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Oposición se juega la carta de credibilidad para elecciones del 2014

Si bien no es la primera vez y previsiblemente no será la última que el Poder Ejecutivo y el Legislativo están en manos de partidos de diferente color político, es importante el significado del cambio en el Directorio  Legislativo, que obliga al gobierno de Laura Chinchilla a sentarse a la mesa de diálogo con la oposición, coincidieron diversos analistas consultados.

Si bien no es la primera vez y previsiblemente no será la última que el Poder Ejecutivo y el Legislativo están en manos de partidos de diferente color político, es importante el significado del cambio en el Directorio  Legislativo, que obliga al gobierno de Laura Chinchilla a sentarse a la mesa de diálogo con la oposición, coincidieron diversos analistas consultados.
Tal necesidad parece haber sido captada claramente por las dos partes, al menos es lo que se desprende de las primeras declaraciones de la Presidenta Laura Chinchilla tras el triunfo de la Alianza por Costa Rica que ganó el Directorio, y las palabras del nuevo Presidente de la Asamblea Legislativa, Juan Carlos Mendoza, quien trazó como objetivos principales el diálogo respetuoso y una negociación permanente (ver nota “Nuestro compromiso…”).
Lo que está por verse son los niveles de cooperación que realmente pueda lograr la mandataria, que con el directorio en manos de la oposición está obligada a dialogar con los grupos políticos, y mucho depende también de las divisiones en la propia bancada del Partido Liberación Nacional (PLN), observó el politólogo Francisco Barahona.
Ahora la principal tarea es restablecer el diálogo en el seno del parlamento, que es la condición indispensable para que la Asamblea Legislativa funcione conforme a las necesidades del país, dijo la Presidenta Chinchilla al día siguiente de que los diputados lograran acuerdo para elegir Directorio, restableciendo el orden constitucional que fue roto el 1 de mayo, cuando el pulso entre el bloque opositor y el oficialismo impidió nombrar la nueva directiva.
Tras ofrecer puertas abiertas al diálogo para todas las fuerzas políticas, la mandataria anunció que el Ministro de la Presidencia, Carlos Ricardo Benavidez, había cursado ya invitación a Mendoza para un encuentro que les permitiera conocer cuáles son las prioridades de la Alianza y cómo empatarían con las prioridades del Gobierno.
De una vez confirmó que para el Gobierno la prioridad es la aprobación de la Ley de solidaridad fiscal y la Ley general de electricidad, que había presentado durante el período de sesiones extraordinarias del Congreso, antes del 1 de mayo. Recordó que los diálogos y consultados realizados ya habían llevado a proponer reformulaciones de esos proyectos, y el Gobierno ya había anunciado que estaba preparando textos sustitutivos.
Dijo que sus prioridades están en relación con su propuesta de gobierno en materia de seguridad pública, seguridad social, seguridad económica y seguridad ambiental.  Indicó que en seguridad social la prioridad es del proyecto de vivienda para la clase media, tema en el que hay coincidencias con otros grupos legislativos por lo que espera que lo apoyen. En seguridad ambiental está la reforma constitucional sobre el agua, la ley del recurso hídrico, y en materia de seguridad económica están los tratados de libre de comercio con China y con Singapur.
“Igualmente estaremos abiertos a discutir cualquier tema de agenda nacional, pero el objetivo más importante es que se restituya la confianza al interior de Poder Legislativo, y reafirmamos que las puertas de la Presidencia están abiertas para cualquier fuerza política para el mejor rendimiento de la Asamblea Legislativa”, subrayó Chinchilla.
Óscar Aguilar, historiador y comentarista de la actualidad política, reprochó que la Presidenta dijera que estaba a la espera de que alianza opositora le dijera cuáles eran sus proyectos. Eso deja la impresión de que se habla sin saber, y se está pidiendo al Directorio de oposición un  plan de gobierno, nada que ver porque la iniciativa debe ser del Gobierno, comentó.
