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El Ministerio de Educación Pública (MEP) presentó una propuesta que busca distribuir el curso lectivo en trimestres, lo que significaría que las vacaciones se darían cada tres meses y no acumuladas como se ha acostumbrado. Esta iniciativa ha producido una serie de dudas y reacciones en contra.
Diversos sectores consideran que una iniciativa de este tipo no puede ser impulsada sin antes consultar a todos los actores involucrados, como padres de familia, estudiantes, docentes, personal administrativo, organizaciones gremiales y academia, pues de su dinámica cotidiana dependen los cambios que se puedan realizar.
Incluso hay quienes hacen críticas más fuertes y aseguran que existe un enorme desconocimiento institucional del funcionamiento del sistema educativo costarricense, el cual ha respondido históricamente a las condiciones climatológicas del país, a las jornadas laborales de las familias y de la producción agrícola nacional.
Según el actual diputado del Partido Acción Ciudadana y exvicedecano de la Facultad de Educación de la Universidad de Costa Rica, Claudio Monge, el ordenamiento del calendario escolar busca aprovechar los espacios de mayor iluminación que se da en el verano, además responde a las temporadas de cosecha de monocultivos como el café y la caña.
Cuestionó la justificación que dio el ministerio de Educación, la cual aduce que la propuesta está tras la reducción de la deserción, pues en su criterio, este flagelo se combate mediante otras medidas, como la formación adecuada de los docentes, la reorientación efectiva de las becas, con la revisión curricular exhaustiva y con el estímulo, tanto para docentes como para estudiantes.
“Por otra parte, me parece que esta dinámica que plantea el MEP va en contra de todo lo que significa el descanso pedagógico, que merecen tanto los educadores, como las familias y estudiantes. Con la propuesta se recargaría innecesariamente a estos sectores, pues son periodos muy cortos, que está demostrado, no permiten recuperar las fuerzas ni el aliento, así como no logran levantar la motivación”, manifestó Monge.
ESTABLECER PRIORIDADES
Para el secretario general del Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores de la Educación Costarricense (SEC), Marvin Rodríguez, se requiere entrar al tema de la calidad de la educación y con una modificación de las vacaciones, esto no se resuelve.
“La única forma de mejorar el sistema educativo es haciendo una distribución eficiente de la riqueza, de manera que las familias más pobres tengan un trabajo digno, con coberturas de seguridad social que permitan a los niños y niñas una mayor sostenibilidad en los centros de estudio”, indicó el dirigente del SEC.
“Estamos hablando que los cambios deben ser integrales, no pueden verse únicamente como una modificación del calendario escolar. Es necesario que se motive a los docentes, pero la iniciativa lejos de motivar, desincentiva a los docentes, pues con la propuesta estos pierden una semana de vacaciones, además no conocen los cambios que se buscan, pues se trata de una decisión vertical y así no tendrá éxito”, sentenció Rodríguez.
Sobre este último cuestionamiento, el ministro de Educación Pública, Leonardo Garnier, emitió un comunicado de prensa, en el cual consideró lamentable que ciertos sectores gremiales se enfocaran únicamente en los días de vacaciones y que no hicieran referencia a los impactos que la trimestralización del calendario escolar podría tener en la calidad de la educación.
Hizo hincapié en que la respuesta emitida no evalúa el tema de retención o fracaso escolar, e incluso la calidad de las condiciones laborales de los docentes al distribuir en forma distinta los tiempos de descanso.
“Yo habría entendido un argumento que –tocando esos temas– discrepara de la propuesta por encontrarla perjudicial. Yo habría entendido todavía más una respuesta que encontrara debilidades en nuestra propuesta, pero al mismo tiempo ofreciera formas de mejorarla. Desde un principio, hemos dejado claro que nuestra propuesta dejará intactas las semanas y los días de vacaciones de los docentes y estudiantes; este argumento, por tanto, no tiene validez alguna”, argumentó Garnier en su comunicado.
DUDAS DESDE LA ACADEMIA
Por su parte, representantes de las universidades consideran que la propuesta requiere de un análisis y discusión más integrales, pues en los procesos educativos que se desarrollan en las aulas inciden muchas variables y actores, por lo que una decisión de este tipo, amerita detenerse.
De acuerdo con Lupita Chaves, decana de la Facultad de Educación de la Universidad de Costa Rica, en esta discusión deben entrar las familias, docentes, administrativos y estudiantes para determinar cómo afectará esta calendarización el currículum, los procesos de aprendizaje y la actualización de los educadores.
“Consideramos que se trata de una iniciativa positiva, pues se busca un cambio para mejorar, pero la educación de las personas es tan importante que no se pueden hacer cambios sin consultar previamente”, exteriorizó la experta.
Chaves recordó que existe un problema con el sistema de arrastre, pues la experiencia, en su criterio ha sido traumática, tanto para los docentes como para los estudiantes, según una serie de entrevistas que han realizado desde la Facultad de Educación; además hay que analizar cómo se darán los procesos de actualización de los maestros, pues la propuesta establece que se realizarán durante los periodos de vacaciones entre cada trimestre.
“Es necesario contar con más fundamentación teórica y empírica, ya que hay que estudiar las cosas desde el punto de vista pedagógico, curricular, ver qué sucede con las familias y esos períodos de vacaciones, cómo harán las mamás que trabajan, cuándo se aplicarían las pruebas trimestrales y cómo se desarrollará el sistema de evaluación. Pienso que hay más preguntas que respuestas con esta iniciativa”.
La decana de la Facultad de Educación de la Universidad Nacional, Ileana Vargas, coincidió con este criterio y aseguró que la propuesta debe ser consensuada, previo análisis a si tendrá un impacto positivo o negativo.
“Hay que darles un espacio a las familias, directores y docentes de las zonas rurales, pues nos meten a todos en un mismo saco, y las realidades son distintas en todo el país, cada zona desarrolla un modelo de educación distinto, de acuerdo con sus características. Pero no se trata únicamente de ser críticos, debemos ser propositivos y buscar las mejores condiciones para todo el sector educativo”, indicó Vargas.
Calendarios escolares
UNIVERSIDAD realizó una investigación a través de Internet, en los sitios de los ministerios de Educación de distintos países, así como sitios informativos confiables, como Wikipedia, para conocer un poco más sobre los calendarios escolares en otras latitudes.
En los países consultados existen al menos dos meses como mínimo de tiempo para que los estudiantes y familias recarguen sus energías.
Francia: 4 períodos, divididos por vacaciones, 2 semanas para: Navidad, invierno, primavera y 2 meses (de julio a setiembre) en época de verano.
Bélgica: calendario de setiembre a julio, 1 semana de vacaciones en noviembre, 2 semanas entre Navidad y Año Nuevo, 1 semana a finales de febrero, 2 semanas en torno a Semana Santa y vacaciones de verano de 2 meses.
Japón: sistema trimestral, tienen de uno a dos meses de vacaciones de verano (dependiendo de la región), un receso de invierno, un mes a finales de año y otro receso en primavera que puede ser de dos a tres semanas.
Estados Unidos: sistema trimestral, con un receso de invierno de 10 días, entre Navidad y Año Nuevo, vacaciones de primavera (1 semana) y vacaciones de verano que van de la segunda o tercera semana de junio a la primera semana de setiembre un poco más de dos meses.
Singapur: tiene un calendario de 4 períodos, con vacaciones de 1 semana en marzo y otra en setiembre, 4 semanas al finalizar junio y 6 semanas a finales de año.
Argentina: las clases arrancan en marzo y terminan en diciembre. Cuenta con 2 semanas de vacaciones en julio.
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