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La presencia de hidrocarburos fue detectada en un manto acuífero donde se asienta uno de los tanques más pequeños de RECOPE, en el plantel de Moín. (Foto: Archivo)
Funcionarios de la Refinadora Costarricense de Petróleo (RECOPE) manifestaron que el proceso para extraer los hidrocarburos encontrados en un manto acuífero en donde se construye un tanque en Limón, se extenderá por cerca de dos años.
La respuesta se da en reacción a un voto de la Sala Constitucional del 29 de abril, en el que ordena a RECOPE ejecutar un plan para eliminar la contaminación en ese plantel, tras un recurso de amparo interpuesto por Marco Machore, presidente de la Asociación para el Desarrollo de la Ecología, en junio del 2010.
De acuerdo con la resolución, el problema de derrame de hidrocarburos fue descubierto en el 2008, y casi dos años después no se habían llevado a cabo acciones concretas para eliminar la contaminación. Asimismo, tampoco hubo ninguna comunicación sobre el tema a otras instituciones del área ambiental y de salud pública, calificando su reacción en este caso como una “cadena de omisiones”.
En una entrevista con UNIVERSIDAD, personeros de RECOPE, entre estos el presidente Jorge Enrique Villalobos, manifestaron que la presencia de hidrocarburos en el manto donde se construye el tanque no es peligrosa, ya que no se están contaminando las fuentes de agua potable de Moín.
Sin embargo, la Sala Constitucional añadió en el fallo que aunque el área del plantel no tenga conexión con la zona de recarga de las fuentes de ese sector, no significa que no deban ser objeto de preocupación e investigación técnica y científica.
CONTAMINACIÓN
Leonel Altamirano, jefe de ejecución de proyectos de Limón, y Giovanni Sánchez, jefe de la Unidad Ambiental de RECOPE, explicaron que para el proceso de diseño de un tanque siempre se realizan estudios de suelo. Con el tanque en cuestión, que es uno de los más pequeños que tienen, no se dio ningún tipo de indicio de contaminación en el subsuelo cuando se efectuó ese análisis en el 2006, porque cuando perforaron el manto, no contenía agua, pero cuando llueve el hidrocarburo sube con esta, y en ese momento lo pudieron captar.
Sánchez mencionó que cuando lo descubrieron, contrataron a una empresa para que hiciera un estudio, que reveló que la mancha de hidrocarburo data de hace cerca de 40 años. Aclaró que el tanque no es la fuente de contaminación, puesto que el hidrocarburo de ahí, sino de la tierra donde se asienta.
El tanque se empezó a construir en agosto del 2008, y se percataron de la presencia de contaminantes en octubre, por lo que al siguiente mes se determinó detener ese proceso, recordó Altamirano, para evitar que la mancha penetrara dentro del dique de la infraestructura.
El proceso de recuperación de esas sustancias que abarcará dos años, consistirá en insertar en el manto unos dispositivos especiales que lo bombean, toman el hidrocarburo y lo extraen, como si fuera una pajilla. Luego con detergentes biodegradables, sacarán lo que quede impregnado en las piedras.
El jefe de la unidad ambiental resaltó que este es un manto muy superficial, y que no tiene condición para uso humano ni industrial, debido a que tiene un PH (nivel de acidez) muy bajo y mucha salinidad, lo que impide que el agua se use como potable.
Añadió que desde el punto de vista ambiental sí hay una afectación porque el subsuelo está contaminado, pero no tiene las mismas repercusiones si fuera con uno que abasteciera a la población limonense.
“Esta contaminación fue en tiempos pasados, antes de la existencia de RECOPE. Todos los tanques tienen las medidas de mitigación para que no ocurra ningún derrame. El espíritu de la Sala es garantizar que ese manto, aunque no sirva para nada, no esté con hidrocarburo, porque no es su estado natural”, aseveró.
Ante de la consulta de por qué nunca denunciaron la situación ante organismos ambientales, Altamirano detalló que desde que se identificó el problema y antes de que se interpusiera el recurso de amparo, ya se había contratado a la empresa antes mencionada. No fue hasta el 2010 que se comunicó a la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (SETENA) porque hasta ese momento definieron cuál sería la solución, tras conocer las características del hidrocarburo.
En tanto, el presidente de RECOPE, Jorge Enrique Villalobos, añadió que de no haberse iniciado la construcción de ese tanque, nunca se habrían dado cuenta de que esos compuestos se encontraban en el manto.
Destacó que la importancia de extraer el hidrocarburo radica en que se podría filtrar hacia alguna otra parte y salir a algún río aledaño, por lo que se debe eliminar el riesgo de que el producto llegue a otros lugares.
Adelantó que el ministro de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones, Teófilo de la Torre, lo contactó para formar un comité ambiental con el fin de coordinar y fiscalizar el tema.
Por el momento, el tanque se encuentra en etapa de preparación, y en dos o tres meses reiniciaría su trabajo. La Sala Constitucional le dio a la Refinería un plazo de dos o tres meses para implementar el plan de mitigación de las sustancias contaminantes.
Riesgo latente
El presidente de la Asociación para el Desarrollo de la Ecología, Marco Machore, quien interpuso el recurso de amparo en contra de RECOPE, mencionó que se enteraron del caso de los mantos con hidrocarburos a través de trabajadores de la misma institución, que en sus palabras, se encontraban alarmados por la contaminación que se descubría conforme las excavaciones avanzaban.
Criticó que se comunicaron con funcionarios del área ambiental de la entidad, pero que la inquietud no encontró eco en esa instancia.
A pesar de que tanto RECOPE como la Sala Constitucional reconocieron que ese derrame no afecta el acuífero de Moín, el activista señaló que el riesgo de que esa contaminación pueda filtrarse ahí sigue latente, lo que conllevaría a graves repercusiones para la salud de la población.
Cree que es fundamental conocer las posiciones de la Contraloría General de la República y la Procuraduría General, ante eventuales indemnizaciones que tendría que pagar la ciudadanía.
“Consideramos un triunfo muy importante que deban anteponer la salud pública al interés pecuniario. Todavía no se pueden cuantificar o especificar otros daños, hasta que RECOPE no realice los estudios del caso. La Sala le ordena informar detalladamente a las instituciones competentes, para que también tomen cartas en el asunto, coordinadamente, esta es una omisión importante de RECOPE que vino a corregir”.
Machore expuso que están analizando si es procedente interponer un juicio contencioso administrativo, para lograr una respuesta integral al grave problema de contaminación existente en el subsuelo donde trabaja la refinería, cuya magnitud se desconoce.
“Nuestra experiencia en relación con otras ordenanzas de la Sala Constitucional, que han sido clarísimas y contundentes, y que han creado una valiosísima jurisprudencia a favor del ambiente, es que las instituciones cumplen pero no acatan”.
Por ende, expresó que le darán seguimiento al tema y velarán porque se avance en la solución de dicho problema.
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