En sus palabras “no hay que descubrir el agua tibia” porque el reglamento legislativo establece que cada fracción tiene derecho a presentar un número de proyectos con base en el número de diputados que tenga. Ya antes del 1 de mayo se sabía cuántos le corresponden al PLN y a los otros partidos, y todo el mundo sabe que entre los que le interesan a Liberación están el de electricidad y los impuestos.
“Entonces no tienen por qué inventarse ahora que están esperando si hay una agenda de la oposición… La preocupación de doña Laura debería ser decir ‘señores, les voy a mandar estos proyectos que considero fundamentales y acompañar la lista”, dijo Aguilar.
Para Aguilar, el rompimiento constitucional en el Congreso, aunque se solucionó, evidenció que el país tiene una postración política. “Este 1 de mayo es un campanazo muy fuerte para que quienes tienen a su cargo la conducción política del país entiendan que no pueden seguir igual. Que tienen que recomponerse unos y otros. Que Liberación tiene que tratar de recuperar su identidad de Liberación Nacional y no ser el partido de los ‘liber-arias’. Y lo otro es que el picadillo de partidos que hay al otro lado no beneficia al país.”
En este sentido, señaló que la Alianza por Costa Rica adquirió una responsabilidad muy grande,  pues aunque no es un cogobierno, tiene que establecer unos lazos responsables de coordinación con el Poder Ejecutivo. Los de la Alianza no deben perder de vista que el país los está viendo con lupa, porque les está diciendo que ahora que mostraron que eran capaces de unirse para ganar el Directorio legislativo, tienen que dar prueba de que son capaces de unirse también para ir a una contienda política unidos.
Hay que tener claro,  y ellos mismos lo han dicho, que ellos tienen sus diferencias en cuanto a proyectos de ley. Que hay proyectos que adversan unos y apoyan los otros. Y eso está bien, lo importante es que las reglas del juego estén claras y no se den las sorpresas. Pero dentro de esa diversidad también tienen que demostrar que son capaces de tener una acción común e inteligente para respaldar decisiones que a lo mejor en algún momento no gustan, dijo Aguilar.
Por su parte, Barahona dijo que con el recambio en el Directorio legislativo, la Presidenta Chinchilla está obligada a sentarse a negociar con la oposición, y hacer que la fracción del PLN baje su posición confrontativa, porque de lo contrario su administración y el pueblo de Costa Rica van a sufrir las consecuencias.
La responsabilidad constitucional de conducir el Gobierno le corresponde a la Presidenta y su equipo ministerial, y están por verse los niveles del diálogo y cooperación que pueda encontrar la mandataria en el nuevo grupo de los cinco partidos de oposición. De otro lado están los niveles de coherencia política que este grupo pueda alcanzar. Ese es el reto que tiene, porque de cara al futuro, si logra realizar un buen trabajo, aprueba una agenda parlamentaria y un conjunto de leyes gratificantes para el país, estará en buenas condiciones como para comenzar a pensar en acudir al próximo proceso electoral con una sola candidatura.
“Es una probeta de ensayo. Si fracasa, ante el pueblo de Costa Rica va a tener una mala imagen. Además, no olvidemos que Liberación Nacional va a estar encima haciéndole las cosas difíciles al nuevo directorio”, apuntó Barahona.
Hizo ver que de los conflictos internos del PLN van a depender mucho también de las posibilidades de que Chinchilla pueda dialogar y construir con la oposición. En la fracción oficialista hay dos tendencias: los diputados y diputadas del laurismo, y los del arismo, que aparentemente son los más duros de convencer de que se trata de permitirle a la Presidenta hacer un buen gobierno, consideró.
Al cierre de esta edición se dio el más reciente reacomodo dentro de la bancada oficialista, al anunciar Viviana Martín su renuncia como jefa de fracción. Entre los posibles sustitutos se mencionaba a Luis Gerardo Villanueva, Presidente del Congreso hasta el pasado 1 de mayo, y Antonio Calderón, secretario general del PLN y recién llegado al Legislativo en sustitución del renunciante Guillermo Zúñiga.
