El mes de marzo es uno de los más soleados y primaverales. Las jacarandas se visten de morado  en el campus, se escuchan con claridad los trinos de muchas avecillas y las zonas verdes lucen más coloridas que nunca. Tal vez será por eso que la Expo UCR ha escogido su mejor escenario en los últimos días de ese mes.
Durante tres días la U mostró una síntesis de su entrega al país en los campos de la formación académica, el conocimiento y la acción universitaria. Se necesitaban unas cuatro horas de recorrido, al apreciar detenidamente las actividades artísticas, publicaciones editoriales, el cultivo de orquídeas, los proyectos de investigación en biología, geología, arquitectura, ciencias agroalimentarias, los del Instituto de Investigaciones Sociales en la Carpio y con poblaciones migrantes, trabajo de diferentes escuelas en comunidades indígenas… en fin, el panorama de una Universidad que se extiende por todo el territorio, y que abre sus puertas al público mostrando en calidad y cantidad la inversión de sus recursos presupuestarios.
Los numerosos encuentros con amistades y colegas son parte del sabroso platillo ofrecido por la Expo, sin dejar de mencionar otros platos típicos que abarrotaron los puestos de comida. El buen humor y la euforia acompañaban las visitas, unos con orgullo de ser universitarios (as), sin faltar quienes lucían camisetas del PIAM (Programa del Adulto Mayor), identificados (as) plenamente con la labor universitaria; otros vecinos (as) de muchos barrios, que disfrutaban igualmente de la música, el baile, las exposiciones, los gallos de arracache y el “rice and beans”.
El crecimiento de la Universidad de Costa Rica en más de 70 años de existencia, es impresionante. Actualmente sus tres pilares fundamentales: docencia, investigación y extensión universitaria, se han convertido en  relevantes para el desarrollo del país en todos los ámbitos del saber científico y humanista. No es casual el papel fundamental que le han dado las encuestas ante la opinión pública, y la elevada medición que ha obtenido en Latinoamérica en cuanto a producción científica de excelencia. Sin mencionar la ya larga lista de premios recibidos nacional e internacionalmente por sus trabajos de investigación.
La justificación del presupuesto universitario va más allá del balance cuantitativo y empresarial que le han querido endilgar a la universidad pública. Durante nuestro largo trayecto del 26 de marzo por el campus, nos encontramos con autoridades de las universidades públicas, algunas de ellas negociadoras del Fondo Especial para la Educación Superior. No encontramos una sola autoridad gubernamental (¿mera casualidad?) que se interesara por la página abierta ofrecida por la EXPO. El día del cierre de este evento, apareció una noticia, la cual en este caso no correspondía a ninguna casualidad: el Instituto Clodomiro Picado de la UCR había sido galardonado por la Organización Mundial de la Salud con el Premio de Salud Pública por su trabajo y tratamiento de mordeduras de serpientes.
La Casa de Enseñanza de Santo Tomás en 1814, se convirtió más tarde en la primera institución de Educación Superior del país entre 1843 y 1888. La Universidad de Costa se crea un 26 de agosto por la Ley n.362 como una institución “docente y de cultura superior,  de cultivo de las ciencias, las letras y las bellas artes”. La inauguración oficial se da precisamente el día de Santo Tomás de Aquino, un 7 de marzo de 1941. La posterior reforma universitaria permite una Universidad que consolida sus bases humanistas y la regionalización de la Educación Superior. No olvidemos tampoco el vínculo actual de la Universidad con el sector externo y su desarrollo en la conexión de la Red avanzada de Internet.
Es difícil ubicar la mirada corta y estrecha de quienes desde cargos de poder gubernamentales, reniegan de un modelo de educación superior que le ha dado y le da grandes frutos al país, y cuyo eje principal ha sido el de la creatividad y la excelencia. Tal vez una de las explicaciones esté en esa conquista histórica que se llama autonomía universitaria, y que permite una visión crítica de la realidad nacional e internacional, independiente de las políticas de mando de los gobiernos de turno, y de los embates y potestades emanados de aquellos embajadores que quedaron al desnudo gracias a los cables diplomáticos publicados por WikiLeaks.