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Promueven nuevas formas de labranza contra la erosión

Aunque la labranza es una parte integral de la producción agrícola, conlleva el desplazamiento, acomodo y mezcla del suelo, por lo que, si no se realiza de forma adecuada especialmente en terrenos de altas pendientes, puede poner en riesgo la sostenibilidad del suelo y del ecosistema circundante.

Aunque la labranza es una parte integral de la producción agrícola, conlleva el desplazamiento, acomodo y mezcla del suelo, por lo que, si no se realiza de forma adecuada especialmente en terrenos de altas pendientes, puede poner en riesgo la sostenibilidad del suelo y del ecosistema circundante.
Según lo explicó el M.Sc. Mario Villatoro Sánchez, del Centro de Investigaciones Agronómicas (CIA) de la Universidad de Costa Rica (UCR), en un país de topografía muy quebrada como el nuestro, expuesto a lluvias tropicales y donde es común que los agricultores cultiven en laderas de gran inclinación, la utilización incorrecta de tecnologías de labranza está provocando grandes desplazamientos de suelo, que le restan fertilidad a las parcelas y causan perjuicios colina abajo. Algunas de estas tecnologías son el arado de disco y el de vertedera.
Esta situación fue confirmada mediante un estudio realizado en Pacayas de Alvarado, Cartago, por el Dr. Kevin Tiessen, de la Universidad de McGill, Canadá, con el apoyo del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y del Consejo de Investigación en Ciencias Naturales e Ingeniería de Canadá, el CIA de la UCR y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).
Los resultados de la investigación efectuada en dos lotes sin terracear, en el sureste de las faldas del volcán Irazú, revelaron un potencial de erosión por labranza muy alto, debido al uso común del arado de disco, cuyos valores de erosividad fueron el doble de los obtenidos a partir de implementos de labranza primaria que se utilizan en Europa y América del Norte.
“En general, quedó claro que el arado de disco tiene el potencial de mover cantidades significativas de suelo a grandes distancias y que es un implemento muy erosivo si es usado inadecuadamente”, dijo Villatoro.
También se concluyó que la reducción de erosión del suelo por labranza y agua es fundamental para mantener una producción agrícola viable a largo plazo en esa región del país, donde se ubican otras poblaciones dedicadas principalmente al cultivo intensivo de papa y hortalizas, como son Cot, Capellades, Tierra Blanca y Llano Grande.
CONSECUENCIAS
Para el M.Sc. Villatoro, no solo la escorrentía producto de las lluvias tropicales en la mayor parte del país y los fuertes vientos en algunas zonas de Guanacaste, pueden provocar la erosión de los suelos cultivables, sino también una labranza incorrecta, “que es más perjudicial de lo que las personas imaginan”.
Al trabajar con agricultores de Cartago y la zona de Los Santos pudo corroborar que una de las principales desventajas de no realizar de forma adecuada la labranza es una baja sensible en la producción y un incremento de costos, debido a la aplicación de fertilizantes para tratar de recuperar la baja en la fertilidad del suelo.
A su juicio, la situación se complica porque, por lo general, los agricultores utilizan fertilizantes sin análisis previos de suelo, lo que provoca en ocasiones un enorme desperdicio de agroquímicos y la contaminación de aguas, sobre todo con nitratos.
Otra consecuencia de la erosión por labranza son los sedimentos arrastrados de las fincas por las lluvias pendiente abajo, los cuales suelen llegar a carreteras y ríos, provocan inundaciones, causan daños en viviendas, barrios y pueblos y, al final, por gravedad afectan las represas hidroeléctricas al disminuir su capacidad de almacenaje de agua y propiciar un desgaste más rápido de las turbinas.
Tal es el caso de la represa de Cachí, actualmente afectada por la alta sedimentación provocada en las faldas del volcán Irazú y en la que el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) debe invertir anualmente millones de colones para dragar y eliminar los sedimentos.
CAMBIO DE MENTALIDAD
Es por esa razón que especialistas de la UCR y el MAG trabajan conjuntamente con el fin de promover un cambio de mentalidad en agricultores y tractoristas de Cartago y su motivación para que usen tecnologías como el palín mecánico y el arado de cinceles, que favorecen la infiltración y la aireación del suelo y mantienen su estructura. Esto ayuda a disminuir la erosión.
Al combinarse dichas tecnologías con otras prácticas de manejo del suelo, como son la siembra de barreras vivas de contención, la construcción de canales de desviación de las aguas a lo largo de la parcela y el uso de terrazas en contorno haciendo curvas a nivel en una distancia de 20 a 40 metros según la pendiente, pueden ser técnicas muy eficaces para evitar la erosión.
También es importante el componente de educación, mediante talleres en los que se den a conocer los resultados de la investigación que se realiza en la UCR, con el fin de mostrar por qué se sugiere el cambio y el trabajo de campo con agricultores modelo, con quienes se han empezado a utilizar las nuevas tecnologías y a poner en práctica el buen manejo del suelo. Se espera que esto sirva como ejemplo para impulsar un cambio de actitud entre sus vecinos.
Para colaborar con los agricultores de los alrededores del Irazú, el MAG puso a disposición de los agricultores cuatro arados de cincel y seis palines mecánicos, que se prestan a cambio de una suma mínima de dinero para el mantenimiento.
Aunque en criterio de Villatoro el proceso para aminorar el problema es más lento de lo deseado, lo importante es que poco a poco los agricultores tomen conciencia sobre la importancia de invertir en la sostenibilidad del suelo y de los ecosistemas de la zona, en beneficio de sus familias y de las futuras generaciones.

  • Rocío Marín González
  • Crisol
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