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Si los ticos viviéramos en Irán…

Costa Rica ha sido calificada, por dos años consecutivos, como el país más feliz del mundo, según el Índice del Planeta Feliz (“Happy Planet Index”) de la New Economics Foundation. Los tres parámetros utilizados por este índice fueron la esperanza de vida, la satisfacción y bienestar expresados por los habitantes y el uso de prácticas ecológicas eficientes.

Costa Rica ha sido calificada, por dos años consecutivos, como el país más feliz del mundo, según el Índice del Planeta Feliz (“Happy Planet Index”) de la New Economics Foundation. Los tres parámetros utilizados por este índice fueron la esperanza de vida, la satisfacción y bienestar expresados por los habitantes y el uso de prácticas ecológicas eficientes.
Para obtener el reconocimiento, se consideró que Costa Rica tiene el más alto grado de bienestar de su población (calificado con 8.5 de 10), ocupa el segundo puesto mundial en esperanza de vida (con 78.5 años) y tiene una huella ecológica muy pequeña. También tuvo peso su bajo nivel de pobreza, su estabilidad política, no tener ejército, su ejemplar paz y democracia, sus medidas de protección del medio ambiente (alcanzando el 5to lugar en el Indicador de Desempeño Ambiental de la Universidad de Yale), su buen nivel educativo y bajo analfabetismo, así como la igualdad, protección de los derechos humanos y alta participación política. Además, los ticos admiramos nuestra libertad de expresión, la posibilidad de satisfacer nuestras necesidades económicas, el derecho a elegir a nuestros representantes y el respeto a las minorías.
Desafortunadamente, la situación en otros países como Irán dista mucho de la realidad costarricense. Irán es un país gobernado por un régimen opresivo que niega los derechos de sus ciudadanos, las libertades de expresión, culto y prensa, y suprime los derechos de las mujeres, niños y minorías. Su polémico sistema electoral ha sido foco de protestas, con acusaciones de fraude en las últimas elecciones. Está calificado como uno de los países con más bajo índice de libertades civiles y políticas según la ONG Freedom House. Es un país que apoya el terrorismo, está desarrollando un cuestionado programa nuclear y aplica intensamente la pena de muerte, la cual subió 300% desde que el Presidente Ahmadinejad llegó al poder. Tiene tasas muy altas de desempleo, es uno de los países con mayor corrupción (número 168 de 180 países según el Transparency International) y peligrosos niveles de contaminación ambiental por el uso de productos derivados del petróleo.
¿Por qué comparar a Costa Rica precisamente con Irán, cuando hay muchos otros países en condiciones difíciles?  Son tres las razones: Las ideologías radicales de Irán son sustancialmente opuestas a los principios democráticos de Costa Rica. Irán no se ha conformado con imponer sus políticas fundamentalistas en su territorio, sino que las está exportando a otras latitudes del mundo. En esa misma línea, Irán ha estrechado relaciones con países latinoamericanos como Venezuela, Bolivia, Ecuador, Cuba y, más cerca de nuestro país, con Nicaragua.
Por eso la pregunta: ¿si los ticos viviéramos en Irán…? No seríamos los más felices del mundo sino que estaríamos de número 81 según el mencionado índice. Nuestra expectativa de vida apenas llegaría a 70 años. No escucharíamos mucho de protección del medio ambiente, sino más bien de programas nucleares y armamento. No tendríamos la oportunidad de elegir a nuestros gobernantes, pero sí la de cumplir servicio militar. Los homosexuales y los negros de Costa Rica serían discriminados, las ticas necesitarían autorización de su esposo para obtener pasaporte, no existiría el PANI y los partidos políticos de oposición serían reprimidos. Nuestro nivel educativo distaría del actual y no habría libertad de cátedra. El acceso a Facebook, Twitter y YouTube estaría limitado. Casi no gozaríamos de derechos laborales, aunque eso no importaría, pues muchos de los ticos ni siquiera tendríamos trabajo. No podríamos manifestarnos en las calles por temor a ser asesinados por la policía militar.
Es más, yo no tendría derecho a escribir este artículo y a este periódico no le estaría permitido publicarlo.

  • Eric Scharf Taitelbaum (Abogado)
  • Opinión
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