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A Camilo Rodríguez

Al mismo tiempo que hacíamos huelga de hambre por Crucitas en octubre del año pasado, las paparazzis le preguntaban a Camilo del Carmen Rodríguez Chaverri por su relación con una veinteañera, a lo que el periodista no quiso referirse, afirmando que él “no cree en construir desde el desamor”, lo cual es muy consecuente en alguien que nació un 14 de febrero, tocayo del intérprete de las melodías más románticas, y que escribe libros sobre la Virgen María.

Al mismo tiempo que hacíamos huelga de hambre por Crucitas en octubre del año pasado, las paparazzis le preguntaban a Camilo del Carmen Rodríguez Chaverri por su relación con una veinteañera, a lo que el periodista no quiso referirse, afirmando que él “no cree en construir desde el desamor”, lo cual es muy consecuente en alguien que nació un 14 de febrero, tocayo del intérprete de las melodías más románticas, y que escribe libros sobre la Virgen María.
Lo que no tiene nada que ver con el amor, la amistad, ni otros de los principios que por nacimiento y por fe acompañan a Camilo, es el comentario disparatado y virulento que de su puño y letra fue leído por el comentarista de PANORAMA, el programa de la Cámara Nacional de Radio, el viernes 18 de marzo.
Si los ambientalistas tuviéramos -así como Camilo- la posibilidad de hablar cuatro minutos a las 7 de la mañana por medio de las 74 emisoras de CANARA, utilizaríamos ese espacio para llamar las cosas por su nombre.
Para llamar desastre ambiental y violación de la soberanía a las acciones que el gobierno de Nicaragua perpetró en el humedal del Caribe Noreste de Costa Rica; para llamar heroísmo y búsqueda de libertad a las movilizaciones de todos los pueblos de África y el mundo que buscan la extinción de las tiranías; y para llamar cobarde a cualquiera que apoye  gobiernos genocidas y explotadores. Así lo hicieron notables opositores a la mina Crucitas, como el Dr. Allan Astorga, quien asesoró a nuestro Gobierno en temas hidrogeológicos relacionados con el dragado del río San Juan; así lo hicieron activistas y organizaciones ambientales que conformaron el Frente por la Defensa de los Humedales, y cuyo pronunciamiento suscribimos desde principios de año, externando la preocupación por los ecosistemas de la zona de Isla Calero; y así lo han hecho partidos de oposición y organizaciones sociales que han saludado el levantamiento del mundo árabe contra quienes les oprimen.
Pero los ambientalistas no nos quedaríamos con el estribillo de las cinco empresas que dominan la comunicación mundial ni con los estribillos de las guerra fría: denunciaríamos que estas empresas y sus socios del crudo como British Petroleum (responsable de la mayor tragedia ambiental de los últimos tiempos con el incontenible derrame en el Golfo de México), financian las dictaduras que reprimen pueblos enteros para hacer negocios con las reservas petroleras, presionan para que sus países de origen invadan aquellos en donde tienen intereses comerciales, y  participan del negocio del gasto militar mundial (más de un millón y medio de millones de dólares anuales: se estima que con los recursos despilfarrados en dos días, se escolarizaría a todos los niños del mundo).
Los ambientalistas también volveríamos a la realidad inmediata de Costa Rica,  para decir que la mayor parte de los humedales y zonas costeras de nuestro territorio (sólo 16% de ellas con plan regulador), sufren un deterioro acelerado como consecuencia de la actitud negligente de gobernantes e instituciones que han permitido el desarrollo de actividades erosivas y contaminantes como el monocultivo de la piña, los desarrollos hoteleros y las marinas de gran escala; para denunciar que se está privatizando el agua y los recursos naturales por la vía de decretos ejecutivos inconstitucionales (mientras el 96.5% de las aguas residuales van a dar a los ríos sin tratamiento alguno); para informar que Costa Rica es cada día más desigual, más violenta, sucia, e insegura; para advertir que este país lo están saqueando desde hace tiempo unos pocos que meten la mano en la Caja Costarricense del Seguro Social y en las demás instituciones públicas, debilitándolas y haciendo de ellas su negocito privado, lo mismo que con las concesiones choriceras como las de la autopista a Caldera; para prevenir al pueblo de Costa Rica de que hay algunos que a la ley le están pasando por encima, lo mismo que al medio ambiente y a los derechos humanos, y que hasta piensan reabrir una mina a cielo abierto que colapsó hace tres años en Miramar de Puntarenas.
Hay mucho que comunicar, compartir, educar, informar, denunciar. Si el panorama de Camilo (y el de CANARA), tuviera una ventanita más allá de CNN, podría ver que hay muchas cosas importantes que se pueden decir a través de la radio, en lugar de derrochar tales recursos haciendo relaciones descabelladas entre Gadafi y los ambientalistas costarricenses -al mejor estilo de la lógica arista, tratando de vincular a los opositores al TLC con cargamentos de droga y  dinero del narco-.
Pero este criterio de dos ecologistas ¿tendrá espacio en un editorial de la Cámara Nacional de Radio como derecho de respuesta? ¿Tendrá algún eco en los medios de comunicación de alcance nacional?
Será un buen termómetro de los avances y retrocesos en Costa Rica en materia de comunicación, democracia o de violencia impune contra aquellos que no tienen acceso a los espacios para responder las descalificaciones que se hacen desde la prensa.
* En ayuno del 07 de Octubre al 02 de noviembre del 2010.

  • David Rojas Monge y Ástrid Sánchez Jiménez (Dirigentes y organizadores de la Caminata y la Huelga de Hambre por Crucitas).
  • Opinión
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