados a huir, dadas las circunstancias de persecución que fueron sometidos.
Durante el conflicto, en El Salvador se crearon los denominados escuadrones de la muerte. Eran grupos de extrema derecha conformados por la policía y miembros de seguridad, los cuales se encargaban de ejecutar a opositores del Gobierno. Se ligó siempre al ya fallecido Roberto D’Aubuisson como el cabecilla líder de dichos grupos, los cuales en su oportunidad contaron con el respaldo clandestino de Estados Unidos.
UNA ESPERANZA
 
Mora enfatizó que constituye una esperanza para ese país centroamericano, el hecho de que en El Salvador gobierne un presidente de izquierda como es el periodista Mauricio Funes, quien llegó al poder gracias a una coalición y sobre todo con el respaldo del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
Reconoció que el arribo de la izquierda, por la vía de las urnas en El Salvador, permitió pasar de una democracia formal a una real. “Fue el pueblo quien en el 2009 decidió cambiar y terminar con 20 años de los gobiernos de ARENA (Alianza Republicana Nacionalista) y eso es muy significativo”.
El Salvador –añadió Mora– agobiado por una polaridad social evidente, tiene como segunda capital en importancia a Los Ángeles, en Estados Unidos, donde residen al menos medio millón de cuzcatlecos, quienes con sus remesas le dan un importante soporte a la economía de su país.
Ahora, por primera vez tras los acuerdos de paz de 1992, gobierna un grupo con tendencia de izquierda en El Salvador, lo cual viene a unirse a una ola de cambios que se han dado en América Latina en países como Bolivia, Ecuador, Venezuela, Paraguay y Uruguay.
Por lo acontecido desde los acuerdos de paz a la fecha, por ese carisma característico y por su compromiso con los derechos humanos, Mora recibió con orgullo y emoción el Gran Collar del Libertador de los Esclavos José Simeón Cañas. Reconocimiento que se une a los que anteriormente le habían otorgado los gobiernos de Bélgica y Francia.

  • Jose Eduardo Mora 
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