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Un análisis sobre el uso de la ideología del miedo por parte del Estado costarricense y las posibilidades de la ciudadanía de construir un nuevo rumbo a partir de la cultura de la no violencia es lo que propone “El despertar de la ciudadanía. Ideología del miedo y cultura de la no violencia en Costa Rica», de Álvaro Vega.
El libro, escrito por el profesor jubilado de la Universidad de Costa Rica (UCR) y de la Universidad Nacional (UNA), se presentó al público el pasado 31 de marzo en el Auditorio de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNA.
La obra, ganadora del Certamen UNA-Palabra del 2009, explica cómo los recientes gobiernos costarricenses han echado mano de la ideología del miedo para afianzar su poder, mientras que la ciudadanía despierta y construye nuevos rumbos a través de una cultura de resistencia pacífica.
EL CASO DE COSTA RICA
El autor comentó que el primer precedente del libro fue un artículo que él mismo publicó en este Semanario en el 2005, sobre “Cultura del miedo y TLC”.
Más tarde, indicó, este mismo medio dio a conocer el “Memorando del miedo”, lo cual lo impulsó a retomar el tema, para “circunscribirlo en el comportamiento general de una clase política que a mi criterio está en decadencia y que se afianza a través de un modelo de cultura política autoritaria, caudillista, nepotista y patriarcal, que tiene como contraparte los movimientos sociales”.
Vega aseguró que esta coyuntura le sirvió para analizar la estrategia del gobierno costarricense, como aquella que “recicla” la ideología del miedo. Detalló que este concepto se define como la estrategia geopolítica que han utilizado históricamente los imperios, para someter por temor a su población.
Explicó, además, que este mecanismo “es el fundamento de la violencia militar y del terrorismo de Estado, pues a través del miedo se desarticulan los movimientos sociales que pongan en riesgo los intereses del grupo hegemónico y así le permite implementar sus planes, sin tener que hacer grandes inversiones en armamento para combatir militarmente a sus ciudadanos”.
A su parecer, ante esta violencia simbólica y política, hay varios tipos de respuesta popular; una de ellas es la cultura de la no violencia de la que echan mano grupos como el foro social mundial, las mujeres, los indígenas y otros grupos sociales, los cuales luchan por un mundo “donde haya paz y esperanza, para ellos y para todos”.
Vega afirmó que en Costa Rica hechos recientes como el llamado Combo ICE y el referendo sobre el TLC demostraron el potencial de la ciudadanía para contrarrestar “la ideología del terror de los neoliberales” a través de la no violencia, pues se está generando un movimiento plural y diverso que brinda esperanza en torno a la construcción de un nuevo proyecto de país.
El escritor sostiene que a pesar de que estos movimientos tienen por objetivo no utilizar la violencia, en ocasiones y a causa del endurecimiento de los regímenes que combaten, se ven obligados a usar la violencia defensiva, tal y como sucedió en tiempos de Gandhi o como ocurre hoy en países de África.
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