La propia Presidenta Chinchilla había anunciado la semana pasada que la fracción oficialista iba a tener discusiones para definir quién va a ocupar los cargos en los diferentes frentes legislativos de cara al cambio de situación, a fin de que “podamos garantizar en la medidas de nuestras posibilidades el mejor funcionamiento de la Asamblea”.
El criterio del Bernal Jiménez, presidente del PLN, es que “no es conveniente para el país seguir revisando y peleando sobre lo que aconteció el 1 de mayo”.
“El país es lo que a todos nos tiene que interesar por encima del partido y de divisiones en el parlamento. Tenemos que fijar la vista hacia el futuro, que todos contribuyamos a que esta contención dentro del parlamento sirva para que nos pongamos de acuerdo en las decisiones que Costa Rica necesita y que haya cierta armonía, con todas las diferencias ideológicas que hay entre las distintas fracciones”, dijo el economista y empresario.
Consideró que la Alianza opositora debe demostrar su patriotismo, que no han querido tomar el poder por tomarlo, que hacen una oposición constructiva y ayudan al Ejecutivo para que salgan los proyectos que tiene en la Asamblea y no los obstruyen.
“Creo que ya dijeron que aplastaban el plan fiscal. Bueno, que planteen las alternativas. Porque la realidad es que el país requiere una reforma fiscal, no solamente por razones de déficit,  sino por razones de desarrollo económico-social. No digo solamente nuevos impuestos.
No es cosa de oponerse, sino de entrar en conversaciones con la fracción de Gobierno y con el Ejecutivo, porque aquí no hay un triunfo, el triunfo es si funcionan bien y ayudan a que Costa Rica salga adelante, recalcó Jiménez.
POSITIVO
Hugo Alfonso Muñoz, exdiputado, exministro de Justicia, exprocurador  general y actual director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad de Costa Rica, consideró que los incidentes del 1 de mayo en la Asamblea Legislativa reflejaron una crisis de liderazgo, de estrategas políticos y un ambiente político interno de desconfianza entre los diputados y diputadas.
No obstante, el jurista ve con optimismo las consecuencias de lo sucedido. Lo primero, dice, es que la nueva situación obliga a un diálogo más claro entre la oposición que controla el Directorio y la Presidencia de la República.
“Una democracia es esencialmente diálogo, sobre todo en ausencia de partidos políticos permanentes y estructurados, que tengan un liderazgo reconocido por la ciudadanía. Y la oposición institucionalizada en el parlamento, que al fin y al cabo ha obtenido un voto de la ciudadanía, tiene ahí una responsabilidad, no total del gobierno, pero sí una responsabilidad de la dirección de la Asamblea Legislativa. Ello provoca que su labor sea más positiva y proactiva para los proyectos, y obliga por otra parte a la Presidencia de la República a tender puentes, lo que a la larga nos lleva a agendas consensuadas”, señaló.
Insistió en que ahora se abre la oportunidad para que se inicie una nueva etapa en el diálogo que acerque las posiciones de cara al electorado. Tanto el Gobierno como la oposición deben entender algo que parece elemental y es que con los buenos proyectos todos ganamos, y, al contrario, con una Asamblea paralizada y una actitud negativa y estúpida todos perdemos en alguna medida.
Este es un momento interesante para que haya reflexión, que se manejen mejor las emociones, que la pasión no domine para que la razón no delire,  sino que esta prevalezca y puedan unos y otros construir juntos cosas comunes, recalcó Muñoz.

Juan Carlos Mendoza:
Nuestro compromiso no tiene que ver con un cogobierno
Respeto, diálogo y negociación así como eficiencia en la administración de la Asamblea Legislativa son los compromisos centrales del nuevo Directorio Legislativo, aseguró su Presidente, Juan Carlos Mendoza. El politólogo, de 35 años, y exjefe de bancada del Partido Acción Ciudadana, deslindó las responsabilidades de la alianza aclarando que “no tiene nada que ver con un cogobierno”, en clara alusión a las declaraciones dadas por Ottón Solís a La Nación la semana pasada, en las que después aclaró que se trataba de una corresponsabilidad.
¿Cuáles serán los principales cambios que veremos en la Asamblea Legislativa en su período?
