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El viernes 29 de abril se realizó otra ruta del beso diverso, que es una actividad organizada para protestar contra negocios o entidades en general, que discriminan a las parejas homosexuales que se dan muestras de cariño en esos locales (tomarse de la mano, besarse o bailar).
Ver la noticia de esta actividad me recordó el famoso rótulo que en mi niñez veía en la soda Castro, el cual decía algo así como que estaban prohibidas las escenas amorosas; y lo que me asustó en ese momento fue tomar conciencia de que crecemos en un país donde las caricias, los abrazos y los besos están prohibidos. ¿Cuándo será el día en que veamos un rótulo que diga que las escenas de violencia, las groserías y las malas caras no se permiten?
Resulta muy triste vivir en un país donde el amor va en contra de la «moral y las buenas costumbres». Yo me pregunto, ¿quién determina qué es moral y qué es inmoral? ¿No es acaso inmoral que alguien que presta un servicio lo haga de mala manera, como si le hiciera un favor al usuario o al cliente? ¿No es inmoral que mientras cenas en un restaurante con tu pareja, se te acerque alguien para decirte que no puedes tomarlo o tomarla de la mano? ¿No es inmoral que los niños crezcan en un entorno donde el amor es pecado? ¿No es inmoral que otras personas te digan en qué creer y te condenen a una vida de culpas o al fuego en la eternidad? Y podría seguir escribiendo más líneas, más preguntas sobre lo que es o no inmoral; algunos estarán de acuerdo conmigo y otros no; lo que es claro es que no podemos imponer nuestro pensamiento a los demás y asumir que nuestra moral es la de todos.
En ocasiones hasta te llevas sorpresas sobre este tema. Veía la nueva aplicación de Facebook donde se preparan preguntas con diversas opciones de respuesta y se reenvían a los contactos. Una de esa preguntas era si estaban a favor o en contra del matrimonio gay; en el momento en que consulté había 10 627 votos en total; de ellos, 4171 estaban a favor, 2678 votaron por la opción «Me vale madre lo que hagan!» y en contra había 1534 votos (el resto se repartían en muchas otras opciones). Aunque es claro que son muy pocas las personas que tienen acceso en nuestro país a la Internet, y que de ellas solo algunas tienen perfil en Facebook y participaron en la encuesta, eso no deja de hacer interesantes los resultados.
Creo que en el país las personas homosexuales están teniendo mayor visibilidad (gracias incluso al hecho de que están siendo incorporadas en los programas de televisión, ya sin tantos estereotipos de por medio). Incluso tengo mis dudas de que en el país haya una familia en la que no conviva una persona homosexual (dentro o fuera del clóset). Todo esto ha permitido que se borren un poco los estereotipos sobre este tema y se reconozca la misma diversidad de caracteres entre las personas homosexuales y bisexuales, que podemos percibir a diario entre los heterosexuales. Nos hemos dado cuenta de que las personas homosexuales son nuestros padres, hermanos, hijos, primos, compañeros del trabajo o de estudios, nuestros profesores y hasta nuestros guías espirituales.
Lo importante en todo caso es el respeto a la diversidad sexual de las personas y, ante todo, que aprendamos que el amor y las muestras de cariño, las sonrisas y las palabras positivas deben prevalecer en nuestra cotidianidad; y no los insultos, las groserías, los ceños fruncidos y el temor, que es al fin y al cabo el que nos impide acercarnos a los demás con una sonrisa dibujada en el rostro.
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