Abrir Noticia Guardar

¿Basura social o seres humanos?

¿Se han detenido a observar nuestros desechos sociales? Debido a su apariencia costrosa y su inquilinato en la posición social más excluida, las personas en situación de indigencia viven o mejor dicho, “sobreviven” marginando su propio valor. Predominan los comentarios referentes a ciencia, política, economía… pero qué de todos los que han llegado al más bajo nivel de la estructura social. Una empeñada en degradar al más sensible y galardonar al inminente “ser humano” que vive a costa de la sobrevivencia de otros.

¿Se han detenido a observar nuestros desechos sociales? Debido a su apariencia costrosa y su inquilinato en la posición social más excluida, las personas en situación de indigencia viven o mejor dicho, “sobreviven” marginando su propio valor. Predominan los comentarios referentes a ciencia, política, economía… pero qué de todos los que han llegado al más bajo nivel de la estructura social. Una empeñada en degradar al más sensible y galardonar al inminente “ser humano” que vive a costa de la sobrevivencia de otros.
He descubierto que su aparente agresividad y despreocupación son los entes protectores de la lástima que los acecha en las calles. ¿Por qué darles limosna? Es ilógico considerar que se puede ayudar si la mirada se conserva hacia abajo.
La pregunta que surge es: ¿Cuán necesario es mirar hacia abajo para el resto de los “no prescindidos”? Es aquí donde se vislumbra que su existencia, más allá de ser una desfachatez hacia las placenteras y estéticas ciudades costarricenses, se convierte en la inexcusable mano abierta que recibe el objeto de nuestro más deplorable sentimiento de culpa, transfigurándose en parte de un basurero simbólico.              

Y es que si lo social es un continuo, ¿será que de tanto movimiento surgen personas en la intemperie? Como la fuerza centrífuga. Esta que expulsa los objetos que huyen del centro, pero… si nosotros no fuéramos el eje y somos los que hemos huido, no sería accidental la proximidad de esta población a los conglomerados.
En este caso, estaríamos en búsqueda del auténtico eje humano. El que abre la mano a la muchedumbre que lo atañe diariamente, como esperando a un ser que aprecie la cercanía que su experiencia de vida tiene con nuestro verdadero centro; como diciendo: “Aquí estoy, baje la velocidad, mire de frente y sienta al ser humano”.
 

 

 

  • Melissa Solís Castillo
  • Opinión
Notas

Este documento no posee notas.