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Cartago contará su historia en un mural

“No me interesa contar la historia oficial”. Esta es una de las primeras ideas que plantea la artista Guadalupe Álvarez, al referirse al mural que actualmente pinta en una pared interna del Museo Municipal de Cartago.

“No me interesa contar la historia oficial”. Esta es una de las primeras ideas que plantea la artista Guadalupe Álvarez, al referirse al mural que actualmente pinta en una pared interna del Museo Municipal de Cartago.
Se trata de una pieza pictórica que se encuentra avanzada en un 50%. Cuando sea terminada medirá 315 metros cuadrados, con lo que se convertirá en el mural más grande de Costa Rica y en el primero hecho por una mujer, según la pintora.
El Museo ocupa el inmueble que durante muchos años funcionó como Cuartel de la ciudad. Álvarez indicó que su mural es una obra “etnohistórica”, pues “la historia la cuenta la gente”. Añadió que la iniciativa es parte de un intento de varias personas, quienes buscan gestar un movimiento cultural en esa ciudad.
Definió el estilo utilizado como un realismo mágico, “un tanto ingenuo, para que lo comprendan personas de todas las edades y estratos sociales”.
“El mural no está diseñado para ser leído de manera lineal, sino en un movimiento palpitante,  y los 400 años están divididos en cinco escenas”, detalló.
La primera de esas escenas es el periodo de la Preconquista, el cual generó “implicaciones icónicas desconocidas por la gente”. En ese sentido, detalló que buscó dar imágenes a varios caciques que dan nombre a diversas comunidades, como Turrialba, Aserrí, Atirro o Curridabat.
 
Sobre la etapa de Conquista, señaló que su interés fue plantearla de una manera “muy tica y ‘cartaga”, por lo cual “obvié algunos elementos más necróticos, como se conocen en el muralismo mexicano”.
Esa parte del mural también representa a muchas mujeres indígenas y cierra con la representación del sometimiento y una poesía en lenguaje indígena bribri que, según dijo, “básicamente dice que el artista se debe quedar, porque tiene la tarea de hacer al ser humano”.
La tercera escena es la Colonia. Aparecen personajes tristemente célebres por sus abusos,  como Alonso de Anguciana y Perafán Rivera, quienes “desgraciaron el ordenamiento de Vásquez de Coronado”.
También está presente el tema de la recua o camino de mulas, y cómo formuló la manera de ser del campesino. “El campesino costarricense nace en Cartago; quiero mostrar cuánto le heredó esta provincia al país, pues es algo que no se ha valorado”.
Uno de los elementos que destacan en esa parte del mural es la horca, ya que -según explicó la artista- en Cartago se dieron ajusticiamientos de frailes que participaron en insurrecciones indígenas.
El centro de la obra es dominado por una gran imagen del líder indígena Pabrú Présbere, la cual aún está por terminar; luego seguirán los periodos Republicano y la contemporaneidad.
“Aún hay que incorporar elementos como el terremoto de 1910, la Virgen de los Ángeles, el nacimiento de la banca nacional con el Banco de Crédito Agrícola de Cartago, la Junta Administradora de Servicios Eléctricos de Cartago (JASEC), que hace a Cartago diferente”.
Añadió que también incluirá  una reunión de algunos personajes vivos y muertos, como Jorge Debravo, Max Peralta, Fello Meza o José León Sánchez. El mural incluirá hasta a la emblemática y célebre Tencha y la última escena será una alegoría de nuestros días, que incluirá un homenaje a las floristas.
Álvarez indicó que la investigación para elaborar el mural implicó la consulta de no menos de 22 fuentes bibliográficas, así como entrevistas con estudiosos como Dionisio Cabal o Miguel Salguero.
“El mural -añadió- va pidiendo cosas conforme avanza el trabajo. Durante la elaboración del proyecto he interactuado con personas de todos los estratos sociales, y por eso la investigación es continua”.
Informó que una vez que termine este mural, proseguirá con el mismo concepto en Puntarenas.
“QUIJOTADA”
La pintora reconoció que “se esperaría que en Cartago la Virgen sea central”, aunque comentó que hoy en día “a Costa Rica le urge un Présbere o un Juanito Mora”. Añadió que Cartago es “la más conservadora de las provincias”, por lo cual “hay que trabajar con respeto”.
Para ella, este proyecto es una quijotada, y recordó que tuvo la suerte de que coincidió con el momento de la restauración del sitio. “En octubre del 2009, presenté un presupuesto por ¢30 millones; en octubre del año pasado el alcalde dijo que no iba a pagar nada. Debí buscar patrocinios, pero para ello requería una carta oficial de la Municipalidad, la cual les tomó cuatro meses y medio, y fue hasta enero que conté con ella”.
Hizo ver que llevar a cabo la obra que celebra a la provincia y ciudad de Cartago, “ha sido sumamente difícil; a pesar de que sale en el mural, la JASEC negó su apoyo, mientras que el ministro de Cultura, Manuel Obregón, vino y manifestó que lo declararía de interés cultural, pero aún estamos en trámites”.
También informó que a pesar de contar con una licenciatura en bellas artes, la Municipalidad la empleó como peón de obra pública. Al mismo tiempo, destacó el apoyo de la empresa CELCO, la cual colabora con muestras de pintura. “Mi compromiso no es con autoridades políticas de turno, sino con Cartago, con la gente que aún está por venir y con la historia”, acotó.
Álvarez dijo que “soy artista de caballete -apenas empiezo en esto-, pero este es el mejor momento para un movimiento muralista en Costa Rica, pues estos movimientos nacen por experimentación y por las coyunturas sociales”. 

Resurgimiento
El inmueble donde se encuentra el mural de Álvarez es el Museo Municipal de Cartago, inaugurado el año pasado tras una restauración en la cual el ayuntamiento de esa ciudad invirtió ¢1.000 millones.
Se trata del edificio que desde 1912 alojó al cuartel policial. Óscar López, arquitecto de la Oficina de Planificación Urbana de dicha Municipalidad, lo calificó como “una estructura pionera en la época; la fachada es neogótica, pero el edificio en su conjunto es muy ecléctico. Fue diseñado por el arquitecto Luis Llac, uno de los mejores del siglo XX”.
Detalló que el trabajo se inició con el diagnóstico del edificio y la elaboración de los primeros planos en el 2007. Calificó toda la tarea de restauración como “un reto, entre otras razones porque se debió hacer nuevos todos los repellos de la edificación, con técnicas de hace cien años”.
En criterio de López, el hecho de que ahora sea un museo implica un cambio de uso, lo cual “es muy deseable en la restauración, pues permite hacer ajustes”.
Por ejemplo, entre los elementos más notorios, además del mural, destacan la instalación de puentes y mezanines que conectan las cuatro torres del antiguo cuartel, así como la instalación de una biblioteca virtual con varias computadoras.

  • Vinicio Chacón 
  • Cultura
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