-Lo primero es respeto, respeto para cada diputado en particular, para cada fracción, para la gente que llegue a la Asamblea Legislativa, para los distintos sectores sociales y productivos que deben ser consultados sobre las iniciativas que se llevan en la Asamblea Legislativa.
Lo segundo es mucho diálogo y negociación permanente, tanto con las fracciones como con los sectores sociales. Lo tercero es eficiencia, tanto en la tramitación eficiente de los asuntos, con una adecuada discusión, como en la parte administrativa, queremos que la administración haga su trabajo con un buen uso de los recursos.
Algunos han dicho que ustedes son una alianza sin rumbo, pues no tienen vocero único, ni una agenda común…
-En la primera semana de trabajo en el Directorio se logró en tiempo récord algo que nunca se había logrado. Se votaron dos reformas constitucionales, lo cual normalmente no se da, y se logró acordar una agenda de 18 proyectos en la que cada fracción puso sus intereses. Queda por ratificarla la próxima semana (esta para los lectores) pero está ya muy avanzada.
Hace un año pasaron cerca de tres meses antes para que se definiera una agenda. Ahora en la primera semana de nuevo Directorio estamos definiendo una agenda. Esperamos que esa agenda sea de permanente negociación, donde cada vez se estén incorporando nuevos proyectos y también ampliando y construyendo una forma de debate parlamentario mucho más eficiente.
¿Es un cogobierno, o es otro tipo de responsabilidad  la que asumen ustedes con el Directorio de oposición?
-Es una alianza que promueve el debate parlamentario, respetuoso,  eficiente, donde se busquen acuerdos y no los disensos. No tiene nada que ver con cogobernar. El Poder Ejecutivo tiene su propia responsabilidad, tiene sus propias promesas de campaña. Nosotros sí nos comprometemos a que los proyectos del Ejecutivo también se debatan como corresponde, pero la responsabilidad de promoverlos e impulsarlos políticamente sigue siendo responsabilidad de quienes tienen la iniciativa.
A lo que sí nos comprometemos es a propiciar un diálogo y una negociación permanente. Nuestra responsabilidad en el Directorio es generar ese debate y una administración eficiente de la Asamblea. Esas son nuestras responsabilidades y así las asumimos.
¿Cree que efectivamente se dará el diálogo que ha ofrecido la Presidenta Laura Chinchilla, habrá coordinación con el Ministro de la Presidencia, Carlos Ricardo Benavidez?
-Bueno, esta semana que pasó hemos conversado unas ocho veces por teléfono, nos hemos encontrado en tres ocasiones distintas a raíz de otros eventos; acordamos que nos vamos a ver el miércoles (11 de mayo) con la Presidenta…
Tras la elección había “sangre en el ojo” en la fracción oficial y las declaraciones fueron fuertes contra el Directorio de oposición. ¿Podrá sortear los palos que le atraviesen en el camino?
-Hay que sanar heridas y dar un tiempo prudencial para ello. He visto en esta primera semana una actitud positiva que ha permitido acercarnos en proyectos de ley. Creo que ellos deben entender que esta es una operación de ganar-ganar, donde ganen todos los partidos políticos, el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el país en general.
¿Cuáles han sido las principales dificultades en el arranque del nuevo Directorio?
-Viera que no hemos tenido un solo problema. Todos los objetivos que teníamos para la semana se lograron. Votamos dos reformas constitucionales, avanzamos muchísimo y casi hemos concretado una agenda de consenso. Así que mejor panorama no pudimos haber esperado para el inicio.
–¿Y para los próximas días qué se espera?
-Bueno, ya está la agenda, nada más falta ver si algunos de estos proyectos tienen consenso total entre los diputados y diputadas para ponerlos en una categoría aparte y aprobarlos con mucha urgencia. Hay varios en los que hay coincidencia, entonces los veríamos no como un tema de un partido, sino como un tema colectivo y que sean votados por todos,  y a la vez que nadie pierda su espacio en la agenda colectiva donde sí pueden existir diferencias.

  • Jorge Araya 
  • País
DemocracyNational LiberationPartido Liberación Nacional
Notas

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