Liga Deportiva Alajuelense derrotó a San Carlos por partida doble 1-0 y conquistó el título de bicampeón nacional. Todo apunta al tricampeonato, si en los otros clubes no se presentan las respectivas revoluciones domésticas. Parece que habrá Liga para rato. Los cimientos actuales del club erizo en sus tres áreas son sólidos y limpios: finanzas, cuerpo técnico y nómina.
Después de ver quedar campeón Liberia, Brujas y Saprissa, la dirigencia rojinegra empezó a lavar trapos sucios dentro de casa cuando asumió la presidencia Jorge Hidalgo: se limpió la planilla de jugadores mercenarios; se dio una categorización de salarios con topes; se entró de lleno a cancelar deudas, sobre todo con la Caja del Seguro Social; y se le confió al exfutbolista del club, Oscar “Macho” Ramírez, la dirección técnica del equipo, con un tridente al que se agregaron Gerardo Chavarría y Mauricio Montero. Paúl Mayorga fue nombrado entrenador de porteros.
Unos pocos refuerzos como Leandrinho, Johnny Acosta, Allen Guevara, Jonathán McDónald y Porfirio López apuntalaron una nómina liderada por Luis Antonio Marín, Pablo Gabas, Alejandro Alpízar, Cristian Oviedo (quien contaba con los mundialistas de Egipto), Diego Estrada y Marco Ureña, además de varios juveniles de la cantera rojinegra que se convirtieron en baluartes de la formación: José Salvatierra, Christopher Meneses, Luis Miguel Valle y Diego Calvo fueron cuatro de ellos.
Los porteros Patrick Pemberton y Alfonso Quesada; los defensores Carlos Clark, Kevin Sancho, Elías Palma y Giancarlo González; y los mediocampistas Argenis Fernández y Marcelo Fazzio completaron una planilla que repitió como campeón.
La Liga ya fichó para el próximo campeonato al máximo goleador de la pasada temporada, el universitario Minor Díaz. Probablemente firme al polifuncional defensor generaleño, Jorge Gatjens. De manera que con salarios al día, camerino familiar y muy unido, cuerpo técnico compenetrado y la motivación de las dos coronas, todo proyecta al Alajuelense como la institución más sólida del fútbol costarricense, con todo para montar una dinastía y lograr varios títulos a muy corto plazo, a menos que los rivales despierten.
TUERTOS Y CIEGOS
Dice el refrán que en país de ciegos, el tuerto es rey.
Alajuelense no está tuerto pero sí existe ceguedad en otros clubes.
Raúl Pinto, el nuevo presidente liguista, sigue con firmeza el trabajo de su antecesor. De manera que a lo interno del club bicampeón no habrá mayores transformaciones, sino seguir por la ruta del éxito hasta ahora consolidada.
La venta del Saprissa por el magnate mexicano Jorge Vergara y la compra del club por un fuerte grupo de empresarios nacionales, liderada por Juan Carlos Rojas, provocó una revolución a lo interno del club morado, la cual tuvo como principal consecuencia el fichaje del renombrado Alexandre Guimaraes como nuevo director técnico.
Horas después de la firma de “Guima”, se produjo la renovación del contrato con la máxima estrella del equipo, Walter Centeno, y hubo una poda importante en la planilla.
A la vista, tenemos un nuevo Saprissa. Un renovado Saprissa. Un Saprissa con nuevos aires y muchas ambiciones. La principal: romper la hegemonía del máximo rival, el Alajuelense.
Por tradición, rivalidad e historia, le toca al Saprissa impedir el tricampeonato rojinegro. Menuda tarea para Guimaraes, quien desde el inicio de la pretemporada el 8 de junio tendrá que analizar muy bien las características de su plantel y, sin duda, reforzarlo. Con lo que tiene actualmente, al Saprissa no le alcanza para pasarle por encima a la Liga.
Y… ¿qué pasará con el Herediano, el otro grande?
La crisis salta a la vista. Fueron cesados 15 jugadores, entre ellos el capitán del club, Robert Arias. El equipo jugó la semifinal contra la Liga con los salarios atrasados y el presidente del club, Mario Sotela, arrastra antecedentes poco optimistas para pensar que el legendario Herediano no pueda seguir los pasos del hoy desaparecido Liberia. Este último, convertido en Barrio México, prácticamente fue expulsado del campeonato, el cual quedó ahora con solo once equipos.
SENTENCIAN A LA UCR
Último lugar del campeonato nacional y descendido a la segunda división, la dirigencia de la Universidad de Costa Rica (UCR) apeló, en dos instancias ante la Asamblea de Clubes, la posibilidad de mantenerse en la máxima categoría, amparado en que la expulsión de los mexicanistas les daba el derecho de ocupar esa posición para que el torneo se mantuviera con doce equipos. Las apelaciones de los celestes fueron rechazadas y el club quedó condenado a jugar en segunda.
Así las cosas y con solo once equipos en brega, los representantes de los clubes se inventaron un largísimo campeonato de 54 fechas, donde los once equipos jugarán una primera fase todos contra todos a dos vueltas. En cada fecha descansará un equipo.
Los cuatro primeros clasificados pasan a la segunda fase. El primero juega contra el cuatro y el segundo contra el tercero, a visita recíproca. De estas series salen los finalistas.
El último lugar no desciende automáticamente, sino que juega una liguilla con el subcampeón de la segunda división, para ver quien se queda o sube a primera, junto con el monarca de la segunda, para completar de nuevo los doce equipos.
El campo de la UCR se lo disputan actualmente los equipos de Cartagena, Uruguay de Coronado y Belén. Uno de los tres asciende.
La otra novedad que presenta el próximo torneo es la presencia del equipo Orión Desamparados. Este será administrado durante 5 años por la franquicia de Brujas, un club que entró en problemas tras ser detenido en los Estados Unidos su presidente y mecenas, Minor Vargas.
El técnico español, Juan Luis Hernández, es la cabeza del nuevo club, el cual deberá presentar en su momento ante la Asamblea —igual que los otros diez equipos— los requisitos que pide la FIFA en cuanto a infraestructura, organización y finanzas del club, para poder jugar en la máxima división.