La colocación de las rejillas de acero en la superficie de ruedo del famoso puente de “La Platina” sobre el río Virilla se hizo incorrectamente, sin seguir las especificaciones técnicas, el puente perdió resistencia y estabilidad, y se contempla una nueva reparación.
Al menos eso es lo que se desprende de una denuncia hecha por  Edwin Moya- ingeniero que supervisó la construcción original del puente en los años 60- enviada al Consejo Nacional de Vialidad (CONAVI), órgano desconcentrado del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) que contrató las obras de reparación a la constructora Soares Da Costa, una de las empresas integrantes del consorcio Autopistas del Sol concesionario de la carretera a Caldera.
El Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos (CFIA) tiene pendiente de investigación una denuncia de Moya sobre el caso.
A la vez, se espera que en un mes esté concluida una fiscalía especial que está haciendo el Colegio en este caso. Se trata de una valoración técnica que está haciendo un especialista en ingeniería de puentes para determinar cuáles fueron los trabajos que se realizaron y los problemas que se están presentando en el puente. Las conclusiones del estudio servirían de insumo a las autoridades del MOPT sobre los requerimientos técnicos para hacer en el futuro adecuadamente las reparaciones del puente, explicó Olman Vargas, director ejecutivo del CFIA.
Dicho informe será además un importante insumo en el análisis del expediente disciplinario relacionado con la denuncia presentada, añadió.
Por otro lado, técnicos del Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (LANAMME) de la Universidad de Costa Rica adelantan un estudio sobre la situación del puente.
Enrique Angulo, directivo del CONAVI, dijo que están esperando los estudios del CFIA y del LANAMME para tener una opinión autorizada y ver cuál es solución recomendada para el puente.
No quedó tan resistente como con la losa, pero el puente no está en peligro, dijo Angulo, quien dijo que coincidía en parte con las opiniones de Moya y hubiera preferido otra solución.
“La solución hubiera sido sustituir la losa por otra igual, lo que pasa es que eso hubiera requerido cerrar el puente tal vez por ocho días y se encontró que la solución era esa (la colocación de la rejilla sin paralizar el tránsito de vehículos), explicó.
Por su parte, Moya relató que cuando le consultaron él dijo que el problema del puente no era la junta de expansión (lo que se conoce como la platina), sino que el verdadero problema era la losa, que estaba fisurada.
Alguien en el Ministerio entendió que era la losa la que había que cambiar, y pretendieron hacer la reparación sin parar el tránsito  sobre el puente. Utilizaron rejillas de acero, que es un material muy bueno y se ha utilizado por más de 80 años en otros países, pero deben ponerse atravesando el puente a lo ancho, y no en tiras longitudinales, como lo hicieron. “Es un error fatal. Ahí echaron a perder la ventaja de la rejilla”, afirmó.
El puente quedó suelto, vibra mucho al paso de las cargas, porque le falta el amarre que le daba la losa, subrayó,  tras detallar cuál fue la solución técnica del diseño original, que le daba doble resistencia a la estructura.
De acuerdo con la ingeniera María Ramírez,  jefa del Departamento de Puentes, Moya está desactualizado, pues hay varias posibilidades del uso de la rejilla, y están herradas las aseveraciones de que no se hizo de acuerdo con las recomendaciones del fabricante.
RESPONSABILIDAD
Según Moya, cuando pusieron a funcionar las rejillas, los ingenieros encontraron que el puente se bamboleaba, entonces el Ministerio recomendó que el puente debería “rigidizarse”, para lo cual estimaron un costo de $2 millones, adicionales a los $4 millones (¢2.000 millones) a los que van llegando los arreglos ya hechos.
Pero ello no es necesario si se sustituye la losa por otra losa, lo que se puede hacer con los diseños originales del puente, que están en el Ministerio, con varilla de refuerzo y cemento que se consigue aquí y es un trabajo que no cuesta más de $1,5 millones. La rejilla se puede levantar y perfectamente se puede utilizar en otros puentes, porque no le pasa nada, indicó.
Consideró que la equivocación fue del Departamento de Puentes del MOPT, responsable del diseño y de la decisión de colocar las rejillas, las cuales fueron compradas por el CONAVI.
Por su parte, Ramírez reconoció ser la responsable del diseño y la decisión del tipo de construcción escogido, pero dijo que si hubo problemas en el proceso constructivo es una etapa que corresponde a la ejecución del contrato y es asunto del CONAVI.  Respecto de las medidas que se puedan tomar sobre la situación del puente refirió a las recomendaciones que puedan salir del estudio que se le pidió al LANAMME; “me imagino que para efectos de la ejecución del contrato y es el CONAVI el que tiene que ver”.