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El memorando al desnudo

El 1º de mayo del 2011 se ha convertido ya en una fecha memorable. El tradicional desfile dio inicio en la Iglesia de la Merced con la presencia de grandes columnas de trabajadores (as) de todo el país, con sus mantas desplegadas en defensa de la Caja del Seguro, de una reforma fiscal justa, del pago salarial de cientos de educadores (as), de nuestros recursos naturales, contra la desigualdad social, la inseguridad ciudadana, la discriminación social…Mezclado con el eco de las consignas de los diferentes grupos, muchos escuchaban en pequeños radios el acontecer de la elección del directorio legislativo.

El 1º de mayo del 2011 se ha convertido ya en una fecha memorable. El tradicional desfile dio inicio en la Iglesia de la Merced con la presencia de grandes columnas de trabajadores (as) de todo el país, con sus mantas desplegadas en defensa de la Caja del Seguro, de una reforma fiscal justa, del pago salarial de cientos de educadores (as), de nuestros recursos naturales, contra la desigualdad social, la inseguridad ciudadana, la discriminación social…Mezclado con el eco de las consignas de los diferentes grupos, muchos escuchaban en pequeños radios el acontecer de la elección del directorio legislativo.
De repente, una noticia tomó cuerpo a lo largo y ancho de la marcha: 26 padres y madres de la Patria, habían votado, dando por válida la elección del directorio legislativo.   De ahí en adelante, todo cambió. Las consignas fueron sustituidas por el enojo y la incredulidad: ¿Estábamos ante un golpe de Estado en la Asamblea Legislativa? ¿Es que el autoritarismo y el afán de poder de una minoría habían sido capaces de lesionar gravemente la institucionalidad del país? ¿Qué había pasado con la llamada “democracia costarricense”? Algunas personas recordábamos, que aún seguía corriendo tinta sobre los hechos del 48.
La prioridad del desfile cambió: lo primordial era restituir el orden constitucional. La Alianza parlamentaria de oposición  con 31 diputados se lanzó a la calle para sumarse a la indignación de los manifestantes, la protesta era enorme, en medio de un calor sofocante por el sol del mediodía y por los ánimos ya suficientemente caldeados.
A lo interno del recinto parlamentario, muy otro era el ambiente; se celebraba un triunfo fraudulento con la ya conocida  felicitación del Poder Ejecutivo.
Sin embargo, durante ese 1º de mayo y el día 2, la presión popular se hizo insoportable, más allá de los asistentes al desfile, una lluvia de críticas en todo el país se convirtió en aguacero contra la burla y desvergüenza ocasionada por los 26, los cuales se vieron obligados a retroceder. Ellos (as) habían cambiado durante esta votación las reglas tradicionales de la elección parlamentaria, tratando de confundir a la ciudadanía al equiparar  el voto secreto del pueblo ante las Juntas Electorales, con el voto legislativo. La torpeza evidenció el peligroso juego político: el recurrir al clientelismo al convertir  el voto en algo que tiene precio, y si no es posible comprarlo, se apela a la amenaza y al miedo. Ante este panorama, uno de los diputados opositores terminó en el hospital, su corazón no soportó el chantaje y el irrespeto.
La firmeza de los 31, apoyados por una cada vez mayor opinión pública, propinó una seria derrota al partido gobernante, y  afianzó la Alianza opositora que contaba con los votos suficientes para dirigir el directorio. El error de cálculo de la fracción legislativa del Partido Liberación Nacional, fue tratar de aplicar  en circunstancias  socio-políticas diferentes, la misma receta que se utilizó en setiembre del 2007, y que fue publicada como primicia  informativa  por  el Semanario Universidad. Precisamente en su edición histórica del  día 13, daba a conocer el texto completo de uno de los documentos más vergonzosos e irresponsables redactado por un vicepresidente y un diputado gobiernista: el llamado “memorando del miedo”. La manipulación, la compra de votos, la estimulación del miedo, eran el sustento de este escrito para tratar de cambiar la posición de los votantes durante el referendo, pues –conforme a las encuestas- estaban mayoritariamente en contra del Tratado de Libre Comercio. En aquel momento lograron su cometido; mediante el engaño “torcieron brazos” y conciencias. Hoy, integrantes de este mismo partido se han olvidado de lo elemental: artimañas de un pasado oscuro pueden quedar al desnudo, sobre todo cuando mujeres y hombres con espíritu ciudadano buscan nuevas luces para construir el futuro de una Costa Rica diferente.
La gran enseñanza que nos ha dejado este 1º de mayo, es  la misma que repetía hasta el cansancio la concurrencia el día  2 en las barras de la Asamblea: “¡sí se puede.!  Es decir, sí se puede entonces la lucha contra la impunidad. Sólo podemos alcanzar nuestra dignidad cuando vencemos el miedo, el clientelismo, el chantaje. El abuso de poder en Costa Rica y en cualquier otro país, atenta contra la ciudadanía, convirtiendo en mera retórica, en palabras vacías, conceptos como el de democracia. El mundo vive hoy  cambios profundos, en donde multitudes claman y defienden a toda costa sus derechos fundamentales. Sin embargo, nuestro deber no es contemplar desde fuera estos cambios, sino participar en los mismos. Y en palabras de un jurista español: “De cómo consigamos unir los esfuerzos, las acciones y los resultados se derivará una suerte u otra. Ahora no podemos volver a equivocarnos, nuestra dignidad como seres humanos lo impide. Es el momento de enarbolar una vez más la bandera de los derechos humanos, para demostrar que el mundo puede ser más seguro sin necesidad de acabar con las libertades y los derechos ya conseguidos, ni siquiera restringirlos.”

  • Marielos Giralt Bermúdez (Profesora)
  • Opinión
DemocracyNational LiberationPartido Liberación Nacional
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