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Cuando ocurrió la invasión de Nicaragua en Isla Calero/los Portillos, el gobierno de Barack Obama mantuvo una asombrosa pasividad, dejando sola a Costa Rica, pese a que la presidenta Laura Chinchilla fue su candidata predilecta.
Este señalamiento lo hacen algunos analistas y también periodistas y sectores conservadores de la opinión pública estadounidense.
Una columna de la periodista Judi McLeod, aparecida el 22 de marzo en la red de Twitter de la organización América Alerta, califica de hipócrita la actitud del presidente estadounidense Barack Obama, al guardar silencio sobre “la agresión del gobierno sandinista de Nicaragua contra Costa Rica” (ver recuadro 1: Obama ignora el manto de “espiral de silencio” en Costa Rica)
Tres expertos, el politólogo Luis Guillermo Solís, el estratega militar Manuel Mora y el exrector de la Universidad para la Paz, Francisco Barahona, analizan la actitud de Washington tras el estallido del diferendo.
“Me parece que es muy complicado para la administración de los Estados Unidos meterse de manera sustantiva a opinar, tutelar, negociar, intermediar en un conflicto como este. Es demasiado pequeño y el costo-beneficio era excesivamente alto para Washington”, opinó Luis Guillermo Solís en declaraciones a UNIVERSIDAD.
Para Solís, al comienzo Washington se quedó observando los “toros desde la barrera” porque no hubo una escalada del conflicto, sino que siempre se canalizó de “una manera bastante civilizada”.
“Lo que pasa es que para nosotros y para los nicaragüenses en Managua el incidente fronterizo adquirió proporciones épicas, bajo conceptos de soberanía, pero puesto en perspectiva internacional, con lo que pasaba en Túnez y en Egipto, no llamaba la atención, especialmente porque no escaló”, explicó Solís.
“Estados Unidos no se iba a desgastar. Es una administración que está con enredos, el viaje de Obama a América Latina, el golpe de Estado en Honduras les dejó lecciones complicadas, se quemaron la cola.
“Era como meter una ballena en un vaso de agua y entonces dejaron que el caso se fuera a la OEA y a la Corte de La Haya. No afectaron a Costa Rica ni se pelearon con Nicaragua, con el que tienen relaciones y necesitan para sus planes regionales de control de drogas”, puntualizó.
No obstante, para el estratega militar Manuel Mora Salas “no hay tanta inocencia” en la posición de Estados Unidos de no inclinarse a favor de su “socio natural”, como es Costa Rica.
Mora Salas desde un inicio tiene la hipótesis de que Washington tiene mucho interés en los yacimientos petroleros ubicados en el Caribe nicaragüense, sobre todo porque en Costa Rica hay una moratoria para la exploración y explotación de petróleo.
“En un mundo donde el petróleo es el centro y donde está el plan de crisis, pues no es de extrañar. Estados Unidos tiene reservas propias muy limitadas”, dijo Mora Salas.
“No hay inocencia en la política mundial y menos de una potencia como Estados Unidos”, señaló.
Estudios geológicos han determinado que frente a isla Calero, en el mar Caribe, hay un bloque con un enorme potencial petrolero, e incluso podría ser una reserva de gas.
La reserva fue identificada por la Refinadora Costarricense de Petróleo en 1980. Del lado nicaragüense también hay importantes bloques de interés petróleo, recordó Mora Salas.
Por esa razón, isla Calero, que orienta la línea limítrofe, puede convertirse en un territorio de importancia, sobre todo por la ausencia de límites marinos entre Costa Rica y Nicaragua en el mar Caribe.
Por otra parte, Mora Salas advirtió que el conflicto entre los dos países “no ha terminado”. “Ahora hay que esperar, nadie puede decir que ese conflicto no vuelva a escalar”, alertó el experto en temas militares. (ver recuadro 2: Se vuelven a caldear los ánimos).
Para Francisco Barahona, al comienzo Estados Unidos “dejó sola a Costa Rica y a su presidenta”. “En el arranque hubo un silencio que es curioso no sólo con Costa Rica, sino con la presidenta que era una de sus candidatas favoritas, la de su mayor simpatía, según se desprende de los cables de WikiLeaks”, comentó.
Lo que sucede, añadió, es que el problema estalla y Estados Unidos estaba con tres guerras en sus manos, “y Calero no significó ni un tiro, ni una víctima, no quisieron abrir otro frente de batalla”.
“Estados Unidos ni siquiera mantuvo una posición ambigua, su silencio inicial fue negativo para los intereses de Costa Rica, quedamos aislados al comienzo”, añadió.
Barahona consideró que cuando estalló la disputa Estados Unidos no mantuvo una posición “sincera” ni expresó “una voluntad franca” de respaldo, pese a que el territorio costarricense había sido invadido por tropas nicaragüenses.
“Lo que sucede es que para nosotros el conflicto es muy importante pero para efectos de la política norteamericana no”, puntualizó.
Obama ignora el manto de “espiral de silencio” en Costa Rica
By Judi McLeod Tuesday, March 22, 2011
El siguiente es un fragmento de la columna de la periodista:
Cuéntese como una de las mayores hipocresías latinoamericanas del Presidente (español en el original) el hecho de que mientras los Obama buscan verse bien ante niños en riesgo social en Chile, la “espiral de silencio” cubre la agresión del gobierno sandinista de Nicaragua contra Costa Rica. Algunas naciones son cada vez más iguales que otras mientras que el concepto de “democracia” es apropiado por la Hermandad Musulmana desde las revueltas en Egipto permitidas por Obama.
La democracia no incluye a Costa Rica, cuya Isla Calero ha estado ocupada por los sandinistas desde noviembre.
No hubo ningún “defensor de la democracia” Bill Ayers, Bernardine Dohrn o algún “Código Rosa” alrededor de la Isla Calero cuando los sandinistas la invadieron. Y el silencio de Barack Obama sobre Costa Rica es todo menos dorado.
Con seguridad quienes de verdad creen en la democracia deben haberse reído cuando este mes la Corte Internacional de Justicia ordenó tanto a Costa Rica como a Nicaragua evitar enviar o mantener civiles, fuerzas de seguridad o policía en una zona limítrofe disputada. En un estilo típico de la ONU, ofreciendo a ambas partes algo que puede proclamar como una victoria.
“La Isla Calero, localizada en el Río San Juan en la frontera entre Costa Rica y Nicaragua, fue invadida en noviembre 2010 por tropas nicaragüenses, en lo que constituye una agresión protegida por una casi completa “espiral del silencio” de medios de comunicación a lo largo de las Américas”. ([email protected] , March 21, 2011).
Judi McLeod Bio
Judi McLeod Most recent columns Copyright © Canada Free Press Judi McLeod es una galardonada periodista con una experiencia de 30 años en medios escritos.
Fue Columnista del Toronto Sun y trabajó para el Kingston Whig Standard. Su trabajo ha aparecido en Rush Limbaugh, Newsmax.com, Drudge Report, Foxnews.com, y Glenn Beck.
Se vuelven a caldear los ánimos
Después de la pausa surgida tras la resolución de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) los vientos volvieron a agitarse en los últimos días, a raíz de la decisión de Costa Rica de invitar a una misión de la Convención RAMSAR a visitar el humedal existente en isla Calero, en acatamiento, según el gobierno, de una de las medidas cautelares de la Corte anunciadas el 8 de marzo.
Nicaragua rechazó el envío de la misión y la calificó como un acto de “provocación” de Costa Rica, al tiempo que anunció que se dispone a denunciarla ante la CIJ por interpretar “antojadizamente” el pronunciamiento internacional.
En respuesta, el vicecanciller Carlos Roverssi calificó como “acto de mala fe” la actitud de las autoridades de la vecina nación.
La misión RAMSAR llegó el domingo a San José y tenía previsto viajar a isla Calero, en compañía de expertos en ambiente del gobierno costarricense, a partir del martes.
Entre tanto, el Ejército de Nicaragua pidió al gobierno de Costa Rica «abstenerse de incursionar» en una zona fronteriza en disputa, en conjunto con la misión de la (RAMSAR) «Hemos apelado a las autoridades de Costa Rica a abstenerse de seguir en esta actitud de provocación», dijo el jefe del Ejército nicaragüense, general Julio César Avilés, en rueda de prensa.
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