Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
En “Vania, vidas equívocas”, a la trama (de por sí intensa) que representa el texto original, hay que agregarle, en esta oportunidad, el hecho de que los actores están a penas a 30 centímetros del público. Esto obliga a los actores a redoblar esfuerzos para captar en toda la profundidad a su personaje.
La pieza es presentada de viernes a domingo, a las 8 p.m. desde el pasado 4 de marzo en la Academia Éditus, y reviste la particularidad, pues se hace en un aula con una escenografía básica y con espacio solo para 28 espectadores.
La propuesta es de Inter Teatro y en ella participan los actores Álvaro Marenco (Tío Vania), Jahel Palmero, Ana Cárdenas y Arturo Campos. La dirección le corresponde al chileno Adolfo Albornoz, la escenografía a Gabrio Zappelli y la fotografía y diseño gráfico a Daniel Marenco y Adriana Murillo.
“Estamos a tan solo 30 centímetros del público y eso plantea un reto, tanto para actores con experiencia como para quienes están empezando. Por la cercanía no tenemos que impostar la voz ni tampoco usamos maquillaje”, explicó Álvaro Marenco.
“Vania, vidas equívocas” es una adaptación de “Tío Vania”, una obra que Chéjov publicó en 1899, pero que en realidad era una revisión del “Demonio de madera”, conocido por el público allá por 1890.
De acuerdo con Marenco, la propuesta de Inter Teatro —dirigido por Albornoz, quien ganó en 2010 el Premio Nacional de Teatro como mejor director por la puesta en escena de “C’est tout?”— es una adaptación de los personajes históricos a una Costa Rica del 2011.
“En realidad estamos en un aula y simulamos estar en una finca. En este caso somos cuatro personajes en lugar de ocho, como en la obra original. Y somos cuatro personajes mal apuntados”.
Esto se refiere a que las conexiones entre uno y otro son verdaderamente complicadas y pueden generar consecuencias funestas para algunos de ellos.
La trama de “Tío Vania” se basa en una familia rusa que vive en una hacienda. Entre los personajes se dan una serie de sentimientos intensos, como enamoramientos, disputas por la venta o no de la hacienda y hasta intentos de suicidio.
La decadencia y la nostalgia se entrecruzan en esta obra capital de Chéjov (1860-1904), quien en realidad fue considerado un maestro del relato corto. “La Gaviota” es otra de las piezas de Chéjov que ha sido representada en múltiples ocasiones.
“Tío Vania”, por su parte, ha tenido decenas de adaptaciones en distintos idiomas y épocas.
Marenco destacó que les resultaba interesante tomar un texto clásico y de otra época e incorporarlo a una realidad social como la de Costa Rica, con otros códigos y otros intereses.
La esencia del drama que se plantea en la obra original, no obstante, se mantiene intacta, aseguró.
Actores jóvenes
Marenco resaltó que le gusta trabajar con actores jóvenes, porque tienen ilusión y encaran los desafíos de cada obra con mucha determinación. “Me encanta trabajar con gente de mi generación, pero más con los jóvenes, porque tienen otras ideas en la cabeza y porque tienen deseos de comerse el mundo”.
En su criterio, Albornoz ya demostró ser un muy buen director y los actores que lo acompañan en esta oportunidad también gozan de mucha “presencia escénica”.
Marenco cuenta con más de 40 años de trabajar en el teatro costarricense y dice que aún le agrada participar en proyectos alternativos, como es el caso de “Vania, vidas equívocas”.
Las entradas para apreciar esta obra tienen un valor de ¢4.000 y el hecho de que solo puedan asistir 28 espectadores por función representa un reto para los actores, dado que ellos ganan con base en un porcentaje previamente estipulado con los productores.
Los interesados pueden comunicarse con el 8346-1915 o escribir al correo: [email protected]
Este documento no posee notas.