Cuatro exrectores de las universidades públicas nacionales se reunieron para exponer sobre el significado y valor de la autonomía universitaria, el pasado15 de abril en el foro organizado por la Comisión Institucional de Autonomía Universitaria de la Universidad de Costa Rica (UCR), realizado en el auditorio de la Facultad de Derecho.
La actividad contó con la rectora de la UCR -Yamileth González-como moderadora- y con las intervenciones de antiguos rectores de la Universidad Nacional (UNA), del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC) y de la Universidad Nacional a Distancia (UNED).
Ellos se refirieron -ante un auditorio casi vacío- a la importancia de la independencia de las instituciones públicas de educación superior y al valor de la acción planificada y conjunta entre estas y el Estado.
La rectora González aseguró que las universidades no han confundido en ningún momento los términos de “autonomía” y “soberanía” y que si exigen la libertad para ejecutar la misión educativa universitaria es porque conocen la responsabilidad que tienen con el Estado.
 
“La autonomía no niega nuestra responsabilidad de rendición de cuentas. Cuando demandamos autonomía pedimos respeto y una necesaria coordinación con otras instancias del Estado, como garantía del cumplimiento de nuestras potestades”, agregó la Rectora.
El foro fue organizado por la UCR para conmemorar el día de la Autonomía Universitaria -celebrado el pasado 12 de abril- y dar inicio a las actividades anuales que se llevarán a cabo en los próximos meses, tendientes a celebrar lo que se ha denominado el Año de la Autonomía Universitaria.
MEDIO Y NO FIN UNIVERSITARIO
“La autonomía no es un fin, es un medio. Un medio para que la universidad pueda cumplir su misión, que yo resumo -sin ser original en eso- en la creación y transmisión de la cultura”, expuso el exrector de la UNED, Francisco Antonio Pacheco.
El académico explicó que este movimiento en pos de la libertad de acción de las universidades es una “contribución” de las instituciones latinoamericanas, en tanto la discusión sobre la injerencia gubernamental dentro de las universidades nació en el seno de estos países y no en otros de tradiciones de educación superior más antiguas.
Por su parte, para el exrector de la UNA, Jorge Mora, el Estado y las universidades públicas se necesitan mutuamente; sin embargo, no comparten los mismos valores e intereses y citó como ejemplo, las diferencias que se presentan en las ocasiones cuando son negociados los presupuestos de financiamiento.
“La autonomía universitaria nunca ha significado aislarse en los muros del campus; todo lo contrario. La autonomía refuerza el potencial de aporte científico, técnico, y cultural que la universidad le brinda a la sociedad”, puntualizó.
Los académicos resaltaron que la autonomía no corresponde únicamente a un principio jurídico, sino que es una condición que obliga a las universidades a responsabilizarse de las expectativas que ha determinado la sociedad a la cual pertenecen.
“La autonomía académica deviene de la calificada autorización del poder del pueblo”, explicó  Roberto Villalobos, antiguo rector del TEC. “No está subordinada por tanto a las órdenes de un gobierno, sino que permite la libre actuación académica como función sustantiva, calificada y especializada de un Estado”, acotó.
Los participantes del foro se quejaron por la escasa asistencia que tuvo la actividad, menguada por la celebración simultánea de la Semana Universitaria. Esta evitó que concurrieran a la actividad el público que esperaban recibir.
Fernando Durán, exrector de la UCR, lamentó la ausencia de los miembros del movimiento estudiantil, a quienes tenía pensado dirigir unas breves palabras para rememorar el aniversario de la incursión de los oficiales del Organismo de Investigación Judicial en el campus universitario, acciones que calificó como producto de la “estulticia”.
“Quizás el incidente materialmente no representaba tanto como para ser motivo de recordatorio de que existe una autonomía universitaria”, comentó.
Durán añadió que en ocasiones, la libre interpretación del principio de la autonomía universitaria ha actuado en perjuicio de la misma institución. Así, en muchas ocasiones, “los bárbaros” se encuentran dentro de la universidad y no fuera de las “murallas” de la